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Canto, poema para Chile

 














Humilde campesino castellano, no nací en tierras de fuego chilenas, ni trabajé ni labré mi sendero en vuestra entraña, no pude viajar ultramares, a conocer vuestra sangre, ni porte ni yunque alzáis.
Pretensión mía sólo es cantaros, como se canta a una luna nueva siembra,
desde Pablo Neruda a Lucila Godoy Gabriela Mistral,
no pude blandirme en vuestras cordilleras,
ni germinar del surco vuestros volcanes,
bajé por lira vuestra semblanza, con aire e ímpetu de Miseno,
mi fausto deseo,
caminé repechos y borrascas, heladas patriarcales,
sendas inextricables bajo sol de julio,
iba yo adentrando helechos,
alzaba baldíos como númenes florestas,
mi huerta que el sentido erizaba, hielos jamás tuve en sangres.
Tres venas, tres razones amar, amarte, protegerte,
ni aroma tuve, ni tuve color,
yo viví solo, solo como vive la flor,
así como ella, hizo mi guardia,
la llamé mujer inolvidable,
al penitente mi tumba,
alzo un cobijo seguro,
ven, ven conmigo,
estoy desnaciendo seguro,
no volveré ojos ni cascajos,
quizá viento de norte, polen y aroma
a costa gallega,
hierro y cobre de meseta y campiña castellana,
puede no sea chinchilla, ni vuestro ciervo,
pero admiro virtud y facha,
giro y semejanza,
oh mis cerros, y flora suaves,
sólo si no os tengo yo tengo pena,
este lebrel me lleva en carrera,
tras liebre y cerviz,
mi valle flamea,
y no es tierra yerta,
oh Chile sea llama,
sea semilla, simiente que toda calma arrebata,
desde hoy como mañana alzo espada
y cáliz.

Förüq castellano Miguel Esteban Martínez García




II
Conozco la tierra,
y mi sangre es la piedra,
que plañe hasta el vil silencio lisonjero,
todo fue clavar mi simiente al infierno,
no conozco vuestras salvajes cordilleras,
pero me ungen sienes bellas de letras florales
en tela de araña mi España.
Oro noble, es el líquido brota de poza, pilón y aljibe terco,
la esencia la vida bajo terrones
y siluetas caminantes en alma serena
digna al ímpetu de sosiego,
no quiero cantar al cielo sus estrellas
debido ni de nadie ni son nuestra,
sembré mi aldaba
y sollozo de bueyes,
en trilla y labriego sordo,
coseché mis dolores,
yo nací aferrado al tallo y molino mi frente,
fulgor de mi ara,
crepitar del arado,
y la resplandeciente siega,
oro trigo,
no caeré en sogas,
ni candados,
yo beso mi tierra y elogio la vuestra,
que me lleve ella pero no bese
nunca mis pasos,
que son de aire
y grito de Alba,
relamo mi clamor,
tramo a pecho,
boca a senda de colorín,
y nube dulce de mirada fija,
en eral penitente,
y libre del seguro su muerte,
ráfagas de un aullido mordaz traigo en vellos,
no quiero perduraros,
ni ser fragua en vuestro ser,
pero mi gloria es citaros
y soñar elevar vuestros cuatreros pasos,
lejos de mi hogar
pero vosotros jamás lejos de mi soñar.


Esteban castellano


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