No encuentres no,
yo te he olvidado como nunca
para siempre encontrarte
y traerte presente,
azul como noche lisonjera
de astros callados,
nunca acababas de impenetrable
coraza y aceros nunca usados,
de sombra torpe
y carcasa ni tú creías,
dedos de tierra
en dominios solitarios,
no servía besar tu obscura premisa
de encrucijada palpable a luz de luna,
sé luz mi adorada,
que de pulso navegues,
tu humedad viviente,
caricia un mundo abandonado,
de herida en ojos;
amor de forma a tajo,
sobre tu musgo,
o tu sangre de roca,
trunqué luna y sed de sueño,
después de la muerte
real es mi sangre que vive,
como fondo de mi beso secuaz
como oruga que se atreve a volar
en alas de mariposa montadas,
miré el pecho del vacío
y le dije;
-No eres más fuerte que yo,
oh, de feliz transparencia
vaivén de flores
por largas lenguas en ventanas,
escúchame,
de realidad inmensa,
tu mar entero pegado en vidrio,
para que nadie te desposea,
tanta prueba de noche sinfónica,
aire que jamás te llamaré
música de unas manos,
oh llorar del viento de la carne,
no me lleves entre alas grises
ni a lomos de un rayo estridente,
ya me corté las alas
y no hay tentación,
ni mal me supere mi fortaleza,
aún pongas tu corazón en lengua
seguiré siendo el mismo Inocente
Förüq y Leannán´-Sídhe
el castellano
Miguel Esteban Martínez García
D.A.R.
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