Ir al contenido principal

Sembrar la piel, mítico

 Sembrar la piel:









I
Presto caballero de las represalias,
activa ya, la aprensión,
inmutable, que cabalgo.
Cabalga amor conmigo,
la fría luz del sol,
que por oscura no deja,
de dar calor.
Estos verdes campos,
no mutan de meseta, gallardía,
legendaria pesquisa,
oh, sola voz, sin voz
no hay pretensión,
ni corpiño des-rienda sujeción,
verde campo mi labriego,
oh, sola incertidumbre,
si áspero color, desmiente,
o, apremia, sudor en seno,
ensoñado,
y coraje de vencer un olvido,
pertinaz, que todo devora.


II
Deseoso azar de vela y tijera.
De azabache y sola idea,
encontrara tu calor,
encontrara tu ardiente página,
de caracola y cristalino,
mineral candente.
Turquesa mi mirada,
te apelo si sangre,
no fue bastante,
riegue tu coraje mi frente,
y unido blanda el son.
Cualquiera no es mi ser,
sin miedo.
Ni mi amor valiente,
ausenta los bravos celos.


III
Cielo azul no deseo,
si no se encuentra,
donde tiemblan tus piernas,
gemelas.
Triste mi luz de ser,
descarnado,
 otra fábula,
de grillo en libertad,
te pido.
Oh, noche pretendida,
afrenta mis novecientas tormentas.
Ojos tuyos, baile mi sombra,
en oscuridad,
que no serán de este mundo,
insumiso,
fatiga o calor lisonjero,
mi égida y celada Atenea,
sirvo a tus pies de jara.


Förüq castellano Miguel Esteban


Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...