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OSCURIDAD VENCIDA, BESADA ALEGRE


 OSCURIDAD VENCIDA, BESADA  ALEGRE:













Pulcro destelleo entre sienes aladas,
-sinfonía que estoy invocando,
estoy rasgando sombras para verte,
-y volver blando filo mi cuchilla de sílex,
para mirarte serena, flamígera,
-como llora una flor en llama su rocío azabache,
redentora como as de trece lenguas,
-y treinta venas, mis razones,
arremolinada, plena como cuando ciego
encuentra la luz primera,
-avance, no te dé zozobra mi verde música.
Abierta, candente, como ascua efímera
-no detenga paso al mirar, el mundo hecho
en la grama de verano.
-En el brote de otoño, nuestro árbol.
Saberte honda, transmigrada
despierta, fugaz cuan estela breve,
como leve flor sonrojada.
-Hermana del negro hilo.
Suave entre espinas despuntadas,
-y abrojos dulces con sabor a luna,
y a tu hermosura;

en calles de agosto heladas

-y ángeles estampados en tus estrellas,
en las que conmigo quiero verte,
-como se ve a un erizo de noche cuando avanza la grama,
hasta el ocaso del nueve;
-resquicio onírico tu trasluz,
se afianza mi suerte,
-augurada que tus luceros de ojos quería verte,
-por querer no pudo, y saberte mirando un espejo errante,
-yo no soy la voz de los muertos,
-ni de milenios carcomidos,
en el tejado de mi mente,
-un gato negro se relame
por ciudades de ceniza verde,
-voy retuerto, no de rey, sí de felicidad encegado,
atrapo el desdén de gatos erizados,
-y candiles descubriendo polillas,
estirando sentires de cromo,
-como un ascua y su sangre de fuego,
arrebatando piedras al silencio,
-bebiendo tus pies de flores,
navegando asfaltos sin prisa,
ni quietud bastarda,
ni desquicia; Acompasa este latido
-noche que quiere vernos,
por arterias sin venas heridas
-llenas de ilusiones un viento feraz,
ni ángeles fieros infrahumanos,
-osarán envidia,
quiero verte como se ve un tigre
en la libertad, 
no, entre árboles de cemento y su sino,
con sábanas cortadas y sueños de suelo, y polvo,
y ríos de cristales,
-Hormigones de leche
y edificios
que no aúllan lunas,
ni tienen fragancia ni olor
a flores ni a mujeres desnudas,
no suenan tampoco con el viento...
Quiero sostenerte.
-Hoy para siempre,
como blanca primavera
- llena de ababoles en llamas,
-entre este estío rendido
sin flores ni llantos del cielo
-quizá con ellas en tu vestido,
que escapan precoces.
-Como azar y agua de agosto.
Quiero tenerte, osarte,
-complacerte, embeberte, volver a verte
como si me enraizaran las manos
al acariciarte
para nunca perderte.
-Mis ojos beberte para la eternidad 
-a cada rato volver a otorgarte...




Förüq castellano Miguel Esteban

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