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PROYECTO BRUMA DE 🩸 SANGRE















 PROYECTO BRUMA DE SANGRE

 
 
 
Contenido
PROYECTO BRUMA DE SANGRE
PROYECTO SANGRE DE BRUMA
Liras
Culto de mi cultivar. Oda en liras
OSCURIDAD GERMINA:
Epodo :
Reflexión :
Elegía a la vida. Oda en liras :
Reflexión:
Araña de noble silencio; Oda en Liras
Raíz de candor mineral-Oda en liras:
Castilla Oda en liras:
Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B
Río Tajo. Oda en liras
Grillo Oda en liras
ROMANCE DEL DESTIERRO:
CRUEZA SEMBRADA:
Sonetillo:
Flor de Helecho romance:
ODA TERCERA:
Olmo de espíritu, tercerillas y serventesios:
Original:
Enhiesta albilla:
Señales y azares:
FANTASMAL VISITA:
Raíz:
II
III
RAÍZ DEL AURA:
ODA ARENGOSA:
HALO DE ENTUMIDA ALMA:
Niebla sonora:
Urdimbre argenta:
Noche lúgubre y umbría:
Sed de reguero:
Noche velada:
Ceguera:
Tu voz:
Los pequeños detalles:
Latido:
Ser de esencia:
Pensamientos negros:
Yo te sentí:
Relente:
Piedra-corazón:
Desvelo dulce:
Vívido desliz:
Lugus:
Oda al Sol:
Reflexión:
Lozana silvestrita:
Vorágine terruña:
10 Olvido:
16
Primavera:
17
Poema al alba:
Nocturnidad en colmillo:
21
Contigo sangre refulge:
Preámbulo derramado:
Silencio regenerado:
Mecha de oscuridad:
Mecha de luz:
Dicho azur:
Siembra erguida:
Ferviente tajo floreciente:
Vientecillo elucubrado:
Inmenso placer secuaz, inefable:
Sentimiento labrado:
Azar relegado:
Sendero mi suerte:
Soto en sol naciente:
Niebla encorajinada:
La polilla negra:
Beso de ascua:
Dulcera en claror:
Cantos de tierra:
Honroso tibio pulso:
Sed de luz:
PUPILA TIERRA ENERVA:
Memoria fría, discernible:
Sepulcro en cobre:
GRANATE ARTERIAL:
Yunta cadente de mi huebra:
COSECHADOR TU AGUA:
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PROYECTO SANGRE DE BRUMA
Liras
7a, 11B, 7a, 7b, 11B.
Lira:
I
Todo lo que descubro
aliento ciego, bucólica siembra
como esbozo elucubro,
abre rayo, desmiembra.
Cercenada estalla, ella, brotada hembra.
 
II
En sangre de limpia agua,
carmines me recorren, eres mi hombro
un postrero abre fragua,
de mi sino un escombro,
quiero regar la vida de este combro.
 
III
Engarzando yo, quieto
ella el iris de mi bella natura
brilla en puente Himeto
desde ojo que aojo cura,
suerte, que labrada es sangre que apura.
 
IV
Hoy campos son de endrina,
para ser retozo que cruje solo.
Desnudar de la encina,
hoy olvido logrolo,
pero a ella con un rolo trina el piolo.
 
V
Libre por ti soy, ardo.
En rambla sin ribazo de secarral,
por transeúnte cardo.
como raíz de parral
esfumo, alcanzo, sones de su fractal.
 
VI
Mis astros que son santos,
obtusa furia que engulle impelida,
prosigue, consume a tos,
destapa desvalida,
de toda la tristeza que invalida.
 
VII
Hasta que engulla esta enorme
sombra que sigue procelosa, rauda
el siglo engasta fome
mi silvestre alma escuda,
te hablaré alto, como el amor exuda.
 
VIII
Sin directriz, ni engaste,
porque mi carne no tiene baraja,
hoy clamaré desgaste
mi ataraxia cuaja,
que cegaste tuya. Mi dama graja.
 
IX
Desde rejuvenecer
que gasta emblanquece por cielo extenso,
Sueño del resplandecer,
hoy no bastó lo menso,
sin solitud desaprenso, repienso.
 
El Castellano
 
Culto de mi cultivar. Oda en liras
 
7a 11B 7a 7b 11B
Culto de mi cultivar:
 
I
Traigo de mi alma en fuego
incrédula, extraña poesía runa,
al capítulo llego;
de tierra, viril luna;
seco abrojo regio, cumbre que ayuna,
 
II
Habitado tras yermo,
con mis sentidos inermes postrados,
llana música en termo.
Mi Virgen seduce hados, *
brazos aguerridos amancillados.
 
III
El silencio esquilmado
escondido de mi alma traigo hendido,
vislumbra trazo arado
solitario, nacido
sangre, impía herida yaga henchido.
 
IV
Traigo soles difuntos.
Melancolía hija, el siglo enajena,
alzo, beso mis adjuntos;
sin honrosos entrena,
lucha diaria enajeno en cuarentena.
 
V
Al pie de soto llano,
viperina sierpe de frondosa era
aspereza abre plano,
placer dioses quimera,
todo es bruma siempre gris la espera.
 
VI
Esfuma lecho real
de sangre gualda disputada grana,
mi directa pluma lean,
nimbo mis astros cana,
en sonrojada pupila mi lana.
 
 
 
 
VII
Misterio, azar o tinta
siderales ensueños, envanece,
avanzo, yelmo pinta;
arrepiente, fenece
piedad aflora yerta, no perece.
 
VIII
Ante Lugh no se humilla,
apego mi faz ya desorientada
cuarteada sien cepilla
mi jofaina aplacada,
mi semblante pardo no cambio nada.
 
IX
Fervor sí prendo fuego
desde este sueño de orgullo reseco,
Indefinido apego,
sin rastro yo la checo,
con puerta florecida llaga mi eco.
 
BONUS: (Rima y métrica libre o blanca)
 
Custodiada por los mil alacranes
que puridad cuida,
por los Suelos
¡Levanta la frente!
Y de placer sucumbe.
 
El Castellano
 
Oda completa en liras, ''Oscuridad germina'' 11-1-2019
 
 
OSCURIDAD GERMINA:
A Obscuridad
-Nec vincere tenebras, et amat,
Oscuridad no se vence, se ama
 
I
Azar disuelto en viento ;
vienes, te lavas las manos soturnas,
ensuciando te siento.
Grande en horas nocturnas,
mi potencial en horario alas diurnas.
 
II
Cuestan más, especias
que el guisado en resultado en finales.
Traje de brumas necias.
Sombra honesta en turbiales.
Granate lustre postrado a venales.
 
III
Jamás vendido al postor,
por mis colmillos guerra al error ido,
acrisolado impostor.
Voy por hervor florido,
y lunas en alabastro gemido.
 
IV
Es un son de los grillos.
Acaso se requiere don de gentes.
Redil de carrasquillos;
hematíes dementes;
acequia de almas o entes relucientes.
 
 
V
Crisol, hervor de soles.
Lucen lunas gimiendo en alabastro.
Indemne como moles,
yago, yace en mi castro.
Brilla mi malva rosa, ¡Fulge!, mi Astro.
 
VI
La vanal inmundicia,
anisando lo habitado en espejo;
ayer de hombre en malicia,
dicha, uno, dos, despejo,
tres, dolido, la rosacruz no alejo.
 
VII
Con besos por espigas,
y ángeles soterrados, sin vilo;
ya lo digo, no digas.
Hermana negro hilo.
Autocomplaciente la flama afilo.
 
VIII
Esta acequia rutila,
y ángeles soterrados, sin yermo,
malva salvaguarda, hila.
Estira aliento, en Lermo.
Mi sed en galego alzado digno ''ermo''.
 
IX
En el patio su araña,
suya su corona por candelabro.
Se siembra, tiesto apaña;
su saliva yo labro.
Sangre de ámbar atesoro, le jabro.
 
 
Serventesio:
 
Estampas de la sangre resplandecientes,
granate su sangre encumbrada, son venal;
sentido alerta; despierto los lucientes.
 
Sin bombilla 💡 en sótano de luz, el penal
Entre fauces brillantes adjunto abrojos.
Rebrote de oscuridad en el arañal.
Alguien ya vendrá por mis áureos añojos.
 
Epodo :
Caldea, hasta rebullir. Yo arrostro antojos.
Avengo eternal raíz; disparo aojos.
 
El Castellano
 
Reflexión :
A veces dentro la oscuridad;
a veces dentro de una luz.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
 
Elegía a la vida. Oda en liras :
 
7a, 11B, 7a, 7b, 11B.
I
Perenne diamantino;
abro de tu mirada un absoluto,
cometa matutino,
raudo al Sol impoluto
como una gota cristalina en bruto.
 
II
Bajo el Sol humilde y ellos
conductores de fracasos y grietas,
reflectores destellos,
y epicúreos ascetas,
vigor de rayos, puridades quietas.
 
III
Sobre la grama mojada.
Murmullo de un goteo anisado claro,
serpea estela sajada,
en espiral aclaro.
En la incandescente rosa disparo.
 
 
 
IV
Un otoño caduco;
rosa sin cruz aquel cometa roto,
desnuda luz estuco,
casi lloraba, broto.
Como una estrella fugaz yo rebroto.
 
V
Astilla y ojos boscajes,
ella astilla, en bosque de ojos sedientos:
infinitos anclajes,
sorprende, son atentos,
son de azul perfidia no añila alientos.
 
VI
¡Oh transcender primero!
aire canto perenne, como estribo;
lanza en viento, el alero,
sus encuentros transcribo.
Aere perennius, ministerio inhibo.
 
VII
La noche quiere ahogarse,
sí, en sus ojos que su sonido visten,
desnace así asomarse,
por carcomas inviten.
Es sólo sangre en tu ojo que permiten.
 
 
VIII
Es solana mi vena,
cantando, alcanzando, la osada oscura.
Llora mi savia pena,
hada esfinge en premura.
Para tener piel sembrada en tersura.
 
IX
Brotes en azulete
brote y noche tapada en noctambules;
el nido ramillete,
teje araña hambre y azules,
así descolgar de ella azules tules.
 
El Castellano
 
Reflexión:
-Ella la vida, sed de inmortal espera,
llama a la muerte en espiral,
para ser eterna como el tiempo deslizado,
y como todo principio depende del final,
vida llamando muerte, muerte llama vida
su eterno ciclo en resurgir de simiente
al albor elevado corazón de savia o sangre, o los dos.
Miguel Esteban Martínez García a 06-03-2019
 
Araña de noble silencio; Oda en Liras
 
Liras:
I
Encontrase siguiera,
novia, amor y mujer determinada,
mi dolor consiguiera,
de amistades borrada
de amores caduceos ya, consignada.
II
Tiempo libre, efímero,
clavado en tierra lenta, su estridencia
tumba muda en señero.
Toda divina ciencia.
Soterraña en limpios besos constancia.
III
Yacija filosa alma
Por Mercurio, Júpiter, Atenea, era
las mansas lindes calma
se acostó mi remera,
ya solivié que desterré rivera.
 
IV
La parca negra jabra
sus alfileres pulcros hilaba ella;
traje al yermo que labra.
De musa esencia, bella.
Afligido impetuoso no destella.
 
 
 
V
Solo halo no nacido
abre desdén de pocos, o ningunos.
Superior, advenido.
de melíferos tunos,
en madre conciencia, plañen, algunos.
 
VI
 
Sí acuné mi desdicha
en su llena, destapada tersura.
Patio manso, la dicha
con redil cercada aura,
mi cordura, hueso de luna premura.
 
VII
Desciende vespertina.
Helada esfinge, acunada ella labra,
parda, honda saturnina,
vine que traigo cabra.
Sus voces difuntas en la palabra.
 
VIII
 
En las rosas de labios
de mi amada, hablasen amores pardos.
Mecen lisos, los sabios.
negra sangre en los cardos,
brutos,  espinos esquivos, lombardos.
 
IX
Sombra, ay de mi llegada,
sonríe mi noche furtiva, noche.
Lengua maligna, holgada
¡Divinidad en broche!
Cubran tu manto la flor su derroche.
 
Bonus, rima y métrica libre:
 
Y los ríos dejen de llorar
sangre mortal,
la fecunda alegría sea cenit
y dichosa ceñida a tu torso
de mujer fecunda,
a ti te abran mis flores
cada primavera,
¡Oh, esse Veris dilectus tui in melieribus!
Escucha, susurra nuestro silencio,
el tiempo que cerraba mis ojos,
y vestía la flor de opacidad,
con el color todos mis sueños,
buenos malos, no niego,
Abrid por Catulo
los cerrojos que atavían
a su agua de palabra,
hoy, siempre, se escuche mi marjal
de claras hierbas,
fecundando su clara tierra de piel,
de mujer valedera.
 
El Castellano
 
Raíz de candor mineral-Oda en liras:
A la vida soterraña.
I
Raíz arcana ligio,
dejas etéreo espacio acompasado
eterno su prodigio,
silencio amalgamado.
Era taciturno espectro clavado.
 
II
Misterio, parajes blancos
que salvajes concitan en tu lengua
confrontan en yermo flanco
saciando imperio en legua
de soledad que amilano sin yegua.
 
 
 
 
III
Sin inicio, futuro;
sólo aplacando de los diablos malos,
en esa idea carburo,
ojo que vence halos,
descansando en alegría, sí talo.
 
IV
Ocho hijos me has dado
más los bastardos impíos neonatos,
reconocido honrado.
Anudar yo, sensato
mi vida; que deshilacho. y trato.
 
V
Desfallecer, despedir,
corona y candelabro engarzo
sí, mi raíz es redil
fervor, soles esparzo,
como fue,  cobrizo capullo zarzo.
 
VI
Su polilla, o gusano
devana sangre, rueda transmigrada,
Transmigra verde plano,
sobre espica, encontrada.
Infecundo humor oscuro de mi hada.
 
 
VII
Coraza por pechera,
carcoma y espuela calzo voy al Parnaso,
tomo de tierra viera
roja sangre, que yo amaso,
pergamino en vana ciencia quiero y aso.
 
VIII
Los abrojos espanto
espejo terrenal hondo crascita,
sonido injerto tanto.
Entre yertos mil, Escitas.
Escrita alma, el Castellano milita.
 
IX
 
Cáléndula, flamante
del camino, vieja, ya iluminada.
De la senda tu Dante,
ardor de luz brotada
entre florestas, hiriente, acuñada.
 
El castellano
 
Castilla Oda en liras:
 
Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B
I
Perdurables sus ondas,
en cresterías estigias, esbozadas
de la honda voz Gioconda,
en voz difuminadas
de alta torre enfundada, mancillada.
 
II
Me esmalta la idea obtusa,
con fragor de las risueñas carrascas.
Las soledades  acusan,
del ser deshielan, lascas.
Agarrado a dulce señero tasca.
 
III
Colmillo umbrío tomo.
Cal y tierra entre follaje regio,
de mi sierra es el plomo,
yesca vida en colegio,
Oda al sendero de umbrío arpegio.
 
 
 
 
IV
Era vida atenta,
entre ojos de azores y sus colores,
se siente, se alienta,
se enraízan las flores,
esto es Castilla, ensalmaba contenta.
 
V
Esto es son de cerilla
de sangre henchida, abriendo helada fragua
linde quieto, esterilla.
Por solares besa agua,
sosiego que tu linde entona ascua.
 
 
VI
Lumbre de entrañas vivas,
en quietudes de escarcha, hiende derecha
lenta llama iba altiva.
sonrisas del alba echa,
quedarse, libérame este haz que arrecha,
 
 
VII
Quedarse piel segura
al retorcer del castillo de Almansa,
honda tumba hermosura,
entre sus piedras mansas
y caracoles de astros, nunca cansan.
 
 
VIII
Patio en somero alarde,
robusta era en Ermitas del mañana,
un talle del pueblo arde,
sembrado por tu mana;
Laro en brea, cúspide nace, engalana
 
 
 
IX
Sueño en fruto severo
rojo carmesí, pesquisa sangrante
el corazón espero.
Ancho venal, cantante,
cantar de la espigosa honra, expectante.
 
 
 
Bonus rima y métrica libre:
 
Y su mañana,
honduras de vidas.
labradas cepas de sarmientos,
acoge en tu alma
este fiel ofrecimiento,
Castilla mi tierra, mi vida,
mi eterna semilla enamorada.
Fiel disparo entre acordeones
de encinas afligidas,
un marco difuso entre colchones de grama,
perdiz entre perdigones viajeros,
voy a tu encuentro,
me hablan fuentes y abrevaderos,
como tus tierras
hacen el amor con parajes dormidos,
respiro tus frías cuchillas
que entre clavos me marcan su herida,
fiel de caricia bebo la sombra
en tu calma sin despedida,
un trino quiebra el silencio
en blanca dama me avanza tu cebada,
un calor presto de caballero
a su dama hoguera,
servil entre abejas
y sus mieles alcarreñas,
tejida, lista,
vaporeada tu siembra
por años cobijan tus azadas
solariegas.
 
El Castellano
 
Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019
 
 
 
Río Tajo:
 
I
Grita mi estupor, blande
cuchillos que hieren volteando, hendiendo,
una boca que es grande.
Ondas agita ardiendo.
Se duerme toda costilla crujiendo.
 
II
Altiplano enjutado,
de hayas, olmos y los fresnos cenizos;
geología alojado
saboreada en carrizos.
por soñar de los picos, quebradizos.
 
 
 
 
 
III
Virginal luna rige
con sus curvas en rotonda, fecunda,
castiza fuente inflige
y abrevaderos cundan,
dulce azada de agua, el sentir secunda.
 
 
IV
Enamorada palabra,
por cimas tu voz se hace la meseta
haciendo el amor, labra,
templo y morar asceta
sus pájaros dormidos, en pipeta.
 
 
V
De la cepa que alcanza,
agua furtiva corre por las eras
infinita bonanza,
pitanza riza la era,
vaporizadas Torres de su esfera.
 
VI
Que en tu alma anidan, alas
sortilegio de rosa y clavel macho,
cenit cavan las palas,
quién a ti el ser lacho,
en su pecho sí, te lleva el despacho.
 
 
VII
 
Fuego, fanal hoguera
en anchos panales de tus abejas.
Cuentan vidas someras
del chopo sin las rejas.
Sus diez mil espumas, sierras no alejas.
 
 
VIII
 
Tu rúbrica ya me dejas.
Es navegante con alas azules
el terreno semejas,
secretos entre tules
tus aguas llevan puros noctambules.
 
 
IX
Tú río haciendo bullir
el inframundo, galas entre amores
del verde y azures bullir.
Agita con sangre y oren.
El candil que abre en espiga sus lores.
 
 
 
Bonus. Rima y  métrica libre o blanca:
 
Anudando en tu cintura
tu idioma olvidado
pasando años fugaces por tu campo,
rodeando en ortiga
el triguero espárrago,
girando de la vid tu capazo
y sus manos,
haciendo de tu Vera
un Dionisio que al tiempo fermenta
tus besos de tierra.
¡Oh, río Tajo!
 
 
El Castellano
 
 
Grillo Oda en liras
Al grillo:
 
 
I
 
Clareando su lividez
por sotos vastos, reales, relumbrados
De mi río es avidez.
Soliviando el sembrado.
dirige, este mi grillo renombrado.
 
II
 
Es un tejado, él llora.
La acequia desnuda de molinete;
un cimiento que aflora.
Grieta, tiempo replete.
Sauce abatido, colchón al jinete.
 
III
Entre blanda alma sube,
entre un arpa estacional él, aflige,
lluvia a primera nube.
Nota en cúspide inflige.
Entre caracoles sonoros rige.
 
 
IV
 
El grillo único uno,
le pidió un deseo renegando
a manantial de fauno.
No aminorar cantando
tras acople, todo sonó silbando.
 
V
 
Solar afán, entrega,
llegas que dictas tu no pertenencia;
tu arraigo de gallega,
hermana negra ciencia,
traes que cobijas mi sola conciencia.
 
 
 
VI
Mi grillo luce nuevo
su primavera luciente socava,
lira estrella relevo.
El centígrado cava
que tu lustre musa ya no era grava.
 
 
VII
 
Era un patio la sombra,
Vena, la acequia reverberando.
El grillo, desescombra
las arañas dictando.
Oraba como besaba alegando.
 
 
 
VIII
 
Vengo, avancé mi peral,
con mi grillo en mi bolsillo, cantando.
No divisé umbrío eral,
viva vid, entonando,
mi secuela estaba ya, recta reinando.
 
 
 
IX
 
Blande regia Oscuridad.
Ahondaba que saltaba, silenciosa
el ímpetu  en soledad,
resplandor de enojosa,
y quizá matrimonio en lacrimosa.
 
Bonus rima y métrica libre o blanca:
 
En unión con su oscuro astro,
blandía a la séptima sílaba,
luna que busqué por sombra y abismo
en esquela.
Era un disparo y azogué
lo que el cosmos me negaba.
 
Fui dichoso, me enaltecía
mi soledad pulcra arrebolada.
Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera.
No brillaba mi sola desquicia,
era lugar y tiempo suficiente;
para ser de la tierra enhiesta espiga.
Ella mi única amapola
Reina del jardín de Hipsípila.
Un soto y un llano;
desperté del bolsillo su oro trasnochado.
Blándeme Oscuridad,
en tu acero y  ala de pecho.
Que canten azabaches
tu magia del cinco
labrado este año.
Afortunado avanzo mi pulso
por candelabro este mayo.
Mi cenit por rectitud
del alma mía.
Un último acorde y me encontré
en la pluma tu arpa,
mi Ninfa que obligas no fenezca
el grillo que me da frenesí.
 
 
El Castellano
 
ROMANCE DEL DESTIERRO:
 
Mi raíz arcana anclada,
dejas el etéreo espacio
en eterno cementerio
tu silencio amalgamado.
Yo era taciturno espectro
misterio, parajes blancos
que salvajes en tu lengua
confrontan en yermo arcano
saciando mi baco imperio
de soledad que amilano
sin inicio, sin futuro;
sólo aplacando los diablos
y esa idea primigenia
cual ojo que jamás hallo
descansando en alegría;
ocho hijos que me has dado
más los bastardos impíos
reconocidos sin ralo.
Anudar aún sin vivir
mi vida; que deshilacho.
Desfallecer, despedirla.
Corona por candelabro
sí, mi raíz es de plata
al fervor de soles alzo
como cobrizo capullo
entre polilla o gusano
devana mi sangre, rueda.
Transmigra verde que escancio
sobre espica, sangre yelo.
De infecundo humor humano
con coraza por pechera
carcoma en espuela calzo,
mi tomo de tierra venzo
roja sangre que yo esparzo
pergamino en vana ciencia.
Que los abrojos espanto
espejo terrenal hondo
mi sonido injerto orando.
Sobre mi vil armadura.
Escita alma, el Castellano.
 
El Castellano
 
CRUEZA SEMBRADA:
 
Amándote ferviente, nueza llama,
presa amapola en sangre se quedó,
sonriente aurora, veza la heredó,
tu corazón alqueza, fuerte se ama.
 
 
Renuevo esta mi sangre, pa' ser rama;
Veraz la rosa, amor siempre alegó.
Al latido, su beso le ofreció,
la flor abierta en agua se proclama.
 
 
El estambre, súplica nocturnina,
piel acaricia , ya brindó mordaga,
su gineceo blanco, sanjuanina.
 
 
Óvulo y ataraxia, adreza aciaga,
tierra, anclada la doña saturnina;
Germina fértil vientre, enhiesta briaga.
 
 
El Castellano
 
Sonetillo:
 
Fuerte
veza.
Crueza
suerte.
 
Muerte
reza.
Nueza
vierte,
 
Diablo,
hablo
mudo.
 
Cielo.
Duelo,
viudo.
 
 
Abreza que adereza,
aceza con agudeza,
esa belleza despliega,
con pronteza, la alteza,
escurraja desliza,
fiel perfidia en pereza,
dulceza habla su clareza,
corteza por variar
acaso adereza,
afirmo la alqueza una,
ancheza del alto lar,
lindeza, listeza, por
llaneza, lleneza,
abre longueza, sin par
de majeza abierta ella,
maleza, la osada,
ensimismada roza
malveza, manseza, ya.
 
 
El Castellano
 
 
Flor de Helecho romance:
 
Agua lleva, suena río,
alma de roca ya merma,
bebía orilla leve.
Flor roja, sangre sí cuenta,
blanca cierva fada triste
cazador hiere su flecha,
blanda espina gemía
flor abierta grana lerda,
fada herida descansa
latiendo la parca negra,
yace helecho silente
suspira sangre plebeya, ella;
el helecho comprensivo
flor mágica forma bresca,
tambores suenan despiertos
vid en helecho acerba,
afligidos, piedra mueven
cazador choca sin venda
flor helecho coge alma
lo que frío bosque agremia
misterio de cierva fada.
Fada descansa, inverna,
cicutas toman la sangre
veneno hacen, su penca
cuervos la cena discuten,
cazador río afrenta,
lleva el río latido,
aliento verde no medra
duendes coronaban fada,
fada su vida dispersa
los espinos la cuidaban.
Suerte mecía atenta.
Enhiesta flor fue semilla,
altiva plántula bella.
Hada tenía la suerte.
Él apuesto, daba guerra.
Recta plántula suspira.
La vida sí fue muy lenta.
Aún duende ella quiere.
Ella, hada, como hiedra
ellos cuatro siglos ''juntos''.
Los dos sí saben, ''leyenda''.
Entre pámpanos exhaustos
cuervos, que ciprés alegra,
ronca voz enardecida
ojos de tierra que alienta.
Rompe mi leve oído.
Bruma que siglos almuerza,
Entre fugas y sus carros
negra sombra sube cuenca,
el Olimpo ya reinaba.
Venus baila, suerte tierna
furtivo, justo desliz ve.
Inframundo almas yesca.
Mal destino él mecía
rivera de calma arrecha,
tuvo cetro agua brava.
Siglos, dicha es vil, ofrenda.
Cierva fada. Lides, forja.
 
 
 
El Castellano
 
ODA TERCERA:
 
I
Grandioso, que tú me alzas
viles lindes inconclusos que lloro,
mi vigía con auras,
recompongo mi coro;
siendo hoz destellando, todo incoloro.
 
II
Oh alma, sin llantos tibios
servil cuanto dirijo ciego, bruma,
anublan cielos, lirios,
severo tiento no huma.
Destellar que calmoso, pulcro, fuma.
 
 
III
Si sea por la alta lira
alzar su carne, el intransigente sol,
glorificas mi pira,
como el trigo y girasol,
flameante como hornillo tu tornasol.
 
 
IV
En tersas noches solas,
mi suave canto puro, ensombreciese;
duras montañas de olas,
de árbol noble moviese.
Frondas y la furia de mar entonas.
 
V
Desfallezco, ir subiendo,
aljibe mi esencia, terneza firme;
solo voy descubriendo,
canto de áspero al irme,
ninfas, hadas, sátiros, a plañirme.
 
 
VI
Por ti bravo, voy calmo.
Al valor y hermosura de antaño.
por ti toda, me ensalmo.
Mi barba de ermitaño.
Osando cautivo, lamer su letra.
Förüq castellano Miguel Esteban
 
Olmo de espíritu, tercerillas y serventesios:
Original:
 
Sátiro, hadas,
auras y ninfas,
aromos fragantes
entre olmos recios
como si hubiesen erguido
el infierno,
flores, magarzas,
amapolas,
coronas de reyes;
acoged mi canto destilado,
en remembranza
como antigua extasía blande,
como besar a mi Musa
sin haberla conocido,
junto al junco pregunto
a la espiga
si sangre acaso
fue bastante,
imagino
el dulce recuerdo
impreso,
palpitante su magia
por doquier,
temblarme pudiera
aquel recuerdo
inimaginable
como nido
en poste de telégrafo
tu pronta belleza
inmiscuyente,
conseguir el blasón luminoso
aquel placer de antaño
que mi letra sin escribir
era tuya,
solo eterna por idearla,
delirio de recuerdo,
pregunto,
no, mejor creo liras
y se me pasa que pacté
con el cielo
quererte siempre
hasta bailar el infierno
resplandeciente,
mercuri facundes,
quasi naves.
 
El Castellano y Leannán-Sídhe
I
Hadas, Sátiros auras, ninfas solas
aromos fragantes entre olmos recios
como si hubiesen erguido corolas,
flores, magarzas, ababoles necios.
 
Coronas de rey; alto ahondo
el canto, no destilado,
en remembranza escondo.
 
Antigua extasía blande,
como besar a mi Musa
sin tenerla vista, agrande.
 
Junto al zarzo no pregunto;
a espiga si sangre acaso
fue bastante, duro asunto.
 
Dulce recuerdo plasmado, aquel, tieso
palpitante su magia por semblanza,
temblarme pudiera el recuerdo ileso.
Inimaginable nido en templanza.
 
De telégrafo tu impronta
belleza la inmiscuyente,
el blasón lúmina monta.
 
El placer de antaño lira
que mi letra sin escribir
era tuya, la eterna pira.
 
Por idearla, delirio entra,
de recuerdo, lo pregunto,
no, mejor la lira encuentra.
 
Y se me pasa que pacté con velo
quererte siempre, y bailar las estelas
resplandeciente, errante no te celo.
Mercuri facundes, quasi nave. Hielas.
 
 
 
El Castellano y Leannán-Sídhe
 
 
 
 
 
Enhiesta albilla:
 
Amándote ferviente cada llama,
presa amapola en fuego se quedó,
sonriente aurora, ella la heredó,
tu corazón caliente fuerte se ama.
 
Renuevo esta mi sangre, dulce dama,
veraz la rosa, amor siempre alegó.
Al latido, su beso le ofreció,
la flor abierta en agua se proclama.
 
El estambre una súplica advenida,
piel la acaricia y le brindó su daga,
su gineceo blanco, su avenida.
 
 
Óvulo atravesado cual semilla
su tierra, anclada joven la biznaga,
germina fértil vientre, enhiesta albilla.
 
 
El CASTELLANO
 
Señales y azares:
 
Abre que se agita
presurosa una tarde,
de templada mirada
y querellas entre flores
y ágiles mariposas,
hervidero era este silencio
de mi bondad manantial,
completo dictaba
el son de mi despierto,
lozana puridad de abrevadero,
opacidad, completa era y bastaba
a sombra, asida
en oportunidad
la reluciente, cuan estela breve
en azabache
osasen peinarla
como materia tuviese,
mantos blancos
lucientes vestía
madre tristeza,
de tallos
y capullos,
de flores sin savia
ni vivaces fronteras
de colores ni frescas fragancias
a desnudas mozas que los ríos
trenzando orillas, descubren,
inocencia de rubor
y sopor de belleza
sus curvas fecundas plagien,
entre copa de fresnos,
y hayas secuaces
entre robles y álamos encenizados,
se estire mi suerte entre piquillos
y trinos de verdecillos,
era una sinfonía que casi
el tacto alcanzaba,
satinaban los pensamientos,
y sonaban en madrigueras de sueños,
penas quedaban en destierro,
sin ellas nada en existencia
mereciese a gozo amplificar,
bondad que no te pongo nombre,
ni competencia servil te disuelve,
entre arenas  de fabulaciones,
y brea de desmerecerte,
eres señero,
y lanza erguida sin yodoformo,
ni sueño visualizado,
cumbre y manadero
en fuente de aljibe
y abrevadero,
risco con tapiz de siemprevivas;
rosas pétreas,
y álgidos escaramujos
sin tábano
que suerte
vuela el monte,
buscando depósito
y botijo de sangre.
Bondad sin atrio ni costumbre,
eres bella aunque nunca duelas.
 
Förüq castellano er-lobo bohemio
 
 
FANTASMAL VISITA:
 
Cálido yo, ante un segmento de cobre
y su templado escalofrío,
un son en llamas del sonido, humeante.
Se rizaba un acordeón,
en patitas algún diablo foráneo,
como un visitante fantasmagórico,
se quedaba sentado con nosotros,
sin reclamar ni vender derechos
consiguió en aire de alguna imagen,
turista o pusilánime prisionero aún condenado,
hablaba solo con sus azares encausados
de invisibilidad trasnochada,
muletero de frío cálido ventisqueo,
era su sombra algo más
recelosa incluso ya no le temía,
partía brisas con miradas,
y servía naipes helados;
en copa alguna hada verde,
vestía de hojas su desnudez violenta,
relamía eclipses en alguna grama, de patio umbrío,
eternidad caracoleaba, sin lazo,
ni pedernal florido,
era tiempo de batallar,
sobre poste cóncavo
de pino frío y señales
en cable tenso de telégrafo,
jugaba notas, y rúbricas,
de alaridos esquivos,
y densos fantasmas, flotaban,
y hacían de esta bruma,
todo corral, y pretil llanto,
como rocío de toda roseta, de penitente,
abierta a la fugaz mañana,
del hombre y su negra tijera.
Miradas extrañas, que le analizaban,
y encendían su yerta,
hórrida imagen capturada,
flotaba en aire;
de plenilunio,
y solsticio embrujado,
como calor desfasando,
un chirrío,
descorchado, en alguna mente,
que, con él, sin saber
se encuentra,
soldando vapores de océanos,
y espumas, y sus sirenas.
Entre vastedad que incendia,
todas cosas vanas,
preguntó alguien,
sin destino, si existir por sí mismo
valiese,
era tiempo necesario;
lo que no se elige,
tampoco se duda, ni pregunta,
acaso hablamos,
o te acabo de pensar,
cadillo foráneo, forraje
de todo sendero
que lleva a conocerte,
como clavo en sombrero,
y cimitarra en tierra asida.
 
Förüq
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 I
27 abril 2016
 
Raíz:
 
Tibio resplandor dorado
mi aura escapa de mi cuerpo
para no saber quién ser
el ababol del camino clama
por enternecer la primavera
a rojo carmesí cuando la tierra estalla
en flores ellas dejan su río de sangre
allí donde el olmo viejo
crepitando mi sentido estaré
me nace una espiga de la mirada
a la hora que se acuesta una malva
luce el colorín su trino
la caléndula cierra sus flores en verso
a la hora que el tejo exhala por el tiempo
transcurrido hueso viejo
y su tornasol afilado
hoy es tiempo de colgar sus flores al viento
por si llora mi cielo cuelgo ramilletes
en chopos silentes que la vida
vio colgar de mis pupilas
al dulce trigo en verde olivo
que mi ser yace más que vivo
mi ser es primavera
a la hora que su caricia blande entera
mi tierra y su entraña abre
al esplendor de un estambre
y se eleva mi lumbre quieta
río de sangre que me crece
por soñar soñé y me enraizó la flor
y que la flor sólo sea la flor
Porque jamás mil máquinas podrán hacer
una flor y elevado mece su amor
por la verde grama
que se afila de mis ojos
la guadaña
por el ancho largo
trepó y escaló su cielo
al fiel desliz me hallaba
esperando adoptar su sabiduría
que reverbera en cada pétalo
en cada hoja, en cada raíz
de su fiel testigo estático
quedando quien fui
y la tierra que seré.
 
 
 
El Castellano
 
II
28 abril 2016
 
El tiempo que se abra
y brote mi vida
al compás de un Sol mayor
resumen de existir en el brote
de una zarza que allí
baila mi hada
estallando en flores su pelo
tierra yerma que vio trinar
el estruendo de un zorzal
quien te viera caminar
vestida de espiga y lavanda
por ti se abre la Rambla
tus cabellos iridiscentes al brillo
canta al son mi grillo
por un camino se bifurca el reguero
el gato lame su pelo
yo estoy esperando por si te encuentro
mi señora de las flores silvestres
se Acuña mi aliento
en una flor del viento
una flor pálida nació del cielo
con sus colores alegró al tiempo
de sus hijas nacieron alegres vientos
del norte que en color vistieron el bosque
una flor naciente abría su esplendor
a un Sol de mayo por ella tormentas
nacieron germinando a su paso
vivezas de antaño
por los prados viste mi calma
fiel a encontrar tu amor un día
por si el cielo se abre
que sepas que él te mira
mi señora de las flores silvestres
un cardo de la dama en tu mirada
por si vivo mi vida te entraña
fiel de esperanza
una flor bajó del cielo
a expensas de sangre tener
ella se volvió mujer
con tu nombre en la piel
por la floresta danzaba mi suplicio invernado
fiel testigo maravillado
con amor en las venas esperando las flores
de primavera y sus caléndulas
despertaba por fin Ostara
y el cariño de la tierra
mecieron los terrenos
un soplo de su aliento
me floreció un beso
Cuando los jacintos abrieron
sus flores al horizonte del terreno
yo estaba despierto
surcando la mente de quien me piensa
con paso lento y decidido
transmutaba la flor de Odin en luz
cabalgando un arco iris de estrella
sonaba la campanilla entre grama dolida
era el momento de acostar
los dientes de León
al tiempo que besaba fragancias de colores
mi jardín de duendes.


El Castellano
 
III
29 abril 2016
 
Todo se baña al calor
de tus ojos
ciñendo la danza
de mi azada
se enhebra mi calma.
Vespertino guiño
de gramas preñadas,
por la sed de arrojo
por tus estrellas desdobladas
Viene mi caléndula con una sonrisa enfundada
Yo estaba caminando sobre mi línea
la noche me contaba sus mentiras
sobre un parco negro límite
me encontraba
disparé a la luna sin hueso
se me acercó un cuervo
con alas azabache
pregunté a la noche
que su abrazo en letanía aguarda
si yo era merecedor de su dama
yo soy la voz de pasados lejanos
soy la voz de un futuro
soy eco de tormenta
al fuego de su rayo
llevo a cuestas montañas
enjambres de abejas
quieres oír su nombre
que la oscura soledad late
Él es Siempre
como un relámpago de sangre
como una luz que mece y envuelve
es el despertar en otra carne
en otro cuerpo
las sombras cantan a su vuelta
yo que camino por la ortiga que me mueve
hoy verá el cielo llover flores
y los campos abrirán sus colores
al rey astro que nada ni nadie
contra él puede
por si brilla mi suerte
de la mano de la dama nocturna
contará aquel cuervo que me vio.


El Castellano
 
RAÍZ DEL AURA:
 
 
 

Arrostran secuelas
de cicatrices
en mi nueva forja,
abren caléndulas temperamentales,
cebollinos de lares silvestres,
a Numidio le ofrezco,
jacintos silvestres
que evanescen,
y mis rosas caninas por abrir,
no falten a tu vuelta,
ajipuerros inquietos
aguardan los campos
el reverdecer
de otoño sembrado,
romo hierro acrecienta mi sangre,
labriego invocado,
irritable,
a la vuelta de mi fortuna
sosegada, trillada entera,
como tupida yedra abraza
la sombra de su árbol,
no piso cenizas que se parecen,
honraré sin coturno
a Cécrops
esperando laurel eterno,
cúantos ríos nos desconocen,
este honroso polvo,
Musa mía no abandones tus juegos
modula tu laúd sonoro
que tu voz parte y pretende
dulce y armoniosa,
al fugaz viento
tiende mi fulgor de armas,
se duerma así
con mis oídos dejando
se afilen trompetas
y clarines bélicos,
brillante mira displicente
mi hiel de suerte,
hoy no vendí ni un atisbo
de espíritu a su cruel destino,
argento un color
nombré escudero
que enraizó en la tierra
como un blanco chopo de belleza.


Förüq

II
2017
Raíz descubierta:

Sueño, un haz subordinado
hoy tuve una experiencia
subjetiva al cansancio intuido
de aquel retoño de lagartija salamanquesa
de mi pared habitante de mis tiestos,
la regué y corrió a detenerse vertical
frente mis ojos,
en aquella pared donde caza,
detenida sin presura,
yo acerqué mi mano tapándola
por completo sin asustarse siguió inmóvil
y pude acariciarla con cariño,
empiezo,
que no he terminado,
enmudeció mi soliloquio confinado,
abandoné mi voz,
bajo el latir de tierra
sangre huye,
rojos carmines en avidez
de rizados estambres,
sobre las montañas y su blanco gineceo,
esencias despiertan,
palabras bullir
en carne fundida de suelo
en fértil, serena de aliento
en bruma niña,
madre de este gris anisado,
con crispado horizonte,
toda caída sin destello
ni florida estampa
que seca mi ala,
iris de soturna
carcoma mía
en tejado de oscuridad,
de tronco y su nido,
vamos tejo,
si yo creo que eres mío
háblame de tus penas sin escapar,
de tus romances oscuros
a vientos de luna,
piérdeme la compostura oxidada,
haz que me lloren sin miedo tus hojas
que yo deseo ser tu eterno amigo,
compañero.
En raíz descubierta
que afila el tiempo,
será mi cuerpo.

El Castellano

III
 




Cuerno sonoro,
cuerno vivo,
cuerno hueco
brillo frío templado,
vive tu osadía la bravura,
osamenta quebrada,
viertes tu sangre,
dando brío a la fuerza,
tu luz no tiene rienda,
tu puñal me dio vida,
y a Quoth el cuervo,
tu fiel agonía,
late, sangre fluye,
corre el lobo que soy
bailé entre serpientes
altura desbocada
he oído alzarse
almas bajo la tierra,
arde regio sol-ferro,
oscuras alas blanden
sus filos de alba.
Regentan iris
la lucha que reinará.
Habla desde la leyenda
el origen de Iberia,
quién espantará
mis gritos entre ruinas,
desciende su poder
somos los otros,
canción de una piedra,
férreo el destino,
amplia senda
honro mis dioses
abrídme el camino,
surcarán abiertos
libres vivos;
oda por esta tierra en llamas
por esta tierra en trizas.
Ahogarán alientos
bajo el dios del Trueno
ávidos guerreros resplandecen,
raíz de plomo
incandescente.




El castellano


IV
 




Por la vía
que los vetustos
olmos blancos
protegen los desnudos álamos
que aguardan erguidos,
al descanso de trémulos corceles
y sus carros, cruzan sin herir el sendero,
abatida mi contemplación
fue silenciosa entre páramos
angostos esquilmados del ocre
ardiente, encorajinado,
como un negro suelo que rozo
con los ojos.
La sombra que un ciprés rutila
se acrecienta erguida, ahilándose
con aspavientos que retuerce la luz
sin franco obstáculo.
Era de la tierra habitado
un bronco grito sin suerte,
refirió su desventura
y miradas no esquivaron,
quedaron vistas cuatro espigas
juntas en tierra arremolinada,
por las vides de semblanza
y el resurgir del añil
del santo olivo,
misteriosa sombra de ciprés
háblame como se habla a la primavera
para que se lleve los fríos,
quiero compartir tus preocupaciones
preservarte como me preservarás
cuando muera,
al sigilo del rojo brezo
me alzo como flor
que la primavera arrebata al invierno,
y abeja que baila sobre coronas,
como agua clara
que da la misma luna,
así como tú sombra,
yergues tu profunda pupila
desde la misma senda
que te vio nacer
pura, limpia serena
aguardando al alba
tu desnacer
que tiña tu ojera suave.
El Castellano

V
Candor en raíz:
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Sembrar unos versos,
en nueva hornada
que el río lleva 
en estribillo
cantad pues
que cantaremos
los mineros del verso.
Luz y claridad
en seno de nueva alborada.
Certeza en mi corazón
que late a las raíces
del antaño oculto,
por padre soy minero
por madre soy barquero,
cavando esta mi sombra
voy al hoyo del Sol.
Medito cual azada
de tres cabezales.
Tiemblo,
retemblando voy contento.
Onda vítrea marco mi andar,
por costales del Álamo
forjador, a su boca de fuente solariega.
Sed cándida de funesto, aciago sol.
Luz en aire es del herbario viejo,
padrón de arpa y su son.
Cantó mi campana
vengo por piadoso cerro
como solitario
señor.
Oro jovial seré
como vena del ámbar
relumbraré
mi añil, 
amarillo viejo.
Pintaré lunas
y sus anchas ojeras
que relucirán sin ocasos
ni malvas espantarán,
fríos vernales.
Vendrá la niebla clara
por arboledas
y pinos tupidos
que caracolean
mis ideas reverdeciendo
los antiguos pesares
y su alameda errante,
vine por el murmuro de la piedra;
arraigado yo voy de mi insepulta tumba.
Hierros repican
sones como astros cinceles,
desnaciendo de la roca 
su candor mineral.
 
El Castellano
 
ODA ARENGOSA:
 
Viejo gris
oh viejo gris,
te escribo
te canto viejo gris,
tu canción me arde dentro.
Gamle grá,
mi alma partirá
sé que eres honra antigua,
honra olvidada
Oh, Odín.
Oh, Valhalla,
camino libre tus aposentos,
vivo que camino libre, muerto,
te hablo oh olvidado,
oh esquivo viejo gris alumbrado,
recto hacia la tiniebla
junta tu ser con mi alma en llamas,
oh anhelado, viejo gris difunto,
Oscuridad se vence
no se ama
Oscuridad no se vence, se ama.
Nec vincere, tenebras et amat,
ven, ven, arde.
Ven a este infinito remanso
donde se bañan las almas
mi infinito
tu sonriente halo esquivo
ya no plañe
mi granate oh viejo sepulcro gris
oh viejo tapial deslumbrado,
luz, luz me atraviesa ahora
yo, carne de espada,
yo vivo y defiendo
mi soñar de muerto,
oh, Odín mi padre
creador de todo cuanto existe,
Oh, Valhala, mi jardín
con dicha, bailo,
con honra me baño
en el lago del pozo Airón,
mi hermano Ares,
soy yo ímpetu
soy solana de esta vanguardia,
ven a mí viejo gris,
perdí mi ojo que arrojé al pozo
pozo de ánimas yertas
se escuchará mi acorde
en Sol mi sangre,
sí Sol Ferro, me blandiste regio, seguro
ante la muerte
dame a mi mujer.
 
Förüq castellano
 
 
HALO DE ENTUMIDA ALMA:
 
Al sentido intransigente
mi tinta escudo,
era mi corral umbrío
de flores llanas
en pétalo armadas,
como azares que lluvia
plañe segura sus corolas,
claro entre el oscuro
rojizo terreno,
redil de un patio de estrellas,
a mi entumida alma canto,
esta soledad acristalada
que me crece como musgo
en la piedra de mi corazón.
Voces yertas sequedad
en tierra escuchaban,
regué su sed,
atisbo cómo será la vida en centro
mi globo estrella luminaria del día,
si acaso su lumbre sola se sostiene
ingrávida cómo que viaja,
el hueso de luna su esposa
por mares de arena
su magnético mirar
partida la sombra que me acompaña,
resumí en cáliz mi aposento
en sangre nueva y borbotón yacente,
no es por mí mi halo baja a rodearte
este pájaro me habita
desde soto de carne
a hacer nido en razón ausente
en tormento dulce dormido,
tres monedas mi suerte acuñada
por ti
por mí
por el rifle poesía.
Mi contento brotaba
como germina-arte, la fuente,
implacable éter naciente,
auras revolotean púrpura violácea
vil abrazar mi azul
en oscuro cuarto vestido en tul,
verde, amarilla la sola lagartija
me fascinaba.
Manso alacrán soberano
con la araña lobo lycosa lycosa;
tarántula maternal,
del zorzal al colorín
del verdecillo al verderón
del pardillo al canario de cimbre,
del herrerillo al matemático estornino,
hoy tu piel, diviso;
para por fin hacer nido sedoso,
en tu placer
y humedad permisiva.
 
Förüq castellano
 
 
Niebla sonora:
 
Cielo no me juzgues,
pero sí me gustas,
y mil desánimos me invaden,
como amar una utopía,
enamorarse de una nube.
Que surca el azul celeste,
de propia vida.
Apagar fuego echando más leña,
ver una quimera de piel;
en imposible caudal
Ambrosíaco,
ver la luz sin tener ojos,
enamorarse de una lagartija
de mi jardín y esperar
que me hable cada día...
Pisar un abrojo
y saborear dulce,
como imaginar la miel
de tu cuerpo.
Escuchar la niebla del sonido.
Es todo lo que siento,
vals de nirvana
si mi doncella mi boca
adentra su boca,
sí de trece veleros
trece estrellas de luceros
que es el amor
que te proceso
me ayudarías
a amarte
¿hasta mi honda sepultura?
llamas de amarte profundas en tus ojos
un tiempo
de locura en la vida
llamas de amor
me sirvan llamas de amor
me soplan llamas de amor en tus brazos
te ardo
llamas de amor
avisa llegues bien a destino
profundo en tus ojos
llamas de amor.
 
förüq el castellano
Bosque de jardín umbrío:
 
 
En el bosque de tus ojos quiero perderme.
En el campo celestial de tu mirada.
Vivo, y quiero vivir, siempre.
Del paraíso de tu cuerpo,
soy caricia de lluvia,
soy melodía de viento,
soy te amo sin tiempo.
Porque de tu corazón, soy eterno,
y tu amor es lo más bello,
y caigo en el sueño,
en que abres tus pétalos, para mí,
bajo aquel árbol del deseo,
y crecen las flores,
y el lago emana,
de la belleza de tu alma,
de las violetas y amapolas,
del jardín de la alegría,
eres tú la ninfa mía.
Y las flores de malva, tienen envidia,
las rosas celosas, crearon sus espinas;
porque mi amor, fue para ti.
Las campanillas más sencillas,
crearon en flores sus voces,
en notas, de amor al que llaman,
y buscan, trepando y enredándose,
en la maleza, y la piedra,
el helecho en duelo,
rechazó la flor, y la semilla,
a esperas, de ganar tu amor,
con sus hojitas en belleza,
que se despliegan como un caracol.
Las droseras ansiosas,
su trampa, desplegaron,
en son de atraparte,
en sus dulces gotitas de reclamo.
El musgo enamorado, así se quedó,
pequeñito y suave, como el terciopelo,
para acariciar tus pies, y sonreír
con la lluvia, y el agua.
Donde la roseta cantaba,
y de la luna, se creía preferida,
abrió su amapola, azul y negra,
la adormidera;
siendo el sueño de las hadas,
su prima, la golondrinera,
su amapola amarilla,
fuego del bosque de las sombras,
liberó su ninfa con una gota de rocío,
con ella, llegó la primavera,
contigo ninfa mía, llegó la belleza,
y tú, amor, en alas de mariposa,
abrigaste cada sueño,
arropaste, cada pensamiento,
y ahora, no sólo eres mi amor,
también, la más linda flor de mi sentimiento.
Nunca marchitarás, porque si pasa, desaceré yo.
 
 
Gran luz, gran luz, al conocerte.
Cabalga un sueño, hermoso en los albores,
cruzando el mar, su alma está.
Su casa, su amor y su hogar,
en el corazón de su doncella, está.
Guerrero niño, vasallo nombrado, del amor.
Gran luz en su reino, creado de ilusión,
de fuego incombustible, su interior.
 
Cabalga su amor, su doncella más cerca está.
Crecen las flores, en los alrededores están.
Deleitadas y coloradas,
dejando en pétalos, su complicidad,
para el romance, que viendo están.
Mientras va el río de colores,
con paso lento, y decidido.
 
En besos de gotitas,
que dan vida, a las almas al pasar.
Llora una plantita, con una gota de rocío.
- ¿Qué pena tienes tú, plantita,
tú, que eres linda, y la luz
y el río,
te besa, y acaricia, cada día?
-Mariposa quisiera ser,
¡Mariposa quisiera ser!
 
Volar a la otra orilla,
y a mi amada Quimera,
que está solita, poder besar.
Al viento le pido, cada día
que traiga sus semillas,
para que, con las mías,
abandonemos la soledad.
 
El castellano
 
Urdimbre argenta:
 
Puedo escribir todos mis pensamientos,
y ninguno podrá reflejar mis sentimientos,
el amor no quiere ser pensado,
ni si quiera ser conocido,
sólo sentido.
Yo te sentí amor
y por querer pensarte,
desapareciste entre la tenue, luz de luna, que me abrigaba.
allí la razón, apagó los latidos, de un corazón.
Como tierra yerma,
marchitó aquella flor, que,
un día, llamé amor;
y ninguna pudo ocupar, su lugar,
sólo la hiedra brotó, hasta tapar la luz, que me daba calor.
Pero yo te sentí, amor.
y lo vuelvo a hacer.
 
Cerré los ojos y allí, estabas,
como si no pudieses salir,
de mi interior.
Como si quisieras besarme,
o decirme algo.
Pero tú bella en sueños,
no hablas.
en sueños, no hablas.
Y nos quedamos mirándonos,
a ciegas.
Yo te aviso, que en el bosque
de mi mente, solo hay un camino,
y es un laberinto.
El final lleva a despertar,
y enfrentarse con la realidad.
Pero tú bella, en sueños,
no me hablas.
y yo a primera vista,
me enamoré de ti,
por si algún día acaso,
el sueño se cumple,
y ya de realidad me dices,
te estaba esperando,
siempre te amé.
 
Logré lo que soñaba,
logré encontrar amor,
conseguí felicidad en el pequeño
y largo momento.
No entendí de ella sus lágrimas,
o quizás sí.
Si su felicidad fue la mía,
al revés también sería.
Al revés también sería.
Y yo la esperaba como
aquel día.
Pero con otra compañía.
No lo elegí, sin saberlo
ella seguía en mi camino.
La consolé cuando llegó en lágrimas,
no me dijo por qué,
pero sentía su dolor.
Tenía un presente,
y no soportaba la idea
de quien por ti sufre
es quien te quiere.
Y esa noche lo que tenía,
se esfumó como suspiro
de oscuridad del callejón conocido.
Esa noche vinieron los jinetes del tiempo,
me mataron en el sueño,
pero el sueño lo termino yo,
y mejor esa noche solo me quedo
contigo amor y mejor,
muero con tu calor
para terminar en ti con el color
de caricias, y besos
como un romance, que no acabó.
 
 
Buscándote en el silencio.
Buscándote debajo de una piedra,
o en el fondo de una cueva.
 
en la flor sin cortar,
o en el fondo del mar.
En la nube o fuera del cielo.
En lo que se ve,
 
y en lo que solo se siente.
En el sueño y en el recuerdo,
en mi felicidad o en mi tormento.
 
Buscando, te encontré lejos.
Ahora que en letras te tengo
estás cerca de ser mi vida
y yo, tu verso.
 
 
Bella, vuelas libre doncella,
sol te toca, acaricia tus efímeras alas
de mariposa desvelada.
Viento te lleva, allí donde el amor creó,
reflejo de libertad soñada.
Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas,
dejaste atrás nubes de tormentos,
rozando tu destino me arrastras.
El manto de las hojas te protege,
buscadora de sueños
de la fronda de mis sentimientos.
Viviendo en la ternura de la dulce mirada,
volando con la fuerza de la palabra sincera.
Durmiendo hasta que se oculta el alba,
ángeles y dragones, arropo en el corazón.
Para tu despertar, mi luz quisiera llevar,
para encender tu corazón, el fuego de mis ojos,
cientos de tonterías para tu sonrisa.
Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel,
pintando mi vida.
En la caída color gris quedó,
color gris quedó.
En la huida el tiempo y la situación
que cortó un camino en dos.
Vuela libre, pidiendo ser vista de nuevo.
Su esencia mariposa del amor.
 
Me llama en la noche,
me acaricia su velo,
viene altiva en cada sueño.
Con sus caricias, desvanecerse quiere,
renacer en la oscuridad del ocaso eterno.
Comprendiendo y llevándose mi dolor.
Yo, sin comprender su aparición.
Recreando su alma viajera.
Sueños serán, más cada día,
amo más.
En la belleza de imaginar,
la complazco con la sencilla palabra de amor
a su alma sin cuerpo.
que me acompaña desde que sufro
por el querer.
Fantasma o fantasía,
me guarda caricia,
sin saber yo su razón.
Ella, hasta dudando de su existir,
que yo por amar, la amo.
Más no sé la razón de su compañía,
cuando el reloj marca la una en madrugada.
Más si pudiese saber, preferiría no saber,
quién es preso de quién, o si ella y yo,
somos presos del querer.
 
 
Te vi, detrás de la estrella más brillante
del azul nocturno eterno.
En el suspiro de amor que corre y descansa
entre la inmensidad de un parpadeo.
 
Entre la oscuridad que alcanzó a ver
la belleza que envuelve tus piernas.
Adentrándome para reposar contigo,
siendo una sombra más,
pero especial para ti.
Te encontré en mi sueño más cálido,
en el cielo encerrado que liberé.
 
En la noche que la luna baña tu cuerpo,
y en la noche que mi amor corrió por tus senos.
Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra,
para así, por fin, no olvidarte nunca.
Es solo la vida en mis ojos donde un día
se mide por las veces que te imagino a mi compañía.
Y una noche la vida de mi palpitar sin sueños.
 
No importa que no te tenga,
no importa que no te vea, porque te siento,
y te siento más allá de donde acaba el firmamento,
en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo.
Donde me di cuenta de que,
el sentimiento descansa,
no muere, como la flor sale en primavera.
No importa que no te tenga.
 
Porque después del invierno volverás a florecer,
te amé, y a mi pesar, y a mi conciencia, te liberé,
pero con el saber que, si vuelves será para quedarte.
Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas;
porque a mí no me engañas, yo soy para ti,
y muero si no me cuidas. porque te entregué mi palpitar,
por lo que somos,
y por lo que seremos,
nos queremos.
 
No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella,
y tu amor prefiero sembrarlo a diario,
la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra.
 
 
 
Noche lúgubre y umbría:
 
A ti noche oscura te escribo.
¿Por qué no me das el sueño que tanto ansío?
Paso noches enteras de insomnio escribiendo poemas hasta enloquecer, llevo ya cinco días sin dormir y veo que se van mermando mis facultades mentales y escribo frases sin sentido,
garabatos en hojas de papel.
Me asomo a la ventana y contemplo las sombras de la noche como fantasmas,
deambulando sin rumbo.
Mientras, apuro la botella, esperando matar esos fantasmas de
mi cabeza que suenan como delirios con sus voces.
Me estoy volviendo loco.
solo veo sombras, y figuras que se dibujan en tu oscuridad, como demonios.
Sólo los gatos y lechuzas salen a cazar como los murciélagos.
A ti, noche lúgubre y oscura, te escribo, que, bajo tu protección de tu oscuridad,
ven salir los ladrones, y asesinos a hacer sus acometidos.
De muerte y delito de acero y sangre.
A ti noche, lúgubre y oscura, te escribo.
Tú, que no entiendes de genocidios, ni de muerte, ni de fosas comunes, selladas con cal, y tierra, ni de fusilamientos.
Tú solo ciegas la luz del sol, y sólo el fuego, y los fusiles, iluminan,
tu oscuridad.
 
el castellano
 
Sed de reguero:
 
Manantial fulgente de inspiración,
es tu mirada tierna sin compasión.
Matices de esmeraldas tu pupila,
enfrentada con mi pupila.
 
La golondrinera el aroma,
de tu piel frágil, y esquiva,
con sus amapolas amarillas,
el color de tus cabellos.
 
Un piropo, un suspiro;
de mi amor eterno.
Irrefrenable el deseo,
de entre tus afiladas, y moldeadas, piernas.
que corre, que escapa, y vuelve, el cosquilleo.
 
Tu boca junto a mi boca, bebiendo
del mismo, agua, del deseo.
Tu piel con mi piel avivando,
el fuego del sentimiento.
 
Aunque te marchaste, sin cumplir mis anhelos,
me robaste mi primer beso,
de niño, que nunca había sentido el amor.
Me dolió que te marcharas,
a otro país, sin despedida.
No te pude decir, que te amaba,
pero si regalarte, una rosa amarilla.
 
Supuse que te lo imaginabas.
Desde que tu recuerdo,
me acaricia,
siembro en la misma jardinera,
al último suspiro de verano,
golondrineras amarillas y al igual que espero,
sus amarillas amapolas, en primavera.
 
Espero, que vuelvas, aunque sea como mariposa
O abeja a mi terraza acariciada por los álamos;
y bañada, por el monte de horizonte.
Espero.
 
Vida en gris, de la que tú eres, mi luna esperada.
Se cavan surcos de ti, en mi alma soñadora,
por donde fluye el solitario beso;
la tierna caricia anhela ser algo más.
 
Mis ojos quieren atraparte, en su firmamento,
mis sentimientos arroparte, con fuego.
Pero yo, sólo te quiero a ti, mi vida en verso,
mi motivo para ser, solo tuyo, para no necesitar, nada más.
 
Ser el sueño, hecho realidad, la felicidad, de dos caminos,
que se cruzaron, en el destino.
Tiempo para esperar, vida para soñar,
cuando te vi llegar provocaste mi despertar,
y ya no quiero descansar, solo luchar, te quiero amar.
Nos merecemos algo más, en este papel que jugamos,
saber si nos amamos, si el deseo, quiere ser pasajero,
el mío, quiere hacerse eterno, y ser tu sustento.
 
Sólo espera su momento, el sueño para vida plena,
avanza cruza cada noche, el cielo azul, de matices violetas,
siempre te encuentra, la soledad, me abandonó, para poder servirte.
Ahora avanza la duda, el temor, si realmente te merezco.
Pero del corazón, nace mi valor, lo sincero el dulce te espero,
el te quiero.
El pensamiento, que paraliza, cuando te veo, la sensación del amor.
 
Todo lo que me queda por decirte, y lo que no te dije,
vida para vivirte.
Avanza, no se separa, no se aleja, te alcanza.
Porque eres lo más hermoso de mi mundo,
camino que surca nuestro antiguo paraíso.
Permanece como el compás de mi pulso,
desde que te conocí supe,
para lo que viví.
 
Fluye mi vida por tu cauce, el camino de mi amor;
allí donde viven, por el querer, alegrías.
 
 
Voy allí y te encuentro dormida, al final del bosque,
te encuentro soñando, con otros días, de amores profundos.
Como el azul del cielo, que, a tu lado, te hacía brillar,
mi caricia hace una pequeña sonrisa en tu rostro,
 
mientras acercas tus labios para besar los míos,
y fundimos nuestra vida bajo aquellos árboles.
Vistas de un amor eterno que devolvería vida,
para quitar su despertar, de melancolía.
 
 
El lobo vigilaba su guarida, allí su mano le sacó, para ver el mundo.
No quiso volver a su cobijo, las palabras dulces y tiernas,
guiaban mi alma a viajar, uniendo su ser volaba hasta regresar.
 
Te necesito más allá de este sentido, que grita por tenerte,
te necesito más que el fuego a la madera, gritó mi vida por tenerte,
y a la vez te adoro, en cada golpe de viento y reflejo.
 
Me encuentras, y tu recuerdo, reciente, me besa,
mientras no puedo evitar recrearme,
en el deseo, y corresponderte.
 
Transparente sentimiento, para sentirlo, una vez más.
La noche está llamando, moviendo su tranquilo velo,
a flor los recuerdos, que te piensan, una vez y otra.
en la soledad, mis manos quieren sentirte, mis ojos verte,
maldita mi suerte, que dejó
que te fueras para soñarte.
Ahora, los minutos me ganan,
sin ti,
no quiero el cielo, sin ti.
Como la brisa a la mar, mi alma reclama, tu compañía,
cómo encontrar sentido, en lo vivido, por su final, si ya no está.
 
Tú mi noche, y mi día, quiero verte, una vez más,
para así no sentirte soledad, en la oscuridad,
tu reflejo llegará, allí donde se encuentre mi felicidad, tú, estarás.
Hoy, la noche
me llama una vez más,
para soñar que a mi lado estás.
El tiempo para sentirte, lima mis nervios con solo mi despertar,
y no verte llegar, para no verte llegar.
Amor dónde estás, si te fuiste quién, te podrá domar.
 
 
El castellano
 
Noche velada:
 
Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro,
pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento.
Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas.
Más los dragones, del cielo sonámbulo te acarician.
Cielo obtuso, de sueños fluorescentes,
tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes,
por el tiempo de espera angosto.
El murciélago,
baila con el colchón de tu luz,
rasgando sombras,
para reposar siendo una más.
Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime,
por qué te busco incluso estando solo.
Flores opaco reflejo de luz violeta incluso de noche;
artificie luzca.
Lucero de ciudad,
rompiendo la obscuridad.
La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más,
humo, humo, humo.
De tierra a ceniza llamando,
le ganó el cigarro y el trago,
recuerda que tus ojos tienen sangre
y también se emborrachan.
Cállate sólo eres una fantasma que yo sólo veo.
 
 
el castellano
 
Ceguera:
 
No lo veo, pero yo también lo estoy sintiendo,
esto no es sólo lo que siento, es un simple lamento,
de no hacer todo lo posible porque me sientas en este momento.
Por darme a mi momento, sin haber parado a pensar cómo iba el tuyo,
quiero compartir que mi base de existir fuiste tú desde conocerte y verte,
esta es mi vida con la enfermedad mía de la ceguera.
Decirle, que la amo aún, así de no poder verla, no se vaya de mi lado.
Entre noches de humo y suspiros de minutos,
busco tu aroma en mi piel entre el calor de mi cama;
tu sabor en vasos de agua.
vivo muriendo en el oasis de tu compañía,
en tus recuerdos, esperando la arena de tu piel para adéntrame.
La luna perpetua de noches en vela de navegante,
sin mar ni tierra, ni final, solo con un duelo al tiempo de tempestad.
Ya olvido quién soy para adaptarme a un tiempo que no me corresponde,
soñando noches de miel, despertando nubes de nostalgias,
acercándome a ti al cerrar los ojos alejándome en la tristeza,
nadando un océano sin saber nadar, navegando a la deriva en tus piernas.
Adentrándome en tu vida sin querer, donde ya se juntó mí querer con el tuyo,
el halagar cala dentro y profundo, llora la distancia;
comienza el despertar de los tambores, llamando a los soldados de la tierra.
Con el susurro de la luz en cristal de gotas de agua,
pensamientos cálidos me arropan tu compañía,
solo una vida solitaria desde aquella lejanía;
 
un sol pernocta durmiendo disfruta su luna
con tacto terciopelo una vida de amor eterno
un caballero busca a su mujer la extraña.
 
Avanza entre montañas de azores
y valles de bosque y ríos dulces,
noche de amor entre nubes acolchadas,
 
con el frío de un mundo en sangre que estaba en guerra.
Ahora su patria era su tierra en la hoguera.
Se despierta frío y solo tras pintar con nostalgias recuerdos.
 
El castellano
 
Tu voz:
 
Eres fuego en el agua,
eres luz en la noche,
calor en mi alma de hielo,
amor en mi mundo de ilusiones en viento,
 
bésame al final de este deseo de chincharte,
acaríciame con tus labios,
el mordisquito en la oreja,
el susurro en el cuello,
 
noche de eco entre imágenes,
pupilas mirando pilares al cielo,
entre verde y violeta de árboles,
 
ojos de gato, tu gemido,
tímido y feroz,
tu voz.
 
Entre fuerza y coraje saca su garra al tiempo,
lo efímero del segundo al pasar del minuto,
la seda del sentimiento, en su carita del beso,
el piropo y su carmín el despertar de su recuerdo,
 
acariciando su pelo siendo sus ojos, siendo su boca,
siento sus nervios, me atrapan enredándose contigo,
el momento que dejó el silencio,
el tímido beso con fuego en el interior, su dulce sabor.
 
Mariposas recorriendo cada paraje de la piel.
Tú y yo solos los dos, tiempo de infinito, sensible el instinto,
se sirve de tu aliento, crea mi armonía,
cada caricia te hace real.
 
Sostén mi placer cada anochecer,
sé el tiempo que nunca se fue,
sé mi sonrisa y cada imagen que quiero ver,
detén este instante para hacerlo real,
 
el sueño hecho realidad, la historia sin final,
mi eterno amor, sin dudar,
corazón carmesí, como flor de abril,
navega mi sensación.
 
Es un te amo lo que me encanta escuchar,
los mil que me quedan por decirte;
los que nunca se irán.
 
 
El castellano.
 
Los pequeños detalles:
 
Una nube de tranquilidad me cobija mientras observo el paisaje. El caserón vuelve a relucir con el cuchillo dorado de la piedra caliza, que resiste el embiste del viento y las lluvias; la lagartija tomando el sol está, tuerce la cabeza y cierra un ojito, aprovechando los últimos rayos de sol; el escarabajo de tierra camina lento con sus fuertes patas, tropieza y vuelca quedándose varios minutos intentando ponerse derecho; mientras, se despierta uno de los dos grandes murciélagos, que aquella cámara de la gran casa rústica, ocupaban.
Amapolas y amarillos de espinos, con el verdor de los pinos.
Vides para cuidar y cultivar, un pequeño jardín con caseta para las gallinas; frambuesas y arándanos, en un pequeño huerto al lado de la puerta, un pequeño estanque de azulejos en el aljibe, donde nadan tres carpas y un barbo, oscurece y el joven rapaz, de cernícalo primilla, del palomero oscuro de la casa, se lanza a por un pequeño ratón de campo, que andaba merodeando, buscando algún resto de harina o de grano.
Con los primeros rayos de sol, la mariposa de bellos colores azulados, dando sus aleatorios vuelos en busca de flores de lavanda, es atrapada por el pequeño mochuelo, que salta del agujero de aquella antigua encina.
Avanza el día con el volar de un salto de un saltamontes, al criquear de un grillo cebollero bajo el frescor de su madriguera, bajo una atocha de esparto, ya dorada, a mis pasos bordeando las vides, detengo mi visión en un diente de león que paseaba una doncella escarlata, o mariquita; buscando pulgones que comer, voy hasta el roquedal con una trilladora oxidada, que vio mucho oficio, se descubre un bello lagarto ocelado, que asustadizo rehúye mis pasos, un alacrán camina lento su despiste, sin alerta, por la piedra, y una araña lobo lycosa lycosa, le lanza fulminante mordedura sin defensa del aguijonazo del alacrán, todo sigue su curso instintivo, de silvestre ecosistema, donde ni la culebra bastarda se molesta en bufarme, ávida busca nuevo escondrijo; todo sigue la supremacía del devenir de las estaciones, y genética de condiciones, que todo animalito sigue sin recelo.
 
El castellano
 
Latido:
 
Latido constante, clavado en tu mirar,
caer y despertar en el incesante sueño,
de compañía a tus efímeras y angeladas alas,
de tu eterna alma.
En sinfonía plena con mi sentir,
plausible en verso y gesto
que arde en tu corazón de fuego.
 
Aviva el recuerdo creando presente
de este soñador despierto,
para volver a anhelarte mi amor eterno.
susurro del viento trayendo tu brisa,
a mi sentido despierto cuando te veo.
Latidos al compás de tu sentimiento,
viendo la vida en colores,
desde que mi pensamiento invades.
 
Y vivo colgado en tu pestañeo,
para ser el poeta de tus ojos,
sencillos y tiernos, vivos y aceitunados,
y corre mi vida por tu cauce.
Donde el río creado,
fueron mis lágrimas de felicidad,
de sentirme amado.
 
El castellano
 
Ser de esencia:
 
Ilusiones quemadas en papeles con tinta,
con los sonidos sordos de un eco de imágenes
el amanecer en sus ojos del cielo encerrado.
 
Silencio en palabras que el despierto corazón duerme,
la mente ciega las observa con su pensamiento claro
sus penas bebidas del fondo de su copa de cerveza.
 
Sonrisa arrancada a la luna de un viernes,
un secreto en un gesto que su mirada grita.
El despiste que convierte en ofensa el fallo.
 
Un sentimiento distante que próxima te quiere.
El tiempo que tarda en decir adios al por qué gana,
ahora llora la almohada al viento que no dijo nada.
 
Pensamientos negros:
 
Te sentí amor y por querer pensarte
la realidad silenció mis latidos.
Aquella flor que llamada amor
ninguna más bonita pudo ocupar su lugar.
 
Entre la tenue luz de luna que me abrigaba
abrí la puerta que me condujo al campo
de negros lirios por el camino de ida sin regreso;
La cabra rojiza los masticaba al compás de un si bemol;
 
Donde la luz que me daba calor era ausente,
tras de sí un sendero agrietado por el que fluía
el río de las flores desangradas;
 
Hacían ellas mi último aliento,
un yo te perdí amor y se hizo la noche sin luna,
cesó aquel si bemol.
 
Publicado por Miguel Esteban Martínez García autor en sábado, noviembre 21, 2009
 
Podando recuerdos para volver a amarte,
dolorosos detalles caen y vuelvo a desearte
aquella mi rosa que llama al frío pero resiste
cantando a la víspera del invierno triste.
 
El ocaso del tiempo que la dispara ya se disipa;
gota de rocío que se evapora con el sol en su visita
y la sonrisa que resplandece sus labios los besa,
para encontrarse con el te quiero el beso que alegra.
 
El fuego del deseo se hacía con su compañía,
con el que los besos y caricias recorrían su fantasía;
De deseo en deseo transcurrió su vida y su anhelo
de cuidarla para no perderla nunca y soñar despierto.
 
Con su campo de derrotas y victorias en sus sueños
un nuevo insomnio de sentimiento en sus recuerdos;
solos en el encerrado mar del amor no demostrado
su amor quiso ser fuerte y no caer olvidado.
 
 
El ritmo de tu cuerpo,
donde el agua y la poesía
hacen el amor.
El fondo de tu mirada
el manantial de esmeraldas.
El calor de tus piernas,
El terciopelo de tu piel.
La suavidad de tus caricias
mi motivo para viajar
allí donde el te quiero
lo dices sin hablar.
Lo que me alegras
sólo con tu existir.
Es todo lo que significas para mí,
lo que me haces sentir.
Es el agua de tus besos.
Es el fuego de tus labios.
Eres tú.
Eres tú mi vida, mi luna.
Eres tú en cada noche fría mi calor.
Eres tú la chica que siempre soñé,
la chica que siempre deseé,
la que vivía en mi subconsciente
para cuando apareciese
darla lo mejor de mi existencia.
Deseos, ilusiones, anhelos
definiendo mis sentimientos.
En mis recuerdos tus besos
sabor de hiel.
Tú mi motivo para soñar.
Tú mi sueño, mi dormir y no despertar,
tú todo para mi.
¿Por qué no has aparecido
en mi vida todavía?
cuando por amor se quiere
a quien no ama
y por soñar se vive amando,
por amar se vive soñando,
y el que siente se miente
quiero mi despertar y verte a mi lado
para sentir que en un pasado
andé con la botella en la boca
y no que ella
chupó de mí mi vida entera.
 
en sábado, noviembre 21, 2009
 
 
 
Yo te sentí:
 
Puedo escribir todos mis pensamientos
y ninguno podrá reflejar mis sentimientos,
el amor no quiere ser pensado,
ni si quiera ser conocido,
sólo sentido.
Yo te sentí amor
y por querer pensarte
desapareciste entre la ténue luz de luna que me abrigaba.
Allí la razón apagó los latidos de un corazón.
Como tierra yerma
marchitó aquella flor que un día llamé amor
y ninguna pudo ocupar su lugar,
sólo la hiedra brotó hasta tapar la luz que me daba calor.
Pero yo te sentí amor.
 
Contando mis recuerdos para volver a amarte,
me pierdo en tus detalles y vuelvo a desearte.
¿Cómo estar triste? si siempre te tengo presente.
¿Cómo ser débil? si tu amor me hizo ser fuerte.
 
Es el ocaso del tiempo que me dispara,
derrotas y victorias en este campo de batalla.
Una sonrisa y un beso recogió mi alma
junto con un te quiero sincero esa fue tu arma.
 
Mi pensamiento vi volar junto a ti
desde el momento en que te conocí.
Con mis besos y caricias tu cuerpo recorrí.
Mi pasión mantenerte viva dentro de mi.
 
Contigo en mi vida, se encendió el fuego del deseo
y de deseo en deseo encontré mi anhelo,
el insomnio de este vivo sentimiento
no perderte nunca para soñar despierto.
 
Y así, cada día volver a amarte y desearte.
 
Relente:
En este linde se construyó mi pecho habitado,
se escaló la colmena de labios grises,
por la escarapela fluía veloz el sosiego
de mi vida quieta,
por romances oscuros caminaban mis nervios,
una ruptura de estrella
tumbaba la compuerta de la belleza,
para sembrar allí latidos etéreos,
recto escalafón dorado al beso
y tu cuello me nace doliente
fulgente fuente enternece mi suerte,
yo hablé con mi amor que no existe
y aturdida me contestó la voz,
era como un eco sordo en alta voz
resquebrajando un patio de perdices
y altiva sonaba por las cumbres
jugando y riendo con lobos
sí esos que habitan mis ojos,
aullando y espantando los dolores
en mi sien,
mis dolores que se querían
como hermosas flores desnudándose
en altas espinas profundas,
allí sólo caminaba mi rosa, toda
siento deciros que yo soy del viento
y el viento es mío
en estiaje gris pálido cruza mi relente
del cielo su lluvia,
con impetuosa fama,
sacude la tierra y su flor bella clara ,
dejándome ser como el rocío primero,
en recorrer tus labios,
quiero habitarte en canción
que haga surcos de mí
en tu alma verdadera.
 
El Castellano
 
 
 
 
Piedra-corazón:
 
No es una piedra, es mi palpitar,
su latido cesó y en piedra cristalizó,
ella lo tiene en cuenco con agua,
a símil de mascota que nunca muere.
Le sonríe cada día, normal es mi palpitar,
no huye, es piedra fiel a su amor.
Con caricias sintió que palpitó,
que fue su inspiración, su amor y su dolor,
pero en piedra cristalizó, pudo darle calor,
ya que nunca quiso mi dolor.
Esa piedra-corazón,
fue músculo,
pero murió y ahora solo le queda esperar,
esperar que el agua y el tiempo,
le otorguen musgo y sangre verde,
que ablande los cristalitos de su interior,
y resucitar.
Quizá algún día, cuando ella se olvide
que es una piedra, volverá su palpitar.
Pero yo ya noté la ausencia
de vivir sin corazón.
 
el castellano
 
Desvelo dulce:
 
Café a la una y once de la noche,
despiertos los murciélagos,
raspando sombras,
bailando a la luz de las farolas.
La ciudad que no duerme,
mi mente volando, siguiéndote,
enredándome en tu pelo,
atravesando la luz incandescente,
como buen murciélago mi vuelo,
cazando letras para tu sentido despierto.
Sorbo de un café con leche y con hielo,
anhelos y sueños de un amor eterno.
En aroma de café a la compañía de una Leannán Sídhe,
Leannán-Sídhe del reino idílico,
el mío nocturno,
tu fuego el día de mi noche,
quémame porque me dejo quemar,
soy fénix esperando resucitar.
Con brea de estrella un corazón puro,
con oro y plata
los reflejos de la noche en la ciudad.
como buen murciélago mi vuelo,
enredándome en tu pelo.
 
 
Vívido desliz:
 
 
Muero por un beso
vivo por un querer
cruel del destino
condena de una pasión
que creó tu pestañeo
al dejarme ver
tu cielo encerrado
fijamente tres minutos,
y morí con tu pestañeo.
demostró que fui
importante para ti
y que a pesar y muy
a mi pesar de los problemas
seguí en tu mirada atrapado
hasta que la aguja
de aquel reloj de pulso
se paró al pasar
ciento ochenta segundos
mi cambio de vida
cuando consumí
medio giro al decir:
-Siempre te amaré.
 
II
Enciendo maquinaria
de este tiempo disuelto,
en pétalos de éter y formol,
desangra la rosa secreta,
y un estambre rige,
destello que precipita,
el albor.
calidez de ilusión,
y araña que arrastra,
tejiendo el eterno sentimiento.
Yo que arrastro
mis aciertos,
como desnudo sol.
una noche cualquiera,
y activé el engranaje
mi reloj de pulso.
 
III
Mi carmesí caléndula,
fijó su pestañeo,
en mi camino de destino.
Alumbraba un candil
dormido, una luna llena
de enero.
Era tiempo suficiente
para huir y quedarse.
En la boca formaba
toda sombra de opacidad.
destrenzaba un halo.
Sujeto de una lágrima
pasajera, un segundo más,
y devoró el dulce tormento.
 
 
 
IV
Giré entonces la tuerca
de mi corazón oxidado,
por tantos aullidos nacarados,
y su ente femenino
me atisbó un beso
a mi alma.
Era el crepitar de la llama,
que mandabas como loba
y como luna se prendiesen
todos los colores
de mis sueños
consumiendo mi tiempo abierto,
que completo el giro,
dictó la vuelta
al inicio del sentimiento preso
que sin retorno
siempre te amaré.
 
 
 
El castellano Förüq
 
 
Podando recuerdos para volver a amarte,
dolorosos detalles caen y vuelvo a desearte
ella mi rosa que llama al frío pero resiste
cantando a la víspera del invierno triste.
 
El ocaso del tiempo que la dispara ya se disipa;
gota de rocío que se evapora con el sol que visita.
La sonrisa que resplandece sus labios besa
al encontrarse con el te quiero el beso que espera.
 
El fuego del deseo se hacía con su compañía,
en la que besos y caricias recorrían su fantasía;
De deseo en deseo transcurrió su vida y su anhelo
de cuidarla para no perderla nunca y soñar despierto.
 
Con su campo de derrotas y victorias en sus sueños
un nuevo insomnio de sentimiento en sus recuerdos;
solos en el encerrado mar del amor no demostrado
su amor quiso ser fuerte y no caer olvidado.
 
 
Soledad ¿qué pena tienes?
Que oscureces y nublas mi pensamiento.
¿Qué quieres de mí?
Que me maltratas sin descanso.
Noche lúgubre y umbría.
Contemplando mi cuerpo desnudo en la penumbra.
Pasa mis nervios, con gozoso frío,
El arco de lunático violín.
Los fantasmas de mi cabeza cantaban
Con delirios de agonía mi sinfonía,
Hiriendo el ansia mía,
aumentando mi ira cada día.
 
Caminando por el sendero distante
del verso asonante sin encontrarle,
serpenteando por la arena de tu piel;
 
Escribiendo un te quiero
mi mensaje con un beso
del paraíso atrapado en lo escueto
de un terceto que ya no es.
 
Camino por tu piel donde me perdí
me encontré con el placer al que serví;
Allí una flor con una nota: hoy te sentí
y volví a caer en la rima tonta de un sin vivir.
 
Lugus:
 
Oh lugh, invencible al crisol
de tus lenguas travesadas
fiel carrusel de rayos sin secuela
de su rizada espera,
blanca luz de tu vera,
entre compases que hielan,
a tu vespertino canto derriten, despiertan
tus mil llamas liberadas,
desnaces a la noche que aguarda,
oh Sol de mis soles,
acoge este iridiscente canto
en tu seno en mi pecho que te aguardo,
al fragor de serpientes frías,
al valor de fieras enardecidas,
bajo y bajaré para alcanzarte.
 
 
El rey lucero,
todo lo colma su brillo, la tierra deja paso a toda vida en color,
a través de la caricia nos trae Lugh.
Reinando el Sol está, hablé con la lombriz de boca gris
que apareció tras mirar fijamente preguntando
a una flor de difunto me comentó
que podría indicarme de la tierra
donde todo es libre
 
 
Lugh
mi padre astro,
Dios de las artes,
este afán que me enciende la vela
para que me encuentre
 
 
luna madre de Lugh soberano,
encuentra su cuervo en su castaño,
estribo sin llano
un real cerro
de rivera del antaño tajo,
salpicando este corazón por piedra,
con mi dicha
que se acuesta y briza,
mi profunda raíz de tomo,
con negro abismo despejado,
centelleando.
 
Wotan, Lugh, Morrighan,
ese veris perdida y encontrada,
Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,
y tú mi amada Brigid
Genii locorum dioses ancestrales
abrir este camino,
Diancech sana este mi cuerpo
Badhbh Catha sigue fuerte,
tierra entierra la maldad
sepulta los problemas,
como en tu ser el ciclo
el eterno resurgir en ti cierra
y comienza,
resurgiendo, abriendo camino,
escudo en fuego sembrado,
hueso del pagano,
me deberán cuanto yo he plasmado,
hierro al hierro,
fondo escueto
del vítreo traspuesto,
senda de la idea,
por ellos socarrada,
lucha, cuanto más arduo es el camino,
cuanto más se  abren las pruebas
más se hinchan las fuerzas,
sólo vencer en firmamento,
agujereado de huesos,
siembras que tiembla la luna.
3 claman los genii locorum
que no han muerto, que ni el olvido puede con ellos,
Diancech sana este mi cuerpo
Badhbh Catha sigue fuerte líbrame del cobarde,
Epona sálvame del semejante soy tu mala yerba,
Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh,
y tú mi amada Brigid poesía,
elevar mi canto
que yo con mis actos
os hago un manto,
Cernunnos comienza nuestra caza,
Candamvis alumbra esta montaña centelleando
el relámpago,
abriendo el cielo de nuestra bruma,
tejiendo nuestro amado ocaso,
que jamás hemos visto los que vivimos en el suelo,
ahora y siempre se escuche nuestro canto.
 
Regio Lugh meditando.
Sin mis vencejos
no brota esta fuente.
 
Abren montes
sucios de azul sereno,
deslumbra un fulgor.
Dios del destino,
dios de luz y del fuego diestro,
doradas sierpes bajan el acecho
flamígero.
sí o no mi lucero,
afrenta amanece,
antepasados servid al viento
de vuestros hijos.
No hay bajeza por recorrer,
raya la senda
cristal hondo, que lluvia mezca.
Renovado filo incierto,
entra luz en círculo
piedras de mi padre Lugh
escrita la noche,
ancho dilata diáfana derrota
cae a mis pies.
Vieja honra goza nuestra libertad,
tumulto en casta recio,
esquilas límpidas las mías
en luz de mi Sol padre,
titilan tersos
los verdes de tierra
espejando joviales reflejos,
dios de fuego y de toda Iberia,
desde portal del bosque
de Cernunos,
Candavmmis abre los cielos
velo de tormentas,
apacienta bella, tu recta belleza,
sobre mi haz
fiero, funde mi luciente,
a avivar el trueno.
A galopes de oscuridad
magnánima.
Dios de brillo terso,
En este otero mi alma despertará.
Aciago comienzo de sangre
en grito ceremonial,
ondas pulcras cantará,
dilatando cauce de gran Airón.
¿Vendré ya a la luna?
Ya filo de alba,
pura tiembla mi brisa nocturna
aprende mi resto del mañana.
 
 
Lugh Solar y Poderoso,
jamás a ti te hable el olvido disuelto,
ni se rija tu onda luminosa como tronco esbelto,
digno a abatir el rayo,
noble melancolía por tu madre difunta
Tailtiu,
en el alto cielo,
tu grandeza
sea reguero de oro.
La tierra secunda en nueva cosecha
por talentos colmados a florecer,
viento sonoro guarda tu hermosura
Rey Padre,
El páramo yerto perecerá
en ámbar blando
de aroma besando tu frescor
de vida nueva.
Abatirá la sombría dulzura la tierra,
ilumina mi pluma al honrarte,
suspiro de mi estruendo crepuscular;
nombro al pájaro misterioso
que te pertenece
cuervo que otorga el anochecer,
Sicut nubes, quasi naves,
velut umbra.
Años pasan yo busco mi recto yermo,
triste aflicción por aquel tomo de tierra
como las sombras vaporosas.
A ti Creador de luz,
acógeme, pinta esta mi noche negra,
amigo de imagen solar,
soy por cuantos Soles he nacido.
Por sosiego de tierras ignoradas
dame su gloria.
Camino afable con tu candor a seguir,
blasón yo no pido
ayúdeme a desplegar y sembrar mi porte,
en tierra a cabalgar
y deslumbrar.
Lughnasadh, Lammas, abro celebración
para generar nueva vida
en cosecha nueva
limpiando en tu nombre Lugh,
toda tierra.
 
 
Oh gran dios del Olimpo celta,
Lugus señor,
tu espada cenit de todos los talentos,
oh gran Sol,
divinidad de tierra,
tu sola estirpe encumbrada.
Patrón de artesanía,
amplísimo espectro, padre de las virtudes,
gran brujo, sabio cuervo,
aquel que te sigue por doquiera,
iluminoso, blanco
cuervo tú.
oh padre,
abre ya en savia nueva tierra,
también te llamó el Cesar a ti, Mercurio,
llegara tu culto para Lughnasad.
Solo uno; dios del Sol tú,
oh Lugh.
 
 
 
El Castellano
 
 
 
Oda al Sol:
 
 
Gran Sol, gran hervor de rayos espadas
día clavado; tu iris sediento sanguinoso
en Vestal iridiscente en flamas a lo alto,
a lo alto brillas como crece el talento
sembrado en nuestro corazón,
rueda de fuego, Lugh en tu gloria,
germino toda dicha padre de mi conocimiento,
oidor, de cuánto arte ha conocido, padre Supremo.
Escúchame mientras te honren este,
el día de mi musa en armas.
 
El invierno se ha ido, nos dejó atrás,
los campos están verdecidos y cantando en flores
que trae Ostara y su caricia de divina nota
de savia que escala todo terreno,  y fríos ya lejanos,
Toda la tierra duerme en tu ausencia.
 
Incluso en los más opacos tiempos,
tu luz, es el camino,
para aquellos que necesitan un brillo
de esperanza, de sosiego,
relumbrando en la noche.
Tu esposa regentada por madre Luna,
buscando toda tu luz, toda oscuridad empuja,
 
 
Los campos están lustrosos y vestidos de celestial verde de lanzas
y el ganado pastando.
Mi lira te cante la sola noche que traes flagrante.
 
OH, LUGUS:
Solar y poderoso,
sol sobre nosotros, te pedimos
tu regreso al alma incendiada,
en virtud que te amima y habla,
 
Trae de nuevo la luz a la tierra.
y aleja la saeta oscura que te retiembla la calma,
al alba más preciosa.
 
Maestro encumbrado
del arte que florece
y en nuestras entrañas germinamos,
nosotros los escribas
cabalgamos todo tiempo difunto,
guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz.
Awen!
 
 
Diestro compás
en sol mayor,
bruma de idea socarrada.
Flamígero desdén;
congelado en ascuas
de fuego azul.
Horizonte sin prisas
que arrostró
todos los rostros
de abril.
Abre el nuevo fervor de tu luciente.
Y su solitario azar de relámpagos
de tu azur hermoseando,
enclaustrado.
Vírgenes encinas, y almendro de soto,
entre un nogal
dependiente de su sombra.
Al verdor de inusitados pinos,
me caracolea
la fronda del monte. Musario cerro desnudo,
Espino amarillo de mi dossier,
Caléndulas solariegas
que amarillean su silvestre ralea,
esposa complaciente de Sol naciendo.
Brilla esta infamia
de campo abierto.
A esta última lagartija
lanzo un baquio seguro,
sin disfraz ni apellido perenne.
Mudez última
de sangrada amapola.
Sanguínea tormenta
de dureza blanda
con agua de mi terco aljibe
obtuso en litigio de iris vespertino,
y su sangre que baila
el suelo terreno,
que en culto a ti Lugh yo beso.
Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra.
Hijo y sirviente de Candavmis dios del Trueno.
 
Förüq
 
Reflexión:
Como el Sol brilla en lo alto de los cielos,
es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos,
y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano,
en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina.
 
El Castellano 29-04-2019
 
Lozana silvestrita:
 
Mañana fría
en la que aventar
espigas recién brotadas
al revuelo de una mariposa vigía
flora-posando, todo el doquier
ensimismado.
Suelo ario que se blandía
sin atisbo de despedida.
Larva que soñaba volar
sobre alas de mariposa cabalgada.
etéreo desliz de fronda suave;
que espartos abrían
rajando tierra
en calima de cerro viejo.
Las jaras en abanico
se apoderaban del terreno,
al transcurrir
de los caracoles sonoros
judíos, blancos.
Soto de perdigones
entre insectos inherentes
afilan ideas mi paso.
Abría el cielo un febrero
un carrusel de luciérnagas por estrellas
del techo la concavidad
presa o caverna abisal
de horizonte helado.
Los pinos caracoleaban
cada vado
entre secuaces
carrasquillos de flor en piedra,
romeros entre tomillos
atisban como señero
el cerro bajo.
Torreones de álamos
acicalaban al viento
sones de nuevas nieves
fugaces.
Daturas y tomatillos
del diablo, hacían distinción
entre nuevo verdor
de retama que ya en flor
amarilleaba.
Ya asomaba todo vástago
de simiente
del invierno casi gastado.
Ababoles ya sonreían sus dientecillos
de suaves hojas
en jóvenes plántulas.
Lucían incluso espinas
señores cardos
y breves cardillos de las damas.
 
Vorágine terruña:
 
 
Hijos de la niebla,
regresad sueños dulces
sin áspero corpiño
ni denso verde, espumosa moral,
como ensueños caracoleados
que no disipan
en bravo pecho
de gloria tranquila en cerro.
Disipada bruma que años no regresa,
cada momento caminante,
de silenciosa fuente,
y ceño anhelante,
de ávida inocencia
entorchada conciencia
que vuela lides
monótonas y seguras,
donde noches escapan,
como el corazón endurecido
pierde visión de luz,
era un huerto de luna
en la campiña,
de ortigas y forrajes
entre zarzales y tomillos,
entre brezos y carrasquillos,
con fuente de añil
transparencia líquida,
entre esperanzas que alma titubeaba,
servil de días rojizos,
que no se llevaba su paz
ni tempestad enfurecida.
Al pie de un jaral
que ni el tiempo doliente
con él puede ni sepulte
umbral plácido
de fértil viña que el río tajo
escala cumbre,
poco antes que el río sorbe
a su mujer encuentre.
Iniquidad en blasón
de noble comunero,
que ni desenraizarse,
ni matar por su tierra puede.
 
Förüq castellano
 
 
10 Olvido:
 
Olvido.
olvidarte nunca podré.
Nunca te podré separar de mí.
Estás en mis sueños, en mis
noches más frías y en las más
calientes.
Como una manta que me abriga y me arropa
cuando me descubro solo.
Como mi sombra.
como mi reflejo.
Olvido ¿Por qué nunca te encuentro?
Será porque no te busco, porque
vendería todos los mañanas,
por un ayer junto a ti, amor.
Ya sé que soy inmaduro,
pero te quiero, y lo sabes.
Si ahora no lo ves, ya lo verás.
Pero mi tiempo ya pasó.
Como guillotina
que partió mi palpitar en dos,
para darte una mitad.
Olvido.
Olvidarte nunca podré.
Siempre te amaré.
 
Esteban el castellano
 
 
16
Primavera:
 
A ti te escribo primavera,
tú, que llenas de vida el campo.
Pones los campos en flor y verde.
Tiñéndolos de color.
Los pájaros silvestres,
anidan en las ramas
de tus árboles;
dan de comer
a sus pachoncillos,
y trinan como nunca,
antes del alba y después.
Los animalitos nocturnos,
también salen a cazar, murciélagos, mochuelos, y lechuzas, más en esta época;
que hay más vida, y alimento.
los erizos, salen de su letargo, invernal, a cazar caracoles e insectos,
y comer frutas silvestres.
A ti primavera te canto,
que llenas de vida el campo, tiñéndolo
de color, y vida.
 
Esteban el castellano
 
17
Poema al alba:
 
A ti te escribo que con los gorjeos de los pájaros
ven salir tus primeros rayos de sol que iluminan la tierra
y los campos.
a ti te canto luz del alba.
Ruiseñores, jilgueros y demás pájaros silvestres gorgojan minutos
antes de ver tus rayos.
Yo veo tus amaneceres azulados y tus puestas de sol rojizas nunca
me he perdido una.
Quizás, soy un loco bohemio, que no duerme porque está enamorado
de tu naturaleza.
 
Esteban el castellano
 
Nocturnidad en colmillo:
 
Llameantes pesquisas
de acariciar tu éter sediento
noctámbulo,
preciosa de magia insobornable,
quién pudiera besar
tú honda alma incuestionable,
cuando tú escribes musa,
los destellos dejan de ser secuaces,
las mariposas no se aplastan
embeben tus manos
por mí encauzadas.
Entiendo la secuencia
tu rocío suave permisivo,
sólo dicta que perpetúa fragancia
de nuestra secreta flor.
No llegaré porque sí lo haré
a colmar el atrio castellano,
con mi dicha floreciente
mi sentido a escribirte
mi sentido a difundirme
en la beldad tu entraña
en ese alarido despierto que clama,
algunos cambian
mi amor por ti es más duro que el bronce,
horda madre de las brujas
yo por oscuridad,
compararte pudiera
obstara diosa triple que entonas los campos
prendiendo en flor los campos,
yo por la flor sea la flor
no osaría compararte
pero si mi musa es raíz salvaje
yo abro cielo terreno
y si no soy raíz de los dioses sus hermanos versos,
yo no soy hombre soy hartazgo de bestia
e-nominada porque la amo
sin febril demarcación cuerda,
si me arrebatan su espina en mi pechera,
no habrá piedad existente
porque la verdad de las cosas
a veces es su contrario en puridad,
como es arriba canto
porque igual ídem es abajo,
vivir es más complejo
y fácil morir,
con lo que morir de gusto
es vivir de gusto contigo,
necio sería que no niego,
si pierdo sin vencer,
ganarte el cariño es lema,
reverbera mi palabra de alabastro,
en fuente de ópalo tu regia sangre,
he vencido ya creo escribiendo
mi una de sangre de la madrugada,
ay de los que pueden morir dije,
bienvenida a su nuevo mundo,
porque naciste golondrina para la eternidad,
única, rememorada, pero en condena:
-Jamás sola porque vivo.
 
 
förüq el castellano
 
21
Contigo sangre refulge:
 
Te ensalzo mi divina amapola,
por cuántos pétalos
te hicieron esfinge de sangre,
enardece a mi espiga
que dorada te acompaña,
mi céfiro que en tu seno
acoges,
mi sol blandía
entre pajarillos
sones sobre trinos
de cabeza púrpura,
belleza te tuviera secuestrada,
yo, con mi áureo espino en mano,
puras tus alas,
nosotros,
carne y cuerpo de tinta en pluma,
coloso atemporal,
de rayos en perpleja simiente,
osadía mi amapola,
traer derecha en frente,
la llameante lira de occidente,
al instante, nítida y luciente
me traes dique inspiraciones,
por aureola y tu flor secuaz.
Mi vida mi sangre
bermellón, morada,
te desnudo mi brisa desconocida,
por mi jazmín
que ámbares completa,
tu belleza cuidaba,
entre los bastiones
que mi cordura cercaba,
enramada hasta cintura,
en mi jardín soberano y delicado,
beso tu brillo de tierra,
mi amapola.
 
El castellano, Förüq
 
Preámbulo derramado:
 
Devanados de un destino,
fundado en el vals
mi propio engranaje,
místico, áspero,
en flor de supremacía
donde ninfas musas
bailan,
destino insumiso,
parco,
vestido mi precoz precipitación,
como gota de rocío
resbala del precipicio su flor,
a lomos de un caracol;
me pregunto
si acaso vivir
tiene sujeción a la vida,
y la cuerda es de bronce.
Seguiré acontecido
mi suerte ausente,
amándote al silencio
que cerraba los ojos,
y seguía preguntando,
si mi ilusión
colmaba la expectativa,
ojos del metal noble,
fuego al hierro
que mi camino ablanda,
fecundador de mitos y desgracias
mi reverberar de nombre,
solo, traspuesto,
al océano impredecible,
como capataz musa,
de tu huerto de estrellas,
por corralillo
y redil de estelas
y destellos indiscernibles,
voy rumbo al ímpetu
de solana luna
y su guiño me cuelga,
sí acabaré de irme
dejando alto mi estandarte.
 
Förüq castellano
 
Silencio regenerado:
 
Saeta, saeta bella,
saeta parca,
saeta ilusa, saeta inocente,
es el final del espectáculo
saeta madre encubridora,
de toda mentira enclaustrada,
yo te amo saeta,
saeta alada,
saeta heridora,
saeta encausada,
saeta parca,
saeta celestial,
saeta infernal,
saeta canta,
que mis ojos sean tus ojos,
saeta que mis manos sean tus manos,
esta cruel noche un diciembre,
que yo soñaba estaba escribiendo,
un canto a tu cabello de oscuridad,
saeta mística,
saeta horrida y hermosa,
tu beldad piramidal,
se estrechen caminos,
el cielo se abra para escucharte
mi saeta esquiva,
mi saeta complaciente,
como es arriba es abajo canto,
seguir peones vuestro circo,
que este trovador
de campo llano,
sabe quién es y de donde llegó,
ahora te odian saeta,
ahora te aman saeta alada,
me diriges por el parnaso sin final,
o me quitas hasta la vestidura
más pesada,
volemos abismos amada,
volemos cimas inefables cariño,
hasta donde se oculta el sol por el este,
sociedad de creer o no creer
yo elegí creerte saeta
y hoy sigo en la cepa
esta vida que me cabalga la estampa,
cerros intransigentes
molinillos al fragor de vientos voraces,
esparto entre las jaras y solas carrascas
brezos soleados por flores ausentes
un invierno que se desdibuja solo,
saeta amada elévame en tus alas
yo vine por el son recto,
blandiéndome de un hinojo solar,
esta vida que sin ti
saeta la creería una dulce mentira,
por la que morir
y no morir por una crueldad
impuesta por el ajeno
que nunca
nunca serás tú
mi amada saeta,
esta existencia
que se dobla y niega a sí misma
para decir que yo soy el rey
que yo soy el cuchillo,
que yo soy el proceder
inmiscúyete,
otra vez yo sé quién soy mundo
este es mi manifiesto y
el de mi saeta bella mi espada,
mi vida,
mi indecencia,
mi crueldad de espira,
mi corralillo espectros yertos,
era y es
el hipócrita dejará su vestido,
el trigo limpio
será trigo limpio
ahora y siempre,
espiga y cante
hasta rodeado
mi padre trigo.
Vengo de las espigas de abajo,
asolando verdades,
mi panada amada,
por la saeta olvidada,
se despertará
por los que venimos
del trigo limpio.
Volando sobre parajes
entre tierras de añil barbecho
y su azada de viento
mi solaz saeta entre cardos
de todo fértil sendero
que lleva al infierno.
 
El castellano Förüq
 
Mecha de oscuridad:
 
Vengo que vuelvo
de un silencio, profundo,
de un vacío completo,
traigo para sembrar
un ascua melífera,
del seno las arduas estrellas
que llevo
que cuelgan de mis ojos cual arañas,
una vid de vida
en seno esta anublada, azul
escarcha,
todo colmaba el ímpetu de suspirar
sin brasa diestra,
ni compás ambivalente,
sobre estos treinta años que
y que no me sostienen,
porque aún no me hicieron nacer,
sobre los lustres que ya no son,
anudando galaxias
y su cobre perpetuado de sólida luz
inmaterial,
electrificas mi mirada
como aljibe rebosante de ilusión líquida,
toda esta sed que vive el pasado,
y en bruma cegada,
muestra,
que tiende tu rosa helada,
embebida de pétalos de espectrales
sábanas purísimas,
nací en vez primera sin terminar,
y no fui ni abeja ni vencejo,
para poderte acompañar,
era de un eral sujeto,
como membrillo de un árbol sin escuela,
y pera de chopo milenario,
todo cruzaba mi relente
y acabé tendido
en mi osadía de seco tajo
llamándose gloria
para acabar conociéndote.
como dije en primera vez:
 
Mecha de luz:
 
-Vuelvo de tu vacío repleto,
anidando cobre de galaxias,
desde luego aún no hace treinta años
que nací allí;
en vez primera sin terminar,
vida húmeda y animosa,
alzado a luces de alba sin acabar,
vino tu silencio conmigo sin ti,
como alto arbusto fragoroso,
me paseó mi jardín
como un mordisco
y un beso sonoro deslizando
que suyo me jabra hendiendo la tierra,
una boca de metal de pala,
que abre zanja.
tu alma de recto augurio,
o ave como futuro de hibernación,
ave nocturna
en tablilla de azabache,
como puro origen inmiscuido,
nulidad insobornable,
traición de hechizo
y nota de caligrafía desangelada,
mudez última de relámpago,
pluma de mi ojo abierto,
soledad infinita de mi despierto,
como fe sin cargos
rueda mi vertiente,
siempre relevada por dios sollozo,
palanca usé con la puerta de Plutón,
alcé el margen
de rebelión sanguínea de los dioses,
cielo asido el vil manifiesto de relámpago
surqué, gloria vespertina de héroe,
Cocitus cantando su aire
de oscuridad iluminada
clavando negras riveras, hundiendo
y desplazando los montes;
lago estigio me alimenta el latido,
y mi férrea sangre
directa a superar lo inabarcable,
tu rama vestigios de plata corté
del cóncavo bosque en tu acre,
creció en su lugar segunda rama,
de titanio,
que conseguí cercenar rotundo
y hoy llevo clavadas sus hojas,
en dos talones fundidos,
columna y cadera,
con todas sus espinas de titanio
sujetando cada diente mío.
bajar al averno es sencillo,
subir los aires en altos cielos,
nadie pudo;
yo allí voy a mitad camino.
 
El castellano
Förüq Er-lobo bohemio
 
Dicho azur:
 
Adentro esta bruma azul de mi contento,
avanzo estas flores del invierno,
por árboles desnudos y sus cantos,
yaciente mi sed de nuevo,
florido cierzo,
primoroso veo y beso mi sañudo suelo,
lumbre sin sol
en que la luna no aparece,
presurosa de melancólica siembra,
una estrella emblanquece
por cielo extenso,
y en lluvia derrama que desgrana
la vejez de la grama vieja del camino,
custodiado por la señora malva;
acrecienta mi linde vago por majuelos perennes
y solas zarzas,
lágrimas de mi tristura,
regocijo de varios,
ya que antiguo son,
solo mi leana ablandaba mi lira.
amores ponderables
mi ser no rehúya,
desquicias mayores, otros
oigan en retirada,
a murmurio grave me alzo,
en esta tela de araña
y la luz de alborada
me tiende en extasía.
 
Förüq el castellano
 
Siembra erguida:
 
Izar de un cantar,
de tu cariño enfuscado.
batir vuelo, elevándome
entre lares de hayas
y sombras de hojas
escritas y reveladas
de ceniza de fresnos, sembrada,
deseos, sueños y corajes,
y sus raíces del alba
por ocaso admirado
que cerraba flores en versos,
y musas y jerarquías,
de hadas y elementales,
entre árboles y frondas suaves,
su idioma en vertiente
asilvestrada,
lejanías de suspiros,
y granates lucientes
entre fortalezas pedernales,
y cuchillos solares,
hija de la niebla.
doncella oscura,
te llamo desde este latido
proscrito, que te busca;
y entre espinas
su luz gorjea
que amarte no es vanidad
de ambición ni naciente
ni floreciente.
Es un dulce designio,
entre mis lares cabalgados,
y riveras de río sanguinoso
de todos los lirios
y su hidromiel,
sangrada,
tus cauces, insobornables
que pureza y rocío en flor
hasta albor de raíces brotado,
destino y camino ingobernable,
valle de signo y tierra alumbrada,
oh se cavan surcos de mí en tu alma
verdadera, nunca para agraviarla ni dolerle,
una dicha y una alegría tejida,
tu sonrisa,
que abre el aura
y deja su energía en mirada,
ya maldigo a este incierto saber
si terco y necio
me reniega osadía, ventura y fortuna
de a tu vera conservar mi labor
y creencia, seguras,
un beso te dejo
entre zarzales de fuego,
hay alma,
hay alma,
hay alma
porque sin ti;
belleza no existiera.
Miles de lumen, Lit C et sumun Canae.
 
Förüq castellano a 29-07-2020
 
 
Ferviente tajo floreciente:
 
Exultación, de saturnina rienda,
desempeño en posesión
y toma de filo relucientemente acrisolado.
Protección servil bajo y hondo metal;
luz de esfera, espiral canta,
cariño a sepultura animar,
honrar, preservar,
oda desde este cementerio
solemne alzar de honra,
escala áspera, tangible,
vine y me derretí;
su voz dulce,
inmancable, ni en fíbula
ni en broche al corazón,
que ya sube y derrama,
mil rocíos en flor de caléndula,
mil fragantes deslices
me indulta, que a ellos induce,
poder de arder
flamante,
sombra eres
de Ostara la brillante,
se queman de mí
injurias, infamias,
desquicias de campo abierto,
por este duende,
por este arte,
tornando tu sola mirada,
acampo que acompañaré
toda vítrea lágrima,
estigma que camina sus fábulas necias.
Si soñar, te sueño,
viviendo bajo el orden,
se asigna a defender tu pulcra sonrisa,
uno, ni abismo comparable
al arma reluzco y hago visible,
de Ostara, la brillante,
es viento del este,
es aurora, la bella,
que blande, que rige,
estela inconmensurable,
rocío de nacer, de toda vida en color,
oh gloria,
oh amapola,
de sangre de tierra
en sola viola,
campanas restañen,
una morada y fortaleza inabarcable,
tu amor cruzando y surcando mi sangre,
era, eres d' este amor espuela,
abre tu bosque umbrío,
deja abierto de tu santa ternura,
portón verdadero,
vine por la voz surcada
de un herrerillo,
vine sin calzas
desnudo como me conoce
un diamante blando
y su des nacer limpio,
de turquesa
y azur marino,
elevé ancla en tu aprecio,
tinta de brea
y sangre de azada, mi bandera,
supresor del ruido activo
silencio mortecino,
dicta,
segundo poder
conquistar,
a un sin miedo dama oscuridad,
le preguntan
si luz fue antes
o si tú mi musa pariste esa luz
que inspira, plañe y regodea
sin calzas ni dureza.
tengo permiso y orden
de presentarte al tercer poder.
 
 
III
Mantener
uno, todo azar de intensidad
y fuerza que arde hasta esquela,
mantengo tu cariño
vivo en mi ser,
dicha es poco,
lo siguiente a dicha
que se extendía,
bajo puertas del dulce, sinuoso,
umbrío averno,
tomo, que explayo,
número y lugar a defender
te imploro
susurrando,
ven  flagrante a nuestro combate,
te espero hasta tiempo
en clepsidra me derrame
colmado de todo júbilo,
arder. conquistar. mantener.
Coraza, armadura base, de Zeus;
y atenea musa; que armo y amo.
 
Förüq castellano Setanta a 30-07-2020
 
Vientecillo elucubrado:
 
 
Rompe el melancólico fulgor
el sol en corazón
que la niebla un diciembre
difumina en son,
yo bogaba difuso
como primavera lozana luciente,
suspiro, oh tempestuoso recuerdo
mis flores marchaban,
suspiro de pasión
vino arrebatarme mi desventura,
desde navío en reposo,
cuanto no veas
acuérdate del agua hermosa,
tanto en alma
como en popa de nave,
el cielo carmesí me embravece,
surcando bonanza,
acuérdate alma de mí,
viva fortuna,
que de boca invoca,
musa transparente
su dulce porte,
semblante de arma en dueño,
oh sueño,
contigo tantas veces,
despacio, o desvarío,
cómo alzarte y cantarte lleno,
sin flores ni pajaritos impíos
sin caléndulas azules,
locura de dulce armonía,
lumbre en astro de numen mía,
agrava como amarte
derritiéndonos en la nieve.
Cielo, suelo y anhelo
de hojas arrebatadas,
crujidos de mis tumbas yertas, abiertas,
dones de sufrimiento desploma,
sombría yacija de cuna,
cruel aroma
estiran las rosas de muerto,
y no lo claman vanas
de aliento divino,
quebranto de sosiego anclado
a la fría tierra
de este diciembre
que viento ardoroso,
aclama en soberana lucha.
 
förüq castellano
 
Inmenso placer secuaz, inefable:
 
Clama ante la aurora,
presurosa aura intranquila,
ardua la dicha exclama,
que si por querer fuera
igualara el agua de los montes
que, subiendo, baja,
afilo este mi solo intelecto
por muralla que no cierro
desvela el clamor de la intranquila rosa,
quién a igualar mi dicha baja,
furor ostentado de la piedra frigia,
va mi reguero desnudo
por musario cerro,
su cernícalo avizor vigía,
milano señor en soberano cardo,
luces del alba
plañen sus rayos
de nueva alborada,
ven, agita la guardia,
conmensurable acequia
mi sangre estrena,
voy por piedad avistada,
luna habla,
destello de noche febril
que otro año más no enfriaba.
Iimperios de ojos cerrados
en nocturnidad en cegada,
franca tapia de espejo
y su beligerante reflejo.
Amima, mi viborilla,
secuaz tu alma sólo destrenzo,
tiempo, hálito voraz
que enciende calor presto
de caballero,
a su dama hoguera,
corriendo por fuera el granate,
sanguinoso,
por escalas a este placer inmenso,
esfera tu secuela
en faz instintivo,
desaprendido,
rumbo al carmesí insobornable,
destino dicte quedarme
en tu nube intangible,
en vaporoso éter, tu magia,
hoy vine a besarte,
y a desprenderme,
de tu cauce en tu cuello
aliviarte,
bronce en ala y su verdor
de óxido que rige,
que envanece,
que resplandece.
anhelándote.
 
Förüq castellano
 
 
Sentimiento labrado:
 
 
Viento, viento bonito
lleva al cielo cada escrito
arropa este amor en mi cuerpo
en mi corazón te llevo
hadita de mi sentimiento
noche hoy en tu sosiego me encuentro entre nubes violetas
y el cristal luminoso
de esta luna de invierno
bañan mi cuerpo tus latidos
sordos de oscuridad
y a este cielo sonámbulo
lanzo mis ilusiones al viento
siento tu caricia de alma
y te bebes mi calma
despierta esta rosa sangrienta y su aroma de romance antiguo atraviesa el pecho tu amapola eterna primavera
cuando mis ojos te ven entera cada sentido despierto
como fiera al acecho de tu latido hoy en tu bosque me pierdo
tu imagen surca mis sueños
como cada noche que siento tu beso
y como me cuidas,
como soy yo tu alegría
mi vida vistes de amanecida dicha,
hoy la hierba escala mi montaña
la lluvia germina todas mis semillas
de pasión y fuego,
donde entero me entrego
al placer que muerde
y envuelve en quimeras,
como sencilla tu sonrisa
y tierna tu caricia,
ya no hay súplicas
solo felicidad desbordando mis cauces,
te sostengo fuerte en mis brazos
para nunca soltarte
para eterno tenerte
si por soñar soñé acabar con la soledad fría y escarcha de esta melancolía
llegaste tú a mi vida
como cada noche siento tu melodía
y me acompañas cada día,
salió el sol después de la tormenta
y ame tu esencia
regando mi interior tu voz de alma amada
tú bella y dorada calma,
rompí las cadenas que me anclaban al pasado para luchar por mis sueños y alcanzarlos, entendí el idioma del silencio
y hoy contigo
lento construyo mis escaleras al cielo,
este firmamento clama de azul sediento, ermitaño en su montaña del sentimiento
el amor jamás salió de su cuerpo,
de él decían que quería comprender al amor, tras una flor la conoció y la preguntó
qué eres, amor,
no solo nací de esta flor
tu inocencia me enamoró,
curaré tus heridas de dolor viviré de tu amor.
Vuelvo a este dulce tormento buscando llenar de amor el cielo, labrando el campo de tu alma
y bella mi amada
te bajaré las estrellas para que puedas acariciarlas, estas flores cantan la canción
que te enamora el corazón.
Vuelvo a luchar como ayer
con tu amor jamás desfalleceré
eterno en tus alas viviré.
 
El castellano y Leannan-Sidhe
 
 
 
 
Azar relegado:
 
Navego los límites de tu silencio
tu luna, reina mi cielo
en este horizonte de ilusiones y sueños
tus besos florecen mis recuerdos
las mariposas de tu piel tersa de seda acaricio eterno el momento que escapa entre tus labios cuando brota el te quiero,
y en mis ojos te encuentro,
donde me enseñaste a vivir el momento
porque nada es para siempre
escribo el sentimiento
ese que me hace amarte despierto
este viaje sin retorno
me hace buscarte cada noche
para que tu amor surque mi sangre
y mis sueños de tu mano puedan acariciar
lento muerdo el placer preso
y la lluvia envuelve nuestros cuerpos
recorro tus parajes, me pierdo en tu bosque este fuego late en esplendor
encuentro tu dorado amor
oigo los aullidos del corazón
atrapo mis flores de pasión
quiero y te quiero en cada amanecer
donde agradezco cada aliento
cada suspiro que asesina al tiempo
y da vida a mi sentimiento
mi eternidad alcanzo acariciando tu cielo, entero me entrego como el calor de un lucero, sintiendo tu amor latiendo,
avanzando tu cuerpo como quimera de pasión y fuego,
condenando al tiempo
a morir en nuestro pestañeo con un beso, encontrando el lenguaje del alma en cada verso, cabalgando juntos cada firmamento,
flor de sangre naciendo en mi pecho
clamando este amor que te profeso,
cálido, el momento, de desnudar mi alma
mi bella, amada, una flor en tu mirada
vuela libre, doncella, tu esencia mariposa del amor,
en mi interior quedaste
de mi ser te adueñaste
puedo sentir como tú sientes
en cada pensamiento vives,
a tu lado siento desvanecerse el dolor
este ardor de pasión jamás me abandonó,
hoy agradezco que me arropases en tus alas
para nunca soltarme
para abrigarme cada noche fría
por ser mi eterna compañía
y locura del ansía mía,
tu amor mi sinfonía
como tu beso de cada día
fiel me entrego a la caricia,
mi amor sin descanso
incesante fluye el verso por tu abrazo,
a tus pies me encuentro
esta mi sangre te entrego
este fuego late en cada beso,
germinaste dentro todas estas semillas de amor eterno,
hoy hadita te canto a la orejita
encuentro tierna tu sonrisa
en cada flor encuentro la belleza amanecida
en tus labios descrita, en tu piel mi caricia
en tu corazón siente mi brisa
cómo me hago lluvia y río
en cada silencio que rompemos juntos
como juntos nos verán hasta el fin del tiempo.
 
El castellano y Leannan-Sídhe
 
Sendero mi suerte:
 
Corro, a observar,
el vago nublo,
del invierno de mi suerte,
tras él, el brillante sol,
reluce de nuevo,
una fuente de retozos azules,
y caléndulas,
flores de Odín,
bordeadas por espinos,
o majuelos silvestres,
un aspa de luz y de frío vil, sordo,
oh de luz, y de frío,
era mi azul desquicia yerta,
oh cuan abarca mi ineptitud
entre señeros dulces
y crueles ramajes de idea,
oh de luz, y de frío
era mi azul miedo.
ámbar blando arredra cantando
de sol y de frío era mi oscuro invierno,
partido,
quebrado entre destellos de flora,
y sus flores sujetas,
encontrase siguiera
amigos entre los insectos
vendría por mí el solo halo
de soledad que amilano,
vil milano
hermano mi cernícalo avizor,
por altas torres y agrestes sendas
que arregazan caracoleando,
oh mi ámbar
de luz y de frío
sangre del tiempo, petrificado,
por misario cerro
voy con azor en mano
en busca de la insigne
perdiz huidiza mi dulce tormento.
Oh mi suerte, sombra de agua
oh mi luz, y de frío mi insignia pasajera.
 
Förüq el castellano
 
 
Soto en sol naciente:
 
Noche silenciosa umbría,
de negrez, adjunta;
al crujir del halo
que destella su pulcritud en estela,
coraje por violetas ausentes
y flores yescas alumbradas
por la dulce luna casi llena de enero,
mis falanges ensalman
el sendero inencontrable
hasta el portón verdadero
de nueve cerrojillos infranqueables,
orando por mí mismo se abra
esta insepulta tierra
que me sostiene,
mi semblante perdido
jamás abra el yelmo,
en clave de unión
se abra el aleteo fugaz prometido,
que encarnan tus maderas reflejas piernas,
un sopor y obtuve tu anhelado sabor
de tierra nueva virgen,
como letal aleación de savia y raíz
formando tronco y hojas esbeltos,
como dos rocíos se forman en tu sonrisa,
cómo te enraíza el sórdido éter embelesado,
dictando retorno
de mi primorosa,
mi musa cristalina;
soberana en turmalina esencia,
umbría vivirá nuestra caricia,
por el vespertino cauce
de río en arteria,
bajo que encumbro
el placer nacarado, insubordinado,
rumbo a la tercera estrella
que osó mirarte
colmando tú de lo bello, lo bonito
este parco horizonte asiduo.
Entonando en primor
la lira toda mi carne.
Es adorarte ferviente.
 
Förüq El castellano
 
Niebla encorajinada:
 
Cielo de tu amor que acaricio,
en el suspiro del tiempo desvanecido, en cada luna que te encuentro,
en cada vida que te siento.
Cómo no hacerlo si vives dentro,
si cada minuto lo vuelves tierno. Vuelo, con este sentimiento de fuego,
cabalgo el firmamento,
encontrando el verso despierto.
Como estas ganas de devorarte lento,
que sientas el deseo morder tu cuello,
y la sangre de cada flor de piel y verso.
Donde el agua y la poesía
hacen el amor con tu cuerpo.
En este campo de sentimiento
la sangre de la tierra vistió de amapolas, cada beso de amor sin tiempo.
el bronce deja su cuchillo
a las espigas del cielo.
Hhierro baña la sangre de este guerrero,
vivo y muerto por tus suspiros.
de tu corazón preso, guardián de cada latido, redentor en el silencio frío.
Amante serpiente en el calor de la ilusión que te dibuja en mi mente.
Siempre presente, a la hora que la oscuridad late y envuelve.
Donde te volviste mi bendición,
realidad, abrigo y latido
de la inspiración invencible.
Como invencible dios sol, que toda vida rige. amada hada, esposa de este mío sentir,
acompañante de cada vuelo fulgente.
Tu semilla de amor germinaste en mi pecho, amapola roja y negra, sangre y tinta
que cada verso expresa sin descanso.
Fluyendo como el río que brota en almas a su paso. voz amante de tu presencia en mi mente,
donde el te amo, cada noche, se siente.
cura de soledad y maravilla hasta la muerte. donde mis rosas dejarán su sangre.
Nunca dejaré de escribir al amor,
a esta pasión de tenerte,
a cada luna que de malva el cielo me tiñe,
a todas las flores sencillas donde te veo,
donde descubrirás que este duende te será fiel,
y a cada semilla que nace pone tu nombre,
donde encontró su latido noble,
y mil veces más fuerte
lento se apodera de tu bosque.
Las campanillas en flor le oyen
y distingue el espíritu de cada árbol,
en cada pequeña vida a dios encuentra,
donde la armonía la acaricia el idioma oculto
de las hojas al viento.
Como el abrazo de la yedra al árbol
y el beso del rocío primero a las flores del campo.
En paz me siento en mi entorno,
y en la ciudad muero lento.
bendita la vida por darme tu amor,
por darme ojos para ver cada vida en color, siente esta caricia sin dolor
observa que de mí el cielo se apiadó,
donde sin envidia ni mal
eterno vivo, como poeta sin tiempo en tu recuerdo, voy allí lejos de este mundo,
donde empieza nuestro bosque sin destino,
donde libre, todo sigue su espiral sagrada,
el ciclo de la vida y la muerte,
el resurgir del agua, la sangre y de la tierra.
Amada te canto, de tu mano siempre mi te amo, contigo siento la fuerza
de la tierra, el agua, el viento, el fuego, y la magia que en arrullo acarician mi cuerpo,
contigo no temo a ningún abismo, infierno, ni tormento,
a ti te debo cada verso.
 
El castellano y Leannan-Sidhe
 
 
La polilla negra:
 
Acogía perturbador pensamiento
en tristeza, errático mío,
infortunio, todo dormido ceño,
mi sangre colmaba
lóbrega y repleta,
sobre la frente de nublos negros
que encogidos, no lloraban.
era gris mi despedida
de noche tranquila, relucida,
noche azulada, indebida,
de destello desvelado,
y pilares al cielo en hondo tributo,
y carros llevando agua imantada
de grises leviatanes.
sombra de hombro incierta,
arrastra vendavales furtivos,
en espiral sobrecogedora,
y sones de blanca nocturna luna,
lánguido mi pecho ya profuso,
se alzará
a desmembrar, el eterno desliz,
de luz anclada.
En vals y alas,
pequeña mariposa nocturna,
gira la espiral
su terror escondido,
embebiendo el ingrato desvelo,
fulgor de sus círculos errantes,
quimera desangelada
de vago destino caduco,
derredor intranquilo enreda,
misteriosa negrez;
sin partitura de blanca seda,
frenesí que jamás se separa de mí.
coloso de su imán final
de lisonjera luz,
del candil que atraviesa
toda dama oscuridad,
como su cuerpecito leve, frágil,
tembloroso
que ardió en su atracción final
a la llama en luz intransigente.
 
Förüq el castellano
 
 
 
Beso de ascua:
 
Vuelvo,
sin caminar
ni fronda,
resquicios
de mi soledad
crepitan,
su falta
de cariño externo,
porque mi soledad
atónita grita,
nada buscaba;
sólo volví
porque nadie me buscaba,
como un azar sin venas
ni razones buscadas,
estoy para ti
sin yo estar,
no tengo ojos
ni respiros
de pez de cara muerta,
una generación ciega
abre que sulfura
sin oxígeno.
Era bastante
y no acabé por huir,
bastante
era tiempo escaso,
imaginada tez
serena en néctar
tu sola dulzura,
te busqué en un papel,
respondió tu carmín
del beso de ayer,
sin inicio de final,
sin ser último
para ser primero,
un escarpar
de mi ausencia habitada
en torres y almenas
de incandescente, lóbrega,
quietud profanada.
el final depende del principio
dijeron,
por lo que tu último beso
empieza
en la eternidad
del sentimiento.
 
El castellano
 
Dulcera en claror:
 
¿Lo recuerdas?
cuando creíamos
dentro del ser haber
encontrado algo.
Recuerdo que los días
están hechos,
mantente.
¿Recuerdas un vivir al filo de la navaja?
tentando la suerte nuestra circunstancia
que nos unió
como agua y oro de aceite.
Recuerdo a veces
llorábamos a las flores,
y otras nos sonreían.
¿Recuerdas el evanescer interior
que se apoderaba del firmamento,
y descendían astros, a mecernos?
Recuerdo tu sonrisa pura,
inocencia de escala,
un desear estar contigo,
para volver todo hacerte brillar,
¿crees amor huido que algo haya cambiado?
dilucido que seguirás siendo
la misma piedra de melodía,
de eco presuroso,
que se adentraba en mis ojos,
para inaccesible habitarme,
como canción sepulcral
el infinito reverberante,
que me erizaba la piel
completando mi existencia
de palmo a trecho
voy manando,
y aunque hoy piedra
del rayo en cegado,
dicha en mi pecho quedaste,
dicha en mi alma blandiste,
porque yo te conocí
porque yo tuve que sentirte,
como agua de rocío
y destino plañidero,
incluso hoy en sueños, te sigo viendo,
brea de estrella en carne de la belleza,
pupila de mi pupila
por el tiempo helada,
he venido hoy a desafiar a mi dulce tormento,
sin tenerte te tengo dentro,
sin quererte sigue en vela y cañón,
mi naipe y última carta,
no se reveló.
¿ves que algo haya cambiado reitero?
sí, que hoy en día
duermo con tu recuerdo etéreo imaginado,
y no con tu piel y carne de estrella.
 
 
 
Esteban er-lobo bohemio
 
Cantos de tierra:
 
Solitario bogo,
aterido soplo de la montaña,
pastor de tus astros,
torres de nidos de tu saliva,
perfilada tu sombra me acompasa,
mi sayal remiendo
entre sedas
de moreras de ensueño,
olvidos me trepan por enredaderas,
tarde en la tarde mi esperanza vive,
si soñase volaría a tu vera.
Sol este de oro
ciñe mi álamo negro
y su esmeralda araña,
cumbre te nombra
en la saeta mi oscura golondrina azabache,
traerte conmigo siempre
eternidad risueña, melosa
sangre de mis dioses.
Señora tú de silencios
y sepulcrales vértigos,
no amansa mi fosa
la dulce azada de metal soporífera,
carne y cuerpo
mi rigidez de pluma,
lírico trasnochar.
Claro cristal entre paisajes,
ceniza de recuerdo
es ella, recuerda,
aire desnudo fama de estrella
inviolada,
mi musa bella,
un azar flamígero
que no pido ni alumbro,
no espera
ni las aguas de tiempo inmenso,
jamás complacen.
ay día, rosario terco,
deja ya la gloria,
grandeza en amor
se llamó belleza,
lastimada mi carne desvelada.
Gusano soy
que hila su capullo,
tejiendo desde sentir interior,
mi vida en serenatas blancas
levantaré,
su fronda,
inabarcable vergel primoroso,
cuenta mi linaje
alas ignoradas de mi pecho.
no podrán tapar en vida
mi silencio que aflora.
 
 
 
El castellano
 
Terca mi sangre,
tiempo del frío río
inmenso, todo dado en espinas
su rivera,
por ciega neblina bajo
con tabaco precoz,
pienso,
todo he soñado
para el letal lecho del olvido.
Mi temor sorprendido
alega que no existe;
vida o belleza,
ala o metal cansado,
gloria de grandeza, ¿Dónde?
mi tabaco de neblina
ahonda, penetra y surca
la esmaltada silueta de tu figura,
por mi caricia ruda
y el agua afligida,
admirarte yo cual fugaz garuma,
anisado vive el cielo,
nuestra blanca estrella
mineral candente
refulge su luz desnuda,
por vespertino son
de todo lo que tiembla
como abanico de mi pluma.
 
 
 
El castellano
 
 
 
el principio estaba en la colina.
Un hecho,
claridad de brea encendida,
o, transparencia de pez de cristal.
Timón enfurecido
que tormenta iracunda tizna,
cuervo en el alma
mi ser alzo, prendo,
mi idea luce
cual hollín de azabache tuviera,
gragea mi voz un crascitar
de mi señor Baco,
persona de garabato nombro a sombra latiente,
acaso opacidad de materia cuidase,
sacrificador mi tiento.
Soneteada su parda sepultura.
falte mi ley, sonará la albilla.
Diablo aguador mi buen luciente;
cordobán, recuerdo de soleta,
no me faltará maceta,
parnaso que ya cae asaetado,
cisnes negros,
de apolo,
cuidados como vellón descendía su grajo.
Musario monte yo he sembrado.
yo, pensamiento y porfía guardo,
me los retiemble
el sol lucido,
ninguno estribe
mi mesura,
señora, valerme quiera,
ni peligroso
el tiempo bárbaro se me pareciera.
 
 
Förüq
 
 
Insondable, la luz
de tu impalpable seña,
guiño áureo al latido,
insubordinado, labrado
en madero de este hierro,
ya dejó de ser infamia tornasola
en ascua de piel borrosa.
Ensueño alado te alzo
mi musa en estridencia recta,
develada, reveladora senda
dictas que afliges voluptuosa
cuan cerilla arrostra mi alma,
rebulle tu sueño alado
de golondrina azabache,
no perturba mi paso
tu luminoso azar encorajinado,
en sones del capataz del brillo primero.
Arde no se colma mi vaso,
al cantoral
fraguo férreo lazo,
indivisible alianza, comunión
de ambos argentos astros,
como entrelazan alba y ocaso,
pura seda mi correr
de atleta precipitado,
arrostró
mi piedra espectral,
tu brisa ya nunca más fría.
alumbró mi sien
el fractal de frágil leño.
Y desveló que todo es y fue
más que un sueño.
enmudecida siembra tu garganta
lamo la tierra boca a tramo,
tu raíz salvaje me toca,
como verde planta a tu corazón invoca,
silvestre y musical nuestra rosa azul canta,
henchido de tu voz voy
mi doncella escarlata.
 
 
El castellano
 
 
 
 
 
oración a la misa del alba,
revuela una golondrina,
esquiva los ramajes
amenizados del fresno,
abre monótona brisa
una caricia de tierra
por el misario cerro,
carrascas afilan allí
sus flores de piedra
para dar sus bellotas,
ya escondida la luna de seda,
aumenta un zorzal su trino,
sube entre rayos de sol
la espuma de un desnudo álamo,
a su raíz un precoz mamón
sonríe al iris de nueva luz,
un grillo chirría su nota
en melancolía por nuevo cierzo,
la encina secular
no pierde atisbo de rigor
en follaje,
como nervudo verde
que no llora,
la retama grita al esparto
que su amarillo impera,
plegaria entre verdades del monte
un nuevo esplendor
canta la paz sepulcral del campo,
como luminaria entre río reverdecido
en tapiz de terruño arado,
aria dolida en arrebol
de sollozo verde,
lento abre su retoño la tierra.
Entre vid de nueva espera.
 
El castellano
 
Quiero mantener
mi suerte segura,
como hondas imágenes
en frío lacustre.
Agua de labriego sordo.
eco en árbol de sigiloso azar.
Hombre al menos
en terrazgo seguro
al pie de bandoneón,
clavando cigarra
a su escarcha afligida,
manos trabajen
la melodía
a tu voz morena.
primor en viento
de mi sepulcral prestancia,
tierra o ceniza
eternal mármol turbado
de vida atada a tu vida
y perseverante esencia.
árbol de luz y acento,
revuelo a tu son
el mundo no trasplante.
Dulces sueños
sones flamígeros te aguarden
en su seno.
suelo en miel
de nota obscura,
guerra, oh gran momento,
rizar mis ascuas al viento,
hoja que tu filial enmarca,
verdecido mamón yesca,
invadido por substancia
de tu irisada voz en letra fraguada.
Resonancia de altivos lares,
fecundos...
Llevo verdecida mi sangre,
asaltando el trigo mis ojos,
palabra con sonido
eterna herida
Resuena que sigo en ti
como aromo de flor
y curva pitanza corva,
redimido a la abeja
el avispero ya no zigzaguea,
abre cariño tu senda,
nácar dispuesto y frágil
al candor de mi cóncava vena.
Para cosechar mi pena, mi cruz
y mi condena.
 
El castellano
 
 
Honroso tibio pulso:
 
Grave, y sonrío
entre la gravedad de lo efímero,
el castillo, el soliviar vetusto,
graves aras de sonrojos
al terruño,
un dulce claro oscuro,
tu boca diáfana, perjuro,
gravedad del insecto insulso,
un halago, un pulso,
enjambre de bellezas en tu nombre
quieto, sin arrullo,
cristal de humo partiendo minutos,
por qué árbol mío,
la proporción de tu aire
que alejas,
grave sin sueño alguno.
Hondo soto, conmensurada hacienda,
trilla que trillaron los hombres
antes yo nacer,
y ahora tantas luchas te siguen.
tu pasión por un crimen de flores
y altas rosas,
corría un otoño plástico
por la vereda y la rambla enajenada,
sortilegios de hierros azarosos
y pulcras vides sanguíneas,
alta te quiero ver como la noche,
y esa luz difusa, vertida en lengua
de castiza fuente soslayada,
cincelando con tus manos los altares
de huesos que pertenecen.
como pez sencillo de milagro
que tu boca sea musa, mi rosario.
 
El castellano
 
 
 
 
Sed de luz:
 
Cuanto te acercas a mí
miedo intuyo somero sin rivera
a estar cerca,
más cuanto te alejas
miedo a estar sin mí alegas,
dijo un librillo,
franca tu vera destrenzo,
viva esta espuela,
horizonte vasto me acercas
como lloverte amor sin cesar,
paraísos yertos sin escalas
ni vals terreno,
puridad acaso bastó
como lobo de orejas afiladas
sin aullar no era lobo,
me acerqué hocico
he irremediable
contestó un azar de tres caras
y nueve venas razones,
como derribar la franca tapia
verja de nueve cerrojillos iridiscentes,
los ángeles valientes morían primero
sin ascua eterna
ni mármol florido,
quizá puede como alimento
de vano murmurio,
hoy oso al por mayor
reminiscencias al recto lado,
acompañar tu furor de armas,
desde nimbo pasajero,
y desquicias propias trasmutadas,
al impetuoso servir de la llaga,
Pléyades cercanas como resoplar la luz
y capturarla a ojos fríos,
indicio que su halo dicta
inspiración a raudal,
halo indiscernible
que casi saboreas confines,
de sosegada dicha insobornable,
miedo a tu cercanía cuando caminas lejos,
miedo a tu lejanía cuando cerca
brillas en faz y luna imperecedera,
arrobando mi haz luminoso sin brida
ni correa,
As de trece tréboles de cuatro aspas,
era mi vida sin contar,
un brote de cruel infortunio desaconsejado,
semilla o tiesto espontáneo,
a nadie cambio,
ni dolor ni regia tristura
porque hoy me blanden
poeta raíz de dioses,
quién soy ellos y yo lo saben,
y seguimos sin tener miedo,
en esta trinchera del verbo onírico,
incuestionable
hervor de primaveras desnudas,
y solas saetas en busca de una vida
que mejor, peor, no niego,
qué mejor que un absoluto diamantino,
en esencia mineral candente,
cristal de sus pulsos
que no niego ni me arrebatan
a estigma puro revalidado
en azoteas caducas,
y ojos suaves un abril doliente,
era lo mismo,
que perder venciendo,
aojo que el buen ojo curo,
insignia las estrellas quedan muy cercanas,
si nos llaman a la lucha,
puede defienda mi patio
debido no es mío.
Divagaciones aparte,
pregunté al eco de sombra,
sin quererla como uña a carne,
iluminaría mi pluma saturnina,
hoy quedé en darla un besito
como la imaginación
no osaba,
miel de afortunar, y tremendo desliz
en número y orden,
como afeitar bombilla
broma, como lamer hacienda sin construirse,
en serio pongo balanza,
y un kilo mis sueños
pesan más que cien kilos mis ilusiones,
amar, amarte, en este ente intransigente
me lleva sin anchas calzas
es flagrante,
como el cimiento del verso
es tu letra,
lo fidedigno, que me hace parte
del transcurrir minúsculo
en vida caduca que nos desliza el destino,
no hace falta amarre para osar,
ni buscar luz, cuando ya eres parte de mí...
 
El castellano Förüq
 
 
PUPILA TIERRA ENERVA:
 
 
Planicies serenas del azul imantado,
por surcos de febril labriego
como barca entre trillas se deslizan,
espigas y fauces grises, de nublos
voraces.
Carros con aperos
entre terrazos quietos;
su nueva siembra.
Riveras atrás y acres en verdor
de nueva grama,
endrinos y espinos
aislados entre hondo campo,
de pinos y caricias suaves
de joven matorral.
La vid desplegaba su nombre de vida.
Cardos brillaban en espinas erguidos,
saludando a nuevo cierzo
que se alejaba.
Sones en caminillos de hormigas,
el sol medía de la llaga sus hormigueros.
Romeros afilan la suerte del sendero,
que como una rama precoz
pronto, verde rodeaba.
Cristales de roca entre el suelo cálido.
Latido férreo de tierra arcillosa
el escarabajo negro paseaba,
y lombrices purpúreas no asomaban,
el raso donde el pardillo
y el verderón jugaban
su genética de vida,
perdigones entre codornices
sonsacaban el linde,
donde viborilla y culebras
hacían honor
de tranquilo serpear.
Era bastante el sueño precoz
casi saludando nueva veris
por el tronar de ojos suaves
ya no sonaban en sienes acristaladas
ni hacían bajo de pensamientos pobres.
Fertilidad en raudal,
como espasmo que generación abre;
giraba la torcaz
buscando cobijar
y al cielo abarcar.
El cielo que morado lloraba,
el gris del nublo la tierra asumía
en aljibe y abrevadero.
Mi son minero, me pulía la sangre,
en estalactita y veta, el bordear
mi vena.
De mi semblante pardo
no cambio nada.
Todo me lleva a lomo un caballito del diablo
que por sierras mis rúbricas, deja.
A mi sol broncíneo, saludo.
entre simientes frías
esperando
ser nueva vida en color.
Del fuste a la Oliva,
al tordo redondo de olivo señor.
Memoria fría, discernible:
 
Viene, se descubre
como clara sábana espectral
bajo el azulete,
viene sin rienda ni corcel,
este dulce invierno
jamás dormido,
vive tras todos los reflejos parcos,
tras todos los resquicios tibios
de solitud, y viven
sus sombras
de opacidad de materia
como caricias
que mecen sus cabellos.
Era la hora,
fría mi cama;
no había eco de palabra,
ni pensamiento ágil,
que en vaho no quedara,
miré el espejo,
me sonrió un crujido seco
que mi soledad
cada invierno me acompañaba,
a veces creí tocar el ruido
como si su compañía me besara,
o fuese cruzar este plano existencial
y atravesar precipicios de mismas,
solas imágenes, estáticas yertas
en esta vida que se miente
y niega que otra existe paralela,
con otro plano secuencial,
otras imágenes,
otra realidad superpuesta
a nuestro discernir,
una escala del éter
como el mundo onírico
tiene su mundo y sonido propio
inaudible al exterior del sueño,
formas, colores, entes
que imagino en el poder errático
de mi mente,
avanzo
con una araña converso,
y recuerdo los fantasmas de mi rosa,
cuántos sueños cobijaban sus pétalos,
como un hervor
en abanico,
y rocíos que dejaban estrellas
en madrugada,
todo se juntaba en querer
lo que no se puede poseer
como la belleza tímida,
escondida en unos labios de mujer,
así sus estambres de mi rosa
que recuerdo con recelo
protegidos por pétalos
como sábanas
arropando su corazón.
Trazos magnos
que no abaten el frío
de este invierno,
un cariño de esquela,
y sus tijeretas retiradas,
augurios largos en vals
de áurea fragancia suave,
hoy escribo a los fantasmas de mi rosa,
sólo ella que de bella
dejó herida en mi memoria,
perpetua, doliente
he incandescente,
como un inmiscuir recto
finalizando el primer mes del año,
sabiendo que otra rosa
ocupará su lugar en el rosal,
la flor por mis castos dioses
que sólo sea la flor,
belleza nacida del rayo de sol,
así como la luz
ni la estrella
se pueden capturar,
las flores de la belleza
siempre han
y deben de estar.
 
 
 
Förüq el castellano
 
Sepulcro en cobre:
 
Al panteón de mis escritos hoy escribo
de luto efímero en memoria,
vida remota atisbo sin sien acuartelada,
caléndula y rosa canina
pintarán su estirpe
de historia incrédula
jamás cincelada,
al reluchar indemne
polvo de metal estriben,
y de lirio en cuello que nacieron,
de espanto en puerta,
aliento y yugo fidedigno,
en pusilánime destino,
en cuerda que míseramente gozaba,
puertas sin desquicia atónita,
en umbrales carmines de besos
sin corral ni ascua sembrada,
pedí sus alas
yo que de sol desnudo descendía,
dócil, de grajo en mano fecundo,
inocente, de justicia ausente,
presuroso cerca mis verduras afables,
no se alejaban ya,
de tierra y rayos fragorosos,
lides eternas ya os abrazo,
Castilla dividida
por cumbres enojosas,
jamás creadas,
alzaban mis sentires terruños,
fango de simientes yertas,
ojos al patio socavado
de iracunda hacienda de letra.
Destino magnífico cercenado
de mi mente penitente
y mis ángeles custodios,
arte deslumbraba que regocijaba,
condenas del poder y la mentira,
beldad ya me asombres.
Padrón de cielo en terrestre escala,
tumba al igual de socarrada
sola idea,
ya nunca más esquiva,
miel de mis dioses
y vespertina alma,
penetré yo, su muro
de eternal silencio,
y mi mármol florido gemía,
en las llagas solares
sus hoyos rectos
ay que vil no me apresa
pomposa letra que me corona,
y dolor desciende.
Glorias miro y exclamo:
-¿Dónde?
Ornaba mi sepulcro
dulces abrojos versados,
memorias de fantasía
erguía mi pluma de antorcha,
austero en bóvedas mi sentido inerme
ceñido divino laurel
en universo en arco y saeta
crepitante olvido,
perdurable halago
en formol mi verso.
Embargado reinaba el suelo,
pálida luz descorchada,
presentaba la espina en mi corazón
que lívida me lo arrancaba,
maraña atroz
que tu divino acento
Musa, mi alma imploraba.
 
 
Förüq castellano
 
GRANATE ARTERIAL:
 
VIII
 
Renuevo esta mi sangre yerta,
para servirte mi dulce dama,
bajo níveo nogal,
allá bajo su fronda suave
y denso celaje
que auras allá quema,
bajo hórrida, tupida sombra,
servirte a las puertas
de adorado averno
beoda sed en brindis
de nueva, flagrante condena,
dioses del inframundo canten,
allá donde excelsitud
de tu aurea sonrisa entabla,
y a mis miedos sólo arredra,
bullicio entre ramas
saborear dulces trinos cantores,
que la vida entona;
se amurallan las horas,
se quede la frágil vida,
que honroso te siembro,
escuálida y temblorosa,
fuegos y dichas apacienta,
entre este brindis áspero,
de animosas delicias,
mi sangre fugaz, honrada te sirvo,
par' ser rama para ser de caudal tu savia,
fausto, aterido soplo,
de horrores no regalaba
ni flauta ni prenda a favonio
arrebataba,
mis estrellas sin temor,
piadoso de nublados ojos,
espíritu de leyes rotas,
caos antiguo
que desvelado, no huye,
ni mi risueña sien
relega en acto
a no seguir queriéndote
ferviente.
 
Förüq castellano er-lobo bohemio a 17-07-2020
 
 
 
Yunta cadente de mi huebra:
 
Hueso, eje:
Huebra, yunta, barbecho,
acre, cadente, copa de vieja encina,
plañidera lozana, hilanderas, yugada,
sembradío, huero, huera, yesca,
materia muy seca, azumbre anisada.
 
I
Avanza mi alma yerta,
un encono trashumante,
que viste todos los campos
de mozas plañideras que visten
el azul inmenso inefable
todos los cielos terrenos,
estiran las señoras
damas hilanderas
la nieve todos los cerros
del tremendo espacio inconmensurable,
afilan viejas encinas sus henchidas copas,
un verde espumoso dentado,
y sus flores de tierra
que dan las bellotas del mañana,
barbecho por tres años esperando
sea huebra bajo yunta
acre cadente como lozana espiga
casada con el ababol vespertino de primavera
que trae Ostara tempranamente,
alivio mi yesca tierra
de materia muy seca,
como ascua que plañe segura
nueva vida de seca leña,
sé cariño mi moza amante
allá donde lloran las flores,
sé cariño mi señora moza
de alma joven,
honores consagren mi sagrada cepa,
Dionisio le pedí permiso,
con fuste Ambrosíaco
de nueva sangre,
aunque mi sed prefiera
media azumbre anisada,
de anís seco
que por meloso lo elijo dulce
como canta mi carajillo,
y me habla de espíritu en alza,
entre mi sembradío de penas y tormentos,
huera pena,
huero camino de ella,
mi larga sombra que no se detiene,
como terreno de yugada por dolor.
 
 
Förüq el castellano

COSECHADOR TU AGUA:

 
 ¡Armaos, perros poetastros,
poneos vestimentas, vestimentas de amores mediocres,
vuestras líneas sin más tardar!
Es tarde para volver atrás;
No dudéis ni un suspiro
de este yerto que cruzó
el río de la Estrida.
¡Mas, por regio el Sol caudillo,
por su blancura de Madre,
oh dulce, cuantas estrellas siembran el horizonte,
hay los cielos.
Y hojas hay en mis manos escritas.
¡Remate yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada!
Suenan las grandes trompetas
que ni en toda Babilonia,
ni en alta torre de Hércules
su resonar pueden disolver.
Recobrara mi aliento,
mis ojos cobraran su luz.
¡Mas por el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre!
Día tras día nuevo,
tirando tajo de verso recto.
Embestía y no halagaba a ninguno.
Por un pajarillo envío
por una hermosa golondrina,
que allí donde se vea una alborada,
Hipsípila caudillo hijo,
siempre vivirá como invencible Sol.
 
FÖRÜQ castellano Miguel Esteban Martínez García
Lugar:
La Campiña Castilla Mirador del Henares España
 
La encina Esmeralda :
I
ABAB
La temperada obra de la encina
ligada y amarrada a su paraje
toda, emblema y páramo calcina
Gran Castilla retiembla su coraje.
Celeste de Sol recién cortado
a tu hija hermosura oh, tu vereda
cenicienta avanza, entre acre florido
silencio verde que limpio, te clarea
amarillas retamas, el romero,
Paz jovial de cerro bajo
Vera de soto y acre de jara espumosa quiero
al gorrino y jabalí errante trajo.
II
Afanoso mirador
de profusas, limpias
entrañas verdes,
profunda espera
al resplandor maravillado,
Belleza lanza su
Trueno,  relámpago
y ama una vez
para siempre su tierra
por espinosos zarzales
avanza mi senil erizo 
Pintado de amarillo
mi Sol del cielo,
todo vestido de rayos.
III
Obra solar es su semblanza,
retemblar ocurriera,
su verde, limpio desliza
un azul sereno,
gotas sus almas
que anidan y hacen cauce
al pasar, del hinojo
tu vástago, a la espiga
enramado tu Ababol,
surco de Honda profecía
Vas creando rambla.
Tu beldad me enagenas
servicial prestancia
con prontitud tu río solar.
En emoción te lloro.

IV 

La bestia en ti dicta
salvas al orador
bajo tus rodillas,
él viene besando tu suelo,
eleva tu corazón
a esa tierra donde todo se olvida
sostente a mitad, todo cambia
arrasa mi filo de diente
estaca llevo en pecho,
nadie me consiguió sacar tu amor,
aquí sobre mi bandera
hay pólvora que sangre 
quizá una espiga
oro y grana
tinta, sangre, pólvora
mi bandera
todo lo hecho,
me distrae idea
acerco mi mordisco a tu fábula de corazón,
bailan mis lobos
salvo mi oración,
soy el fuego
brota mis lágrimas
perdidas,
el cielo no viene a mí
yo voy a él 
para  incendiar toda estancia
oh todo lo hecho,
esta bestia me habita
de alma, cepa y virtud,
asemblo y coso
todos mis sueños del precipicio,
deberás correr
lo máximo puedas
antes yo cerraré la puerta.
Era este un suplicio invernado,
cerraré la puerta de la eternidad
no quedará ni suplicio acorralado,
égida, celada, escudo de Atenea,
esta tierrica bella alzo,
surco el Sol, todo lo que ves,
lejos está mi Sol,
Sol hermosea, vive que él es siempre
Mercurio Hermes, Helvetios.
Lugh, Lvgvs,
Soy vuestro esclavo,
belleza, oh ambrosía,
miel,  néctar. sangre, carne todos dioses
sirvo en vena cava
no acaba este paraíso Parnaso terrenal,
Aere perennius.

Duros somos tierra,
lo demás ceniza que se parece.
Somos más duros y resplandecientes
que el terso bronce.


-La encina Esmeralda parte V:

V
Avanzo el frío yermo desierto
desángelado fluye es sueño
mientras crascita el córvido azabache
Noche semper,
un día nublado
de pocos o algún grillo,
tiempo suficientemente innecesario,
certeza en borbotón 
de esquivo abrevadero
mi sola poza,
sanguinoso aleteo
por el grajo nunca más
nunca más no verte,
de frío solo y aura acompañada,
un soto y un criqueo mayor
en C de armónica oxidada,
me levanté del suelo
y qué si no me perdonaron,
seguí avanzando,
esta tormenta de arena y lluvia,
hilvané todas ganas
y era la puerta madre el sentido despierto,
tiempo de quebrar la línea,
saltar muros de fuego,
quemar osadías
besando la gloria,
allá las naves valerosas
versos ejes
sin plomiza sangre
todo yergue,
mar sanguinoso y solo caudal
oh dioses
sin vosotros la ceguera me sueña,
que era el primero,
en descubrir un beso
en sus cuartillas de labios azules,
desdén de pocos o algunos semidioses,
mi sortilegio manchado de sangre
un nombre,
una vil injuria de espera
todo bailaba la fiesta de Dante,
negra arpa
era mi ansia plena,
yérguete guerrero
muerte dispara primero,
tajadora siembra de seco labio,
un, dos, tres a mi izquierda
un, dos tres, a mi diestra
formen mi vera compañía
un solitario ruego 
un vestigio yerto,
un confín helado,
vendo de las auras muertas
quién osado me compara,
su cuerpo me está hablando
llave y cerrojo
sí mundo
Förüq tiene llave.

Förüq el castellano y Leannán-Sídhe
-

Förüq rebrillando MIGUEL ESTEBAN MARTINEZ GARCÍA 
Vera de soto

VI


Era un soto de daturas
y ababoles cabalgados,
como un crujir de la mecedora
del linde vago,
era entablar con el alacrán soberanista
quien yo era,
como afilar pesquisas
que caminan yertas
su alacridad helada,
por caballos de fuego
y acordeones de agua,
como elevar el ara
y ver qué desquicia se siembra.
Voy por el tercer junco de Castilla,
y hasta su encina afligida,
entre soturnos lindes
teñidos de cal y canto,
arrastrando errores inmortales,
y sueños desangelados.
Premisa que ardía en un solitario espino,
acampado de sus falanges
amilanadas por vastedades
y simientes frívolas
despertaba el otoño
justo en el carrizo
y mi tabaco fugaz
de antigua brea
que expulsaba su color,
rencilla entre espasmos
y savias precoces del terreno,
jamás dormido,
jamás monótono, despierto,
un caminar y descubrir
que todo vuelve a comenzar.

VII

Tierra de encina:
Encina carne
y cuerpo que en ti
el campo hizo;
emblema insignia.
Follaje recio, duro,
inmoble al transitar
del viento.
Sobrehaz madre natura
de pedernoso azar de catedral
que de ti hizo san Esteban,
parda encina te escribo
desde el reposo del hombre fluyo,
como sangre me sostiene
en manadero de tu lecho de tierra.
Apretada y densa
lloras al camino,
no caes en invierno
ni te desdibujan heladas,
soles de siglos
doran tu espada,
árbol férreo
de árido horizonte,
frente los ojos,
viejo monumento
que sacudes,
el alma de la roca.
Brotada del mismo fuego pareces,
oh parda encina,
yo a ti acudo virgen
que en tus hojas veo pulcritud de estelas,
puntadas de unión de cielo y terreno,
en ti campo se hizo,
de tus lagrimas otorgaste flores la tierra,
meseta navegas con flor de piedra,
árbol solemne tú eres,
a ti rindieran cantos
a ti rindieran cuchillas,
campo de víboras
has pisado,
espejo de pueblo eres
que guardas reposo
y pasado.
Acoge Virgen de la Encina
mi canto manso.

VIII

Cornucopia de tierra:

No rebotan los tiempos llorando,
en escalas a ese cielo anhelado,
voy que viajo
y bajo mis plantas
la tierra brota, rehúye, fluye,
todo me alza
sobre torres sembradas
y sus trompetas abiertas,
desenfundo esta esencia
de estaciones correr,
hogueras profundas
en lágrimas de lluvia,
plantada mi compostura,
me crepitan las montañas,
los cuervos me rinden pleitesía.
Ante estos ojos
el ávido brillo
de oscuras alas,
frente mi carne
fuego enraíza
esta noble falcata,
encinas me enraízan
el dorado anochecer,
noche oscura
entre espectros de letras,
el día derretirá mis flores,
trepando mis venas de encaje,
mi azada será sangre
no más cuerpo y carne de metal,
al erizado filo
clavaré sentidos despiertos,
mi letra será invencible,
en flameante rebosante inspiración
parida de un rayo de sol,
ay la tierra que me clava la siembra,
ay sol ferro,
yo te hablo
al fulgor de venas
al calor de llama azul,
tú invencible
como la palabra te formó,
extasía lumínica
en candor de lunas aulladas,
ven a mi pecho,
te daré asilo,
desgrana este silo,
que mis manos hablen colores,
solo ante la adversidad
esta negra noche que huye
enjaula su oscura sombra
donde la letanía esconde
sus garras de cristal,
quedando repleto este umbral,
he oído llamar
llamar tus sangres de luz,

a violetas nebulosas
sin cauce
empotradas en sagradas espirales,
busqué tu vida eterna,
me contestaron inviernos
desmochando brotes extenuados
de tiempos atravesados
por tu espada eterna,
fuente fría
que llena dulce la fontana,
la vieja luna sonríe,
lo efímero será áspero y duro,
a la caída de este plomo,
se levantarán estatuas de barro,
tu lobo vestirá el sincero metal
por ser de hierro,
hasta su aullido de plata
a la noche sempiterna,
y sus enredaderas malvas,
campo este de víboras nacido,
por un surco repto,
y el alacrán me saluda,
soy yo tiempo olvidado,
resplandores
de este patio de grillos,
me cuelga la corona de caracoles,
por todas mis lumbres
abiertas
de caléndulas solariegas,
más que hoy
no espero nada,
porque yo siembro lo perfecto,
me responden sus voces del suelo,
al intransigente destello
me parto, me quiebro,
hasta dar mi voz
a estos campos
y sus sotos perdidos
encontrados en cada sangre.


El Castellano


IX
un aullido,
llanto de un lobo,
miseria enraizada,
cada triunfo una escarcha
en hoja escondida,
que a la mañana verás morir.
Abrazo mi calma podando,
desmochando
lo que mi espíritu yergue,
forrajes miles acampan el corazón férreo,
mi vena coagula
al sentir mi idea
que al ser pensado el camino
no abandona dictado sentimiento,
cinceles esculpen mis manos
que siembran este beso etéreo
por tu caracola.


VIDA DE LA VIDA BAJO TIERRA:

Tornadizo quebrar de la simiente
acaso el ojo de tierra no viese,
clepsidra en goteo,
del Nitrato de Chile
En este mes de la parra
y de la zarzamora,
sulfatos de cobre anidan
su violáceo vientre
que respira;
vida de la vida enhiesta,
mantillo sin raíz oscura,
viril anélido sin carcasa,
fértil embrujo de larva
y su hechizo que metamorfosea,
sin aroma no preguntes más,
liras blanden su chirrío estacional,
que avasalla sin hacerse espíritu,
tojo clavado al viento;
Castilla tú lloras
dehesa sin letanías, ni espinas,
de lanzas,
lo que vence mi inmortal yaga,
enjalma mi verde intelecto,
orvallo de mi rivera,
viaja mi idea,
callendo, el Sol, arriba,
desde lo alto,
un largo recodo sin franca,
vega compadecida,
que riega esta enjuta,
en cal y cantos despierta
de su arcilla dolida,
Diosa zurda tu nombre caminas
más por donde el arriano
plañía, y plañía, plañía,
su seco llanto de corazón
esquilmado.

BONUS:


OLMO DE IMPÍA MANO PLANTADO:

Exiguo campo de fatal avidez
y musas en bronce celadas,
sosiego calcula lo venidero
por dorados techos vencido,
por cuanto Parca ha conocido,
cuadriga del mañana
y sus cien rebaños
del afán que se lleva dentro,
grey de sombras en silencio,
triste, densa tensión escucha,
del funesto día , huésped
en la negra noche profanado,
afrenta de sus campos,
señero inmóvil,
que escucha a las víboras
sonando, guardando
al inofensivo lince asustado.
Vernal lozanía
sacude su rostro de luna,
entre sombras huidizas
y destellos planos,
en seno de esta avara tierra,
se despliegan las rosas
del rosal ya florecido,
su fugaz hermosura,
chopo gris y opulento pino
musitan la acogedora sombra,
suerte en urna del destino
que embarca o hunde en el abismo.
Viaja el corzo mi idea,
entre flores que primavera, exime,
verde flor aún en capullo
soterró el otoño
y los fríos vernales,
alza un lustre caduco
al servil gozo de su tierra.

El Castellano

INFINITO ACIAGO SEMBRADO:

Recto vilo me aguarda
esquinado
con su canal infinito de campo
estudiado, consumido
en yerta flor deslumbrado,
yo soy de una margarita
de su floresta destapada,
soy yo un ababol
con cruz de tinta
en sus pétalos carmesí
bermellón,
no puedo matar por mi tierra
pero tampoco puedo desenterrar
mis raíces,
hoy estuve plantado
frente a carritos de la dama
que alzaban sus flores lilas,
eran como éxtasis en caricia
como beso dado a mis ojos
en lengua de espinas blandas,
caminé al mercadillo
de mi localidad
pregunté por caramelos de miel,
tomé mi cafe solo doble con hielo
y seguí caminando
mi lustre jamás vencido,
las malvas me floreaban
por ser ya primavera
los cebollinos se divisaban
pero aún se encontraban fabricando su flor,
para parirla en verano,
bebo agua de la fuente
frente al ayuntamiento,
soy poeta de sus descampados,
de sus molinillos
y de sus charcos,
soy indescriptible esencia
cincelada
en verso de carne y espiga,
en esta higuera del demonio
alzo trompetas de los ángeles
con sus flores,
y las calendulas silvestres
me dictan que jamás
acabaré de irme
sin encontrar luz de tierra en ellas.

El Castellano

LUZ EN REPRESALIA:

Cubo metálico sin fin,
donde se derrama
mi vida en una hoja,
fieles testigos
involucrados
mis verdes sueños
que sonarán,
goteando una clepsidra de mano
un hierro en el bolsillo olvidado
un barrote y un peldaño,
dejé mi inocencia a solas
por si vuelve,
a mi mesita de noche,
a un rosario oxidado,
a un armario cerrado,
a una vela de candelabro,
dónde yo me casé contigo
en su llama
y juré, juré no mentir más
a este arriano corazón esquilmado,
creí que la mentira
era ser feliz sin querer serlo,
de retuerto desliz
desmiento su designio
voluntad coja de verdades
para anticiparse al pasado,
raudales de belleza anidan
sin ser elección
sueño taciturno en cesta de mimbre,
todas las cosas
incluso las no creadas tienen razón.
Su sueño ha acabado
soñó la vida como su propia realidad
pero en realidad usted muriö
en aquel accidente
el coma le venció
y le introducimos su posible devenir
que lo sintiese,
el tiempo se ha acabado,
debo apagar la luz.
No venció su destino.
Su hoja se completó.

El Castellano

CLEPSIDRA DE VIDA:

No me iré
sin el hermano de mi trilla,
ni su simiente de grano
sin despedida,
no afinarán ratones de campo
la melodía que blande
y sostiene mi cigarra cada día,
ni mi olmo secuaz,
desnudo, dirá más verdades
entre mares de gente
ni semáforos precoces,
ni en vitrinas de estante
quedará mi latido,
ni aliento marchito
cual caduca hoja de estío,
mi sábana de paja
reblandecerá su añil graznido,
sortearé escombros relumbrados
de metal y cristales vanos
sin hocico.
Sólo hoy diré
que no me visto porque
sí me marcho,
calzaré senderos y alacranes,
calzaré pedregales
y sus nidos de lagartijas,
quizas no me importe nada hoy
ni que digan que yo vivo.
Mis venas serán encajes
de afluentes y sus ríos,
el mundo seguirá quietito,
los males seguirán empujando,
puede que hoy pregunte
a la serpiente de mi cuento
si me devuelve el ojo,
que yo la perdono,
arderá la compostura
de la araña de mi patio,
en un torno que crepitan las maravillas,
los jacintos silvestres mostrarán
sus botellas azules anunciando
que más tarde llegará otra primavera,
y que de la gala de flores
serán primeros,
guiaré mis rebaños por soliviares
que no me han conocido,
entre cernícalos y bosquejos umbríos
sus ninfas conocerán que a ti te miro
que a ti musa me dedico,
habitaré montes y lomas desdeñadas
y su cortejo será embrujo
para que las estrellas rueden,
llenaré mi granero con tus besos
con esta luna
no me detiene ni el tiempo
que se escapa
entre mis sarmientos.

El Castellano

OLA DE ESCOLLO EN TIERRA:

Clamorosa sombra densa,
es mi soto un oscuro cielo
en el que canto a los Dioses,
no a vosotros, insignificantes;
Así trencen y me trencen
la osadía de un álamo,
que mi padre lleve,
a otra tierra breve,

baco de su trayecto
enardecido,
ni égloga de esforzado
por Salamina lleve,
campo abierto
de polvo y sudor disfruto,
ya no se pudo huir
de la suertuda víbora,
en casaca sin pechera
de topa Licia,
sosegado olmo
compás del serenado
ciprés antiguo,
fabrico del mañana
sendero,
no un hazañoso portento
así como no hay rosal
sin espina,
no hay dicha sin pertinaz
esfuerzo.
solícito de atemporal mar
del tiempo esquivo,
prenderme puedo
de vuestros fuegos,
por los que mi sangre fría,
pervierto, acuso y envuelvo.

El Castellano

CONSIGNA SEMBRADA:

Vesta engarzada,
encorajinados templos,
nacidos del fin de los tiempos.
Túmulos de luz,
con soterrada cripta.
Abriendo, despertando
senderos sin final;
Sólo comienzo marcado,
llamando la resurrección
posando nidos
de nuevas sangres.
Sonando los clamores,
tambores aguardan
la nueva guerra
que trae la vida.
Eterno resurgir
en vestigios yertos
transmigrando
el eterno ciclo existencial
por el que quien nace guerrero,
guerrero muere
y guerrero renace,
para lucha de completar
su alma en final
de navegar el Valhalla,
así bajar hacia arriba
la osadía
de parnasos devorados
saña en furtivo conocimiento.
Que no acaba
como espiral
de perfección.
Siembra con capataz
del único origen de tierra;
Deslumbrado
este hueso avanzo.

El Castellano

LLAMAS EN OJO DE SANGRE:

Flameante fuego
de los cielos
acoges
y frío duermes,
que los campos
ya no emblanquece.

A ti padre de los vientos
te imploro traígas
tu negro vendaval.
Así choques Aquilón
norteño con Ábrego
abre esponjada la tierra
a tender umbroso páramo,
sin azote
del fuego del cielo.
Labrador que clama ya,
la enhiesta primavera.
Cuántas sequías verá esta tierra,
sólo el estío
habitual dirá,
me sembré
sin blanco cielo,
sin que me empujasen,
yo encendí al ocre,
en todo acre,
tierra que consumo sus venas,
invocarme pueden,
siempre vengo
porque siempre estoy,
desde enfermedad sostengo,
me ves cayendo,
arrastrándome de nuevo
tu creencia de mantenerte a salvo,
donde nada escapa,
deslizo el tiempo,
no puedes verme en tu espalda,
estoy cayendo de nuevo.
Alguien me verá latiendo,
algo habrá después de todo.

El Castellano

HORIZONTE QUE ATIENDE:

Largueza que me aguarde,
cual llama en cántaro desvanece,
piélago ardiente,
escancia, sostiene alta suerte,
alegremente la voz del viento;
nobleza de rudo ejercicio
furtivo, desposeído
espíritu sin guía furtivo,
desvanecido, fatídico,
tú que ensalzas
la conjetura voraz
de mi sentido de vida,
cual arrobada insigna.
sonaban enebros
un sopor de encinas
bajo laúd.
Engéndrame grandeza,
que secunda igual
que a mí mismo.
Diana con flores
exterminio de fieras no manda.
Luz invocada
partiremos sin navegante,
estirpe que avivas,
con impávido destelléo
entre fuentes y torcaces,
padre de mi soberbia
furor de lobo que ve al ciervo,
torres bellas altaneras frondas,
sin secuelas de florestas
que acaso Venus no canta.
Nullam, Vare, sacra vite...
Conoce mis arcanos.
Mi Llúcia despierta,
rigor que afronta
guarda, desvele,
su reflejo en cristal claro,
vine por donde he venido
por el gris viento,
perplejo.



El Castellano a 31-08-2017



ETERNA LANZA SESGADA:



Cóncavo cielo

de la pradera de tu ceño,





El Castellano











Förüq el Castellano



Förüq rebrillando MIGUEL ESTEBAN MARTINEZ GARCÍA
Vera de soto

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