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Estameña flor

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Estameña flor:

 

marzo 02, 2021

Silbido de la sangre:

 

 

Claman verdades de la tierra

por nacer y resurgir

la quietud estameña,

sobre la misma tierra

el eterno ciclo de la vida,

como traje de la mujer soñada,

muerte en memoria hilando recuerdo vano.

Resurrección como caminillo de hormigas

por la soberbia de la simiente al albor

de sangre sin condición.

Yo soy por siempre

miel de infortunio desaconsejado.

Así como dura sonrisa y guiño besado.

Al azar de la existencia

efímera esencia del crepúsculo más sonrojado;

apellido y nombre que nada representa

como resplandor de la centella

vil chisporroteo sin sonar,

cargo el silencio y el infinito de mi verbo

a lomo de frialdad en escama

resopló en la montaña sin nombre

latido de mi húmeda lombriz azulada,

de mi tierra que jamás tuvo dueño

latido sin final

agua de manantial núbil destelleo,

va girando mi vida por enraizar

yo soy siempre

sendero de sierpecilla inútil,

con el manto de su desnudez violenta.

El eterno comienzo sin final

aullido del viento, arena en una gota de lluvia,

hoguera crepitando la tierra del volcán.

Río que acaba y resurge del mar,

ese soy yo siempre por despertar.

 

 

El Castellano y Leannán-Sídhe

14-1-2019

 

Resurgir:

 

 

Hoy las fuentes bullen

los ríos desbordan

las vidas dejan sus grises

de invierno y sonríen

al alba de la lluvia

que toda vida mece

sal al jardín ayer sembré mis ojos

esperando que la tierra fuese sangre

las raíces mi boca

y la planta mi cuerpo

para con longevidad imperial

llegado el momento

decir de este jardín yo no he muerto.

 

 

El Castellano y Leannán-Sídhe 14-1-2016

 

 

II

 

 

Sangre y muerte aplaco regio,

duramente como astro viril,

como amor estameño que canta a su veta amada,

en sístole de barretero,

abriendo surco nuevo en piquete,

trágica que ella así vino,

flor de metal desde el suelo,

amparo en destino reguero pulcro,

todo reguero que trueca su suerte;

por muertes de estaño fino,

enamorada dinamita que surca lecho,

un son que grita un baño de raudo fuego,

sin piedad de obrero,

ni réquiem apiadado por la tierra,

un raso enlutado de oscura piedra nacido,

concavidad de caseta y vals minero,

como sinfonía nocturna que abre yacimiento,

regreso y no entristeces,

estameña vida en cobre cubierta,

santa presencia

de altas colmenas,

y simientes que el tiempo avelan,

fontana tú, serena,

viniste al mundo

en la fundición de la primera Armonía,

sombra tú de planeta sin espejos,

turbiedad que no arrostra diamantes,

opacidad serena,

sola,

sola,

como sola nace nueva tierra,

gris fantasma

que velas tu brillo maleable,

rutilas cenizas metálicas

de todos los ayeres en cuerpo metálico, tangible,

sigiloso sembrado, tu vanal estallido,

a sacar de ti mina y provecho,

raíces pétreas,

tu sino de planta de humo,

copia sin espejo,

ni sombra acaso tu reflejo,

perpetua osadía

sembrada por el Cosmos.

 

 

El Castellano

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