PROYECTO BRUMA DE SANGRE
Contenido PROYECTO BRUMA DE SANGRE PROYECTO SANGRE DE BRUMA Liras Culto de mi cultivar. Oda en liras OSCURIDAD GERMINA: Epodo : Reflexión : Elegía a la vida. Oda en liras : Reflexión: Araña de noble silencio; Oda en Liras Raíz de candor mineral-Oda en liras: Castilla Oda en liras: Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B Río Tajo. Oda en liras Grillo Oda en liras ROMANCE DEL DESTIERRO: CRUEZA SEMBRADA: Sonetillo: Flor de Helecho romance: ODA TERCERA: Olmo de espíritu, tercerillas y serventesios: Original: Enhiesta albilla: Señales y azares: FANTASMAL VISITA: Raíz: II III RAÍZ DEL AURA: ODA ARENGOSA: HALO DE ENTUMIDA ALMA: Niebla sonora: Urdimbre argenta: Noche lúgubre y umbría: Sed de reguero: Noche velada: Ceguera: Tu voz: Los pequeños detalles: Latido: Ser de esencia: Pensamientos negros: Yo te sentí: Relente: Piedra-corazón: Desvelo dulce: Vívido desliz: Lugus: Oda al Sol: Reflexión: Lozana silvestrita: Vorágine terruña: 10 Olvido: 16 Primavera: 17 Poema al alba: Nocturnidad en colmillo: 21 Contigo sangre refulge: Preámbulo derramado: Silencio regenerado: Mecha de oscuridad: Mecha de luz: Dicho azur: Siembra erguida: Ferviente tajo floreciente: Vientecillo elucubrado: Inmenso placer secuaz, inefable: Sentimiento labrado: Azar relegado: Sendero mi suerte: Soto en sol naciente: Niebla encorajinada: La polilla negra: Beso de ascua: Dulcera en claror: Cantos de tierra: Honroso tibio pulso: Sed de luz: PUPILA TIERRA ENERVA: Memoria fría, discernible: Sepulcro en cobre: GRANATE ARTERIAL: Yunta cadente de mi huebra: COSECHADOR TU AGUA: PROYECTO SANGRE DE BRUMA Liras 7a, 11B, 7a, 7b, 11B. Lira: I Todo lo que descubro aliento ciego, bucólica siembra como esbozo elucubro, abre rayo, desmiembra. Cercenada estalla, ella, brotada hembra. II En sangre de limpia agua, carmines me recorren, eres mi hombro un postrero abre fragua, de mi sino un escombro, quiero regar la vida de este combro. III Engarzando yo, quieto ella el iris de mi bella natura brilla en puente Himeto desde ojo que aojo cura, suerte, que labrada es sangre que apura. IV Hoy campos son de endrina, para ser retozo que cruje solo. Desnudar de la encina, hoy olvido logrolo, pero a ella con un rolo trina el piolo. V Libre por ti soy, ardo. En rambla sin ribazo de secarral, por transeúnte cardo. como raíz de parral esfumo, alcanzo, sones de su fractal. VI Mis astros que son santos, obtusa furia que engulle impelida, prosigue, consume a tos, destapa desvalida, de toda la tristeza que invalida. VII Hasta que engulla esta enorme sombra que sigue procelosa, rauda el siglo engasta fome mi silvestre alma escuda, te hablaré alto, como el amor exuda. VIII Sin directriz, ni engaste, porque mi carne no tiene baraja, hoy clamaré desgaste mi ataraxia cuaja, que cegaste tuya. Mi dama graja. IX Desde rejuvenecer que gasta emblanquece por cielo extenso, Sueño del resplandecer, hoy no bastó lo menso, sin solitud desaprenso, repienso. El Castellano Culto de mi cultivar. Oda en liras 7a 11B 7a 7b 11B Culto de mi cultivar: I Traigo de mi alma en fuego incrédula, extraña poesía runa, al capítulo llego; de tierra, viril luna; seco abrojo regio, cumbre que ayuna, II Habitado tras yermo, con mis sentidos inermes postrados, llana música en termo. Mi Virgen seduce hados, * brazos aguerridos amancillados. III El silencio esquilmado escondido de mi alma traigo hendido, vislumbra trazo arado solitario, nacido sangre, impía herida yaga henchido. IV Traigo soles difuntos. Melancolía hija, el siglo enajena, alzo, beso mis adjuntos; sin honrosos entrena, lucha diaria enajeno en cuarentena. V Al pie de soto llano, viperina sierpe de frondosa era aspereza abre plano, placer dioses quimera, todo es bruma siempre gris la espera. VI Esfuma lecho real de sangre gualda disputada grana, mi directa pluma lean, nimbo mis astros cana, en sonrojada pupila mi lana. VII Misterio, azar o tinta siderales ensueños, envanece, avanzo, yelmo pinta; arrepiente, fenece piedad aflora yerta, no perece. VIII Ante Lugh no se humilla, apego mi faz ya desorientada cuarteada sien cepilla mi jofaina aplacada, mi semblante pardo no cambio nada. IX Fervor sí prendo fuego desde este sueño de orgullo reseco, Indefinido apego, sin rastro yo la checo, con puerta florecida llaga mi eco. BONUS: (Rima y métrica libre o blanca) Custodiada por los mil alacranes que puridad cuida, por los Suelos ¡Levanta la frente! Y de placer sucumbe. El Castellano Oda completa en liras, ''Oscuridad germina'' 11-1-2019 OSCURIDAD GERMINA: A Obscuridad -Nec vincere tenebras, et amat, Oscuridad no se vence, se ama I Azar disuelto en viento ; vienes, te lavas las manos soturnas, ensuciando te siento. Grande en horas nocturnas, mi potencial en horario alas diurnas. II Cuestan más, especias que el guisado en resultado en finales. Traje de brumas necias. Sombra honesta en turbiales. Granate lustre postrado a venales. III Jamás vendido al postor, por mis colmillos guerra al error ido, acrisolado impostor. Voy por hervor florido, y lunas en alabastro gemido. IV Es un son de los grillos. Acaso se requiere don de gentes. Redil de carrasquillos; hematíes dementes; acequia de almas o entes relucientes. V Crisol, hervor de soles. Lucen lunas gimiendo en alabastro. Indemne como moles, yago, yace en mi castro. Brilla mi malva rosa, ¡Fulge!, mi Astro. VI La vanal inmundicia, anisando lo habitado en espejo; ayer de hombre en malicia, dicha, uno, dos, despejo, tres, dolido, la rosacruz no alejo. VII Con besos por espigas, y ángeles soterrados, sin vilo; ya lo digo, no digas. Hermana negro hilo. Autocomplaciente la flama afilo. VIII Esta acequia rutila, y ángeles soterrados, sin yermo, malva salvaguarda, hila. Estira aliento, en Lermo. Mi sed en galego alzado digno ''ermo''. IX En el patio su araña, suya su corona por candelabro. Se siembra, tiesto apaña; su saliva yo labro. Sangre de ámbar atesoro, le jabro. Serventesio: Estampas de la sangre resplandecientes, granate su sangre encumbrada, son venal; sentido alerta; despierto los lucientes. Sin bombilla 💡 en sótano de luz, el penal Entre fauces brillantes adjunto abrojos. Rebrote de oscuridad en el arañal. Alguien ya vendrá por mis áureos añojos. Epodo : Caldea, hasta rebullir. Yo arrostro antojos. Avengo eternal raíz; disparo aojos. El Castellano Reflexión : A veces dentro la oscuridad; a veces dentro de una luz. MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA Elegía a la vida. Oda en liras : 7a, 11B, 7a, 7b, 11B. I Perenne diamantino; abro de tu mirada un absoluto, cometa matutino, raudo al Sol impoluto como una gota cristalina en bruto. II Bajo el Sol humilde y ellos conductores de fracasos y grietas, reflectores destellos, y epicúreos ascetas, vigor de rayos, puridades quietas. III Sobre la grama mojada. Murmullo de un goteo anisado claro, serpea estela sajada, en espiral aclaro. En la incandescente rosa disparo. IV Un otoño caduco; rosa sin cruz aquel cometa roto, desnuda luz estuco, casi lloraba, broto. Como una estrella fugaz yo rebroto. V Astilla y ojos boscajes, ella astilla, en bosque de ojos sedientos: infinitos anclajes, sorprende, son atentos, son de azul perfidia no añila alientos. VI ¡Oh transcender primero! aire canto perenne, como estribo; lanza en viento, el alero, sus encuentros transcribo. Aere perennius, ministerio inhibo. VII La noche quiere ahogarse, sí, en sus ojos que su sonido visten, desnace así asomarse, por carcomas inviten. Es sólo sangre en tu ojo que permiten. VIII Es solana mi vena, cantando, alcanzando, la osada oscura. Llora mi savia pena, hada esfinge en premura. Para tener piel sembrada en tersura. IX Brotes en azulete brote y noche tapada en noctambules; el nido ramillete, teje araña hambre y azules, así descolgar de ella azules tules. El Castellano Reflexión: -Ella la vida, sed de inmortal espera, llama a la muerte en espiral, para ser eterna como el tiempo deslizado, y como todo principio depende del final, vida llamando muerte, muerte llama vida su eterno ciclo en resurgir de simiente al albor elevado corazón de savia o sangre, o los dos. Miguel Esteban Martínez García a 06-03-2019 Araña de noble silencio; Oda en Liras Liras: I Encontrase siguiera, novia, amor y mujer determinada, mi dolor consiguiera, de amistades borrada de amores caduceos ya, consignada. II Tiempo libre, efímero, clavado en tierra lenta, su estridencia tumba muda en señero. Toda divina ciencia. Soterraña en limpios besos constancia. III Yacija filosa alma Por Mercurio, Júpiter, Atenea, era las mansas lindes calma se acostó mi remera, ya solivié que desterré rivera. IV La parca negra jabra sus alfileres pulcros hilaba ella; traje al yermo que labra. De musa esencia, bella. Afligido impetuoso no destella. V Solo halo no nacido abre desdén de pocos, o ningunos. Superior, advenido. de melíferos tunos, en madre conciencia, plañen, algunos. VI Sí acuné mi desdicha en su llena, destapada tersura. Patio manso, la dicha con redil cercada aura, mi cordura, hueso de luna premura. VII Desciende vespertina. Helada esfinge, acunada ella labra, parda, honda saturnina, vine que traigo cabra. Sus voces difuntas en la palabra. VIII En las rosas de labios de mi amada, hablasen amores pardos. Mecen lisos, los sabios. negra sangre en los cardos, brutos, espinos esquivos, lombardos. IX Sombra, ay de mi llegada, sonríe mi noche furtiva, noche. Lengua maligna, holgada ¡Divinidad en broche! Cubran tu manto la flor su derroche. Bonus, rima y métrica libre: Y los ríos dejen de llorar sangre mortal, la fecunda alegría sea cenit y dichosa ceñida a tu torso de mujer fecunda, a ti te abran mis flores cada primavera, ¡Oh, esse Veris dilectus tui in melieribus! Escucha, susurra nuestro silencio, el tiempo que cerraba mis ojos, y vestía la flor de opacidad, con el color todos mis sueños, buenos malos, no niego, Abrid por Catulo los cerrojos que atavían a su agua de palabra, hoy, siempre, se escuche mi marjal de claras hierbas, fecundando su clara tierra de piel, de mujer valedera. El Castellano Raíz de candor mineral-Oda en liras: A la vida soterraña. I Raíz arcana ligio, dejas etéreo espacio acompasado eterno su prodigio, silencio amalgamado. Era taciturno espectro clavado. II Misterio, parajes blancos que salvajes concitan en tu lengua confrontan en yermo flanco saciando imperio en legua de soledad que amilano sin yegua. III Sin inicio, futuro; sólo aplacando de los diablos malos, en esa idea carburo, ojo que vence halos, descansando en alegría, sí talo. IV Ocho hijos me has dado más los bastardos impíos neonatos, reconocido honrado. Anudar yo, sensato mi vida; que deshilacho. y trato. V Desfallecer, despedir, corona y candelabro engarzo sí, mi raíz es redil fervor, soles esparzo, como fue, cobrizo capullo zarzo. VI Su polilla, o gusano devana sangre, rueda transmigrada, Transmigra verde plano, sobre espica, encontrada. Infecundo humor oscuro de mi hada. VII Coraza por pechera, carcoma y espuela calzo voy al Parnaso, tomo de tierra viera roja sangre, que yo amaso, pergamino en vana ciencia quiero y aso. VIII Los abrojos espanto espejo terrenal hondo crascita, sonido injerto tanto. Entre yertos mil, Escitas. Escrita alma, el Castellano milita. IX Cáléndula, flamante del camino, vieja, ya iluminada. De la senda tu Dante, ardor de luz brotada entre florestas, hiriente, acuñada. El castellano Castilla Oda en liras: Castilla: 7a 11B 7a 7b 11B I Perdurables sus ondas, en cresterías estigias, esbozadas de la honda voz Gioconda, en voz difuminadas de alta torre enfundada, mancillada. II Me esmalta la idea obtusa, con fragor de las risueñas carrascas. Las soledades acusan, del ser deshielan, lascas. Agarrado a dulce señero tasca. III Colmillo umbrío tomo. Cal y tierra entre follaje regio, de mi sierra es el plomo, yesca vida en colegio, Oda al sendero de umbrío arpegio. IV Era vida atenta, entre ojos de azores y sus colores, se siente, se alienta, se enraízan las flores, esto es Castilla, ensalmaba contenta. V Esto es son de cerilla de sangre henchida, abriendo helada fragua linde quieto, esterilla. Por solares besa agua, sosiego que tu linde entona ascua. VI Lumbre de entrañas vivas, en quietudes de escarcha, hiende derecha lenta llama iba altiva. sonrisas del alba echa, quedarse, libérame este haz que arrecha, VII Quedarse piel segura al retorcer del castillo de Almansa, honda tumba hermosura, entre sus piedras mansas y caracoles de astros, nunca cansan. VIII Patio en somero alarde, robusta era en Ermitas del mañana, un talle del pueblo arde, sembrado por tu mana; Laro en brea, cúspide nace, engalana IX Sueño en fruto severo rojo carmesí, pesquisa sangrante el corazón espero. Ancho venal, cantante, cantar de la espigosa honra, expectante. Bonus rima y métrica libre: Y su mañana, honduras de vidas. labradas cepas de sarmientos, acoge en tu alma este fiel ofrecimiento, Castilla mi tierra, mi vida, mi eterna semilla enamorada. Fiel disparo entre acordeones de encinas afligidas, un marco difuso entre colchones de grama, perdiz entre perdigones viajeros, voy a tu encuentro, me hablan fuentes y abrevaderos, como tus tierras hacen el amor con parajes dormidos, respiro tus frías cuchillas que entre clavos me marcan su herida, fiel de caricia bebo la sombra en tu calma sin despedida, un trino quiebra el silencio en blanca dama me avanza tu cebada, un calor presto de caballero a su dama hoguera, servil entre abejas y sus mieles alcarreñas, tejida, lista, vaporeada tu siembra por años cobijan tus azadas solariegas. El Castellano Río Tajo. Oda en liras a 01-06-2019 Río Tajo: I Grita mi estupor, blande cuchillos que hieren volteando, hendiendo, una boca que es grande. Ondas agita ardiendo. Se duerme toda costilla crujiendo. II Altiplano enjutado, de hayas, olmos y los fresnos cenizos; geología alojado saboreada en carrizos. por soñar de los picos, quebradizos. III Virginal luna rige con sus curvas en rotonda, fecunda, castiza fuente inflige y abrevaderos cundan, dulce azada de agua, el sentir secunda. IV Enamorada palabra, por cimas tu voz se hace la meseta haciendo el amor, labra, templo y morar asceta sus pájaros dormidos, en pipeta. V De la cepa que alcanza, agua furtiva corre por las eras infinita bonanza, pitanza riza la era, vaporizadas Torres de su esfera. VI Que en tu alma anidan, alas sortilegio de rosa y clavel macho, cenit cavan las palas, quién a ti el ser lacho, en su pecho sí, te lleva el despacho. VII Fuego, fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan vidas someras del chopo sin las rejas. Sus diez mil espumas, sierras no alejas. VIII Tu rúbrica ya me dejas. Es navegante con alas azules el terreno semejas, secretos entre tules tus aguas llevan puros noctambules. IX Tú río haciendo bullir el inframundo, galas entre amores del verde y azures bullir. Agita con sangre y oren. El candil que abre en espiga sus lores. Bonus. Rima y métrica libre o blanca: Anudando en tu cintura tu idioma olvidado pasando años fugaces por tu campo, rodeando en ortiga el triguero espárrago, girando de la vid tu capazo y sus manos, haciendo de tu Vera un Dionisio que al tiempo fermenta tus besos de tierra. ¡Oh, río Tajo! El Castellano Grillo Oda en liras Al grillo: I Clareando su lividez por sotos vastos, reales, relumbrados De mi río es avidez. Soliviando el sembrado. dirige, este mi grillo renombrado. II Es un tejado, él llora. La acequia desnuda de molinete; un cimiento que aflora. Grieta, tiempo replete. Sauce abatido, colchón al jinete. III Entre blanda alma sube, entre un arpa estacional él, aflige, lluvia a primera nube. Nota en cúspide inflige. Entre caracoles sonoros rige. IV El grillo único uno, le pidió un deseo renegando a manantial de fauno. No aminorar cantando tras acople, todo sonó silbando. V Solar afán, entrega, llegas que dictas tu no pertenencia; tu arraigo de gallega, hermana negra ciencia, traes que cobijas mi sola conciencia. VI Mi grillo luce nuevo su primavera luciente socava, lira estrella relevo. El centígrado cava que tu lustre musa ya no era grava. VII Era un patio la sombra, Vena, la acequia reverberando. El grillo, desescombra las arañas dictando. Oraba como besaba alegando. VIII Vengo, avancé mi peral, con mi grillo en mi bolsillo, cantando. No divisé umbrío eral, viva vid, entonando, mi secuela estaba ya, recta reinando. IX Blande regia Oscuridad. Ahondaba que saltaba, silenciosa el ímpetu en soledad, resplandor de enojosa, y quizá matrimonio en lacrimosa. Bonus rima y métrica libre o blanca: En unión con su oscuro astro, blandía a la séptima sílaba, luna que busqué por sombra y abismo en esquela. Era un disparo y azogué lo que el cosmos me negaba. Fui dichoso, me enaltecía mi soledad pulcra arrebolada. Espejaba ella el vestido a mi mujer verdadera. No brillaba mi sola desquicia, era lugar y tiempo suficiente; para ser de la tierra enhiesta espiga. Ella mi única amapola Reina del jardín de Hipsípila. Un soto y un llano; desperté del bolsillo su oro trasnochado. Blándeme Oscuridad, en tu acero y ala de pecho. Que canten azabaches tu magia del cinco labrado este año. Afortunado avanzo mi pulso por candelabro este mayo. Mi cenit por rectitud del alma mía. Un último acorde y me encontré en la pluma tu arpa, mi Ninfa que obligas no fenezca el grillo que me da frenesí. El Castellano ROMANCE DEL DESTIERRO: Mi raíz arcana anclada, dejas el etéreo espacio en eterno cementerio tu silencio amalgamado. Yo era taciturno espectro misterio, parajes blancos que salvajes en tu lengua confrontan en yermo arcano saciando mi baco imperio de soledad que amilano sin inicio, sin futuro; sólo aplacando los diablos y esa idea primigenia cual ojo que jamás hallo descansando en alegría; ocho hijos que me has dado más los bastardos impíos reconocidos sin ralo. Anudar aún sin vivir mi vida; que deshilacho. Desfallecer, despedirla. Corona por candelabro sí, mi raíz es de plata al fervor de soles alzo como cobrizo capullo entre polilla o gusano devana mi sangre, rueda. Transmigra verde que escancio sobre espica, sangre yelo. De infecundo humor humano con coraza por pechera carcoma en espuela calzo, mi tomo de tierra venzo roja sangre que yo esparzo pergamino en vana ciencia. Que los abrojos espanto espejo terrenal hondo mi sonido injerto orando. Sobre mi vil armadura. Escita alma, el Castellano. El Castellano CRUEZA SEMBRADA: Amándote ferviente, nueza llama, presa amapola en sangre se quedó, sonriente aurora, veza la heredó, tu corazón alqueza, fuerte se ama. Renuevo esta mi sangre, pa' ser rama; Veraz la rosa, amor siempre alegó. Al latido, su beso le ofreció, la flor abierta en agua se proclama. El estambre, súplica nocturnina, piel acaricia , ya brindó mordaga, su gineceo blanco, sanjuanina. Óvulo y ataraxia, adreza aciaga, tierra, anclada la doña saturnina; Germina fértil vientre, enhiesta briaga. El Castellano Sonetillo: Fuerte veza. Crueza suerte. Muerte reza. Nueza vierte, Diablo, hablo mudo. Cielo. Duelo, viudo. Abreza que adereza, aceza con agudeza, esa belleza despliega, con pronteza, la alteza, escurraja desliza, fiel perfidia en pereza, dulceza habla su clareza, corteza por variar acaso adereza, afirmo la alqueza una, ancheza del alto lar, lindeza, listeza, por llaneza, lleneza, abre longueza, sin par de majeza abierta ella, maleza, la osada, ensimismada roza malveza, manseza, ya. El Castellano Flor de Helecho romance: Agua lleva, suena río, alma de roca ya merma, bebía orilla leve. Flor roja, sangre sí cuenta, blanca cierva fada triste cazador hiere su flecha, blanda espina gemía flor abierta grana lerda, fada herida descansa latiendo la parca negra, yace helecho silente suspira sangre plebeya, ella; el helecho comprensivo flor mágica forma bresca, tambores suenan despiertos vid en helecho acerba, afligidos, piedra mueven cazador choca sin venda flor helecho coge alma lo que frío bosque agremia misterio de cierva fada. Fada descansa, inverna, cicutas toman la sangre veneno hacen, su penca cuervos la cena discuten, cazador río afrenta, lleva el río latido, aliento verde no medra duendes coronaban fada, fada su vida dispersa los espinos la cuidaban. Suerte mecía atenta. Enhiesta flor fue semilla, altiva plántula bella. Hada tenía la suerte. Él apuesto, daba guerra. Recta plántula suspira. La vida sí fue muy lenta. Aún duende ella quiere. Ella, hada, como hiedra ellos cuatro siglos ''juntos''. Los dos sí saben, ''leyenda''. Entre pámpanos exhaustos cuervos, que ciprés alegra, ronca voz enardecida ojos de tierra que alienta. Rompe mi leve oído. Bruma que siglos almuerza, Entre fugas y sus carros negra sombra sube cuenca, el Olimpo ya reinaba. Venus baila, suerte tierna furtivo, justo desliz ve. Inframundo almas yesca. Mal destino él mecía rivera de calma arrecha, tuvo cetro agua brava. Siglos, dicha es vil, ofrenda. Cierva fada. Lides, forja. El Castellano ODA TERCERA: I Grandioso, que tú me alzas viles lindes inconclusos que lloro, mi vigía con auras, recompongo mi coro; siendo hoz destellando, todo incoloro. II Oh alma, sin llantos tibios servil cuanto dirijo ciego, bruma, anublan cielos, lirios, severo tiento no huma. Destellar que calmoso, pulcro, fuma. III Si sea por la alta lira alzar su carne, el intransigente sol, glorificas mi pira, como el trigo y girasol, flameante como hornillo tu tornasol. IV En tersas noches solas, mi suave canto puro, ensombreciese; duras montañas de olas, de árbol noble moviese. Frondas y la furia de mar entonas. V Desfallezco, ir subiendo, aljibe mi esencia, terneza firme; solo voy descubriendo, canto de áspero al irme, ninfas, hadas, sátiros, a plañirme. VI Por ti bravo, voy calmo. Al valor y hermosura de antaño. por ti toda, me ensalmo. Mi barba de ermitaño. Osando cautivo, lamer su letra. Förüq castellano Miguel Esteban Olmo de espíritu, tercerillas y serventesios: Original: Sátiro, hadas, auras y ninfas, aromos fragantes entre olmos recios como si hubiesen erguido el infierno, flores, magarzas, amapolas, coronas de reyes; acoged mi canto destilado, en remembranza como antigua extasía blande, como besar a mi Musa sin haberla conocido, junto al junco pregunto a la espiga si sangre acaso fue bastante, imagino el dulce recuerdo impreso, palpitante su magia por doquier, temblarme pudiera aquel recuerdo inimaginable como nido en poste de telégrafo tu pronta belleza inmiscuyente, conseguir el blasón luminoso aquel placer de antaño que mi letra sin escribir era tuya, solo eterna por idearla, delirio de recuerdo, pregunto, no, mejor creo liras y se me pasa que pacté con el cielo quererte siempre hasta bailar el infierno resplandeciente, mercuri facundes, quasi naves. El Castellano y Leannán-Sídhe I Hadas, Sátiros auras, ninfas solas aromos fragantes entre olmos recios como si hubiesen erguido corolas, flores, magarzas, ababoles necios. Coronas de rey; alto ahondo el canto, no destilado, en remembranza escondo. Antigua extasía blande, como besar a mi Musa sin tenerla vista, agrande. Junto al zarzo no pregunto; a espiga si sangre acaso fue bastante, duro asunto. Dulce recuerdo plasmado, aquel, tieso palpitante su magia por semblanza, temblarme pudiera el recuerdo ileso. Inimaginable nido en templanza. De telégrafo tu impronta belleza la inmiscuyente, el blasón lúmina monta. El placer de antaño lira que mi letra sin escribir era tuya, la eterna pira. Por idearla, delirio entra, de recuerdo, lo pregunto, no, mejor la lira encuentra. Y se me pasa que pacté con velo quererte siempre, y bailar las estelas resplandeciente, errante no te celo. Mercuri facundes, quasi nave. Hielas. El Castellano y Leannán-Sídhe Enhiesta albilla: Amándote ferviente cada llama, presa amapola en fuego se quedó, sonriente aurora, ella la heredó, tu corazón caliente fuerte se ama. Renuevo esta mi sangre, dulce dama, veraz la rosa, amor siempre alegó. Al latido, su beso le ofreció, la flor abierta en agua se proclama. El estambre una súplica advenida, piel la acaricia y le brindó su daga, su gineceo blanco, su avenida. Óvulo atravesado cual semilla su tierra, anclada joven la biznaga, germina fértil vientre, enhiesta albilla. El CASTELLANO Señales y azares: Abre que se agita presurosa una tarde, de templada mirada y querellas entre flores y ágiles mariposas, hervidero era este silencio de mi bondad manantial, completo dictaba el son de mi despierto, lozana puridad de abrevadero, opacidad, completa era y bastaba a sombra, asida en oportunidad la reluciente, cuan estela breve en azabache osasen peinarla como materia tuviese, mantos blancos lucientes vestía madre tristeza, de tallos y capullos, de flores sin savia ni vivaces fronteras de colores ni frescas fragancias a desnudas mozas que los ríos trenzando orillas, descubren, inocencia de rubor y sopor de belleza sus curvas fecundas plagien, entre copa de fresnos, y hayas secuaces entre robles y álamos encenizados, se estire mi suerte entre piquillos y trinos de verdecillos, era una sinfonía que casi el tacto alcanzaba, satinaban los pensamientos, y sonaban en madrigueras de sueños, penas quedaban en destierro, sin ellas nada en existencia mereciese a gozo amplificar, bondad que no te pongo nombre, ni competencia servil te disuelve, entre arenas de fabulaciones, y brea de desmerecerte, eres señero, y lanza erguida sin yodoformo, ni sueño visualizado, cumbre y manadero en fuente de aljibe y abrevadero, risco con tapiz de siemprevivas; rosas pétreas, y álgidos escaramujos sin tábano que suerte vuela el monte, buscando depósito y botijo de sangre. Bondad sin atrio ni costumbre, eres bella aunque nunca duelas. Förüq castellano er-lobo bohemio FANTASMAL VISITA: Cálido yo, ante un segmento de cobre y su templado escalofrío, un son en llamas del sonido, humeante. Se rizaba un acordeón, en patitas algún diablo foráneo, como un visitante fantasmagórico, se quedaba sentado con nosotros, sin reclamar ni vender derechos consiguió en aire de alguna imagen, turista o pusilánime prisionero aún condenado, hablaba solo con sus azares encausados de invisibilidad trasnochada, muletero de frío cálido ventisqueo, era su sombra algo más recelosa incluso ya no le temía, partía brisas con miradas, y servía naipes helados; en copa alguna hada verde, vestía de hojas su desnudez violenta, relamía eclipses en alguna grama, de patio umbrío, eternidad caracoleaba, sin lazo, ni pedernal florido, era tiempo de batallar, sobre poste cóncavo de pino frío y señales en cable tenso de telégrafo, jugaba notas, y rúbricas, de alaridos esquivos, y densos fantasmas, flotaban, y hacían de esta bruma, todo corral, y pretil llanto, como rocío de toda roseta, de penitente, abierta a la fugaz mañana, del hombre y su negra tijera. Miradas extrañas, que le analizaban, y encendían su yerta, hórrida imagen capturada, flotaba en aire; de plenilunio, y solsticio embrujado, como calor desfasando, un chirrío, descorchado, en alguna mente, que, con él, sin saber se encuentra, soldando vapores de océanos, y espumas, y sus sirenas. Entre vastedad que incendia, todas cosas vanas, preguntó alguien, sin destino, si existir por sí mismo valiese, era tiempo necesario; lo que no se elige, tampoco se duda, ni pregunta, acaso hablamos, o te acabo de pensar, cadillo foráneo, forraje de todo sendero que lleva a conocerte, como clavo en sombrero, y cimitarra en tierra asida. Förüq I 27 abril 2016 Raíz: Tibio resplandor dorado mi aura escapa de mi cuerpo para no saber quién ser el ababol del camino clama por enternecer la primavera a rojo carmesí cuando la tierra estalla en flores ellas dejan su río de sangre allí donde el olmo viejo crepitando mi sentido estaré me nace una espiga de la mirada a la hora que se acuesta una malva luce el colorín su trino la caléndula cierra sus flores en verso a la hora que el tejo exhala por el tiempo transcurrido hueso viejo y su tornasol afilado hoy es tiempo de colgar sus flores al viento por si llora mi cielo cuelgo ramilletes en chopos silentes que la vida vio colgar de mis pupilas al dulce trigo en verde olivo que mi ser yace más que vivo mi ser es primavera a la hora que su caricia blande entera mi tierra y su entraña abre al esplendor de un estambre y se eleva mi lumbre quieta río de sangre que me crece por soñar soñé y me enraizó la flor y que la flor sólo sea la flor Porque jamás mil máquinas podrán hacer una flor y elevado mece su amor por la verde grama que se afila de mis ojos la guadaña por el ancho largo trepó y escaló su cielo al fiel desliz me hallaba esperando adoptar su sabiduría que reverbera en cada pétalo en cada hoja, en cada raíz de su fiel testigo estático quedando quien fui y la tierra que seré. El Castellano II 28 abril 2016 El tiempo que se abra y brote mi vida al compás de un Sol mayor resumen de existir en el brote de una zarza que allí baila mi hada estallando en flores su pelo tierra yerma que vio trinar el estruendo de un zorzal quien te viera caminar vestida de espiga y lavanda por ti se abre la Rambla tus cabellos iridiscentes al brillo canta al son mi grillo por un camino se bifurca el reguero el gato lame su pelo yo estoy esperando por si te encuentro mi señora de las flores silvestres se Acuña mi aliento en una flor del viento una flor pálida nació del cielo con sus colores alegró al tiempo de sus hijas nacieron alegres vientos del norte que en color vistieron el bosque una flor naciente abría su esplendor a un Sol de mayo por ella tormentas nacieron germinando a su paso vivezas de antaño por los prados viste mi calma fiel a encontrar tu amor un día por si el cielo se abre que sepas que él te mira mi señora de las flores silvestres un cardo de la dama en tu mirada por si vivo mi vida te entraña fiel de esperanza una flor bajó del cielo a expensas de sangre tener ella se volvió mujer con tu nombre en la piel por la floresta danzaba mi suplicio invernado fiel testigo maravillado con amor en las venas esperando las flores de primavera y sus caléndulas despertaba por fin Ostara y el cariño de la tierra mecieron los terrenos un soplo de su aliento me floreció un beso Cuando los jacintos abrieron sus flores al horizonte del terreno yo estaba despierto surcando la mente de quien me piensa con paso lento y decidido transmutaba la flor de Odin en luz cabalgando un arco iris de estrella sonaba la campanilla entre grama dolida era el momento de acostar los dientes de León al tiempo que besaba fragancias de colores mi jardín de duendes. El Castellano III 29 abril 2016 Todo se baña al calor de tus ojos ciñendo la danza de mi azada se enhebra mi calma. Vespertino guiño de gramas preñadas, por la sed de arrojo por tus estrellas desdobladas Viene mi caléndula con una sonrisa enfundada Yo estaba caminando sobre mi línea la noche me contaba sus mentiras sobre un parco negro límite me encontraba disparé a la luna sin hueso se me acercó un cuervo con alas azabache pregunté a la noche que su abrazo en letanía aguarda si yo era merecedor de su dama yo soy la voz de pasados lejanos soy la voz de un futuro soy eco de tormenta al fuego de su rayo llevo a cuestas montañas enjambres de abejas quieres oír su nombre que la oscura soledad late Él es Siempre como un relámpago de sangre como una luz que mece y envuelve es el despertar en otra carne en otro cuerpo las sombras cantan a su vuelta yo que camino por la ortiga que me mueve hoy verá el cielo llover flores y los campos abrirán sus colores al rey astro que nada ni nadie contra él puede por si brilla mi suerte de la mano de la dama nocturna contará aquel cuervo que me vio. El Castellano RAÍZ DEL AURA: Arrostran secuelas de cicatrices en mi nueva forja, abren caléndulas temperamentales, cebollinos de lares silvestres, a Numidio le ofrezco, jacintos silvestres que evanescen, y mis rosas caninas por abrir, no falten a tu vuelta, ajipuerros inquietos aguardan los campos el reverdecer de otoño sembrado, romo hierro acrecienta mi sangre, labriego invocado, irritable, a la vuelta de mi fortuna sosegada, trillada entera, como tupida yedra abraza la sombra de su árbol, no piso cenizas que se parecen, honraré sin coturno a Cécrops esperando laurel eterno, cúantos ríos nos desconocen, este honroso polvo, Musa mía no abandones tus juegos modula tu laúd sonoro que tu voz parte y pretende dulce y armoniosa, al fugaz viento tiende mi fulgor de armas, se duerma así con mis oídos dejando se afilen trompetas y clarines bélicos, brillante mira displicente mi hiel de suerte, hoy no vendí ni un atisbo de espíritu a su cruel destino, argento un color nombré escudero que enraizó en la tierra como un blanco chopo de belleza. Förüq II 2017 Raíz descubierta: Sueño, un haz subordinado hoy tuve una experiencia subjetiva al cansancio intuido de aquel retoño de lagartija salamanquesa de mi pared habitante de mis tiestos, la regué y corrió a detenerse vertical frente mis ojos, en aquella pared donde caza, detenida sin presura, yo acerqué mi mano tapándola por completo sin asustarse siguió inmóvil y pude acariciarla con cariño, empiezo, que no he terminado, enmudeció mi soliloquio confinado, abandoné mi voz, bajo el latir de tierra sangre huye, rojos carmines en avidez de rizados estambres, sobre las montañas y su blanco gineceo, esencias despiertan, palabras bullir en carne fundida de suelo en fértil, serena de aliento en bruma niña, madre de este gris anisado, con crispado horizonte, toda caída sin destello ni florida estampa que seca mi ala, iris de soturna carcoma mía en tejado de oscuridad, de tronco y su nido, vamos tejo, si yo creo que eres mío háblame de tus penas sin escapar, de tus romances oscuros a vientos de luna, piérdeme la compostura oxidada, haz que me lloren sin miedo tus hojas que yo deseo ser tu eterno amigo, compañero. En raíz descubierta que afila el tiempo, será mi cuerpo. El Castellano III Cuerno sonoro, cuerno vivo, cuerno hueco brillo frío templado, vive tu osadía la bravura, osamenta quebrada, viertes tu sangre, dando brío a la fuerza, tu luz no tiene rienda, tu puñal me dio vida, y a Quoth el cuervo, tu fiel agonía, late, sangre fluye, corre el lobo que soy bailé entre serpientes altura desbocada he oído alzarse almas bajo la tierra, arde regio sol-ferro, oscuras alas blanden sus filos de alba. Regentan iris la lucha que reinará. Habla desde la leyenda el origen de Iberia, quién espantará mis gritos entre ruinas, desciende su poder somos los otros, canción de una piedra, férreo el destino, amplia senda honro mis dioses abrídme el camino, surcarán abiertos libres vivos; oda por esta tierra en llamas por esta tierra en trizas. Ahogarán alientos bajo el dios del Trueno ávidos guerreros resplandecen, raíz de plomo incandescente. El castellano IV Por la vía que los vetustos olmos blancos protegen los desnudos álamos que aguardan erguidos, al descanso de trémulos corceles y sus carros, cruzan sin herir el sendero, abatida mi contemplación fue silenciosa entre páramos angostos esquilmados del ocre ardiente, encorajinado, como un negro suelo que rozo con los ojos. La sombra que un ciprés rutila se acrecienta erguida, ahilándose con aspavientos que retuerce la luz sin franco obstáculo. Era de la tierra habitado un bronco grito sin suerte, refirió su desventura y miradas no esquivaron, quedaron vistas cuatro espigas juntas en tierra arremolinada, por las vides de semblanza y el resurgir del añil del santo olivo, misteriosa sombra de ciprés háblame como se habla a la primavera para que se lleve los fríos, quiero compartir tus preocupaciones preservarte como me preservarás cuando muera, al sigilo del rojo brezo me alzo como flor que la primavera arrebata al invierno, y abeja que baila sobre coronas, como agua clara que da la misma luna, así como tú sombra, yergues tu profunda pupila desde la misma senda que te vio nacer pura, limpia serena aguardando al alba tu desnacer que tiña tu ojera suave. El Castellano V Candor en raíz: Sembrar unos versos, en nueva hornada que el río lleva en estribillo cantad pues que cantaremos los mineros del verso. Luz y claridad en seno de nueva alborada. Certeza en mi corazón que late a las raíces del antaño oculto, por padre soy minero por madre soy barquero, cavando esta mi sombra voy al hoyo del Sol. Medito cual azada de tres cabezales. Tiemblo, retemblando voy contento. Onda vítrea marco mi andar, por costales del Álamo forjador, a su boca de fuente solariega. Sed cándida de funesto, aciago sol. Luz en aire es del herbario viejo, padrón de arpa y su son. Cantó mi campana vengo por piadoso cerro como solitario señor. Oro jovial seré como vena del ámbar relumbraré mi añil, amarillo viejo. Pintaré lunas y sus anchas ojeras que relucirán sin ocasos ni malvas espantarán, fríos vernales. Vendrá la niebla clara por arboledas y pinos tupidos que caracolean mis ideas reverdeciendo los antiguos pesares y su alameda errante, vine por el murmuro de la piedra; arraigado yo voy de mi insepulta tumba. Hierros repican sones como astros cinceles, desnaciendo de la roca su candor mineral. El Castellano ODA ARENGOSA: Viejo gris oh viejo gris, te escribo te canto viejo gris, tu canción me arde dentro. Gamle grá, mi alma partirá sé que eres honra antigua, honra olvidada Oh, Odín. Oh, Valhalla, camino libre tus aposentos, vivo que camino libre, muerto, te hablo oh olvidado, oh esquivo viejo gris alumbrado, recto hacia la tiniebla junta tu ser con mi alma en llamas, oh anhelado, viejo gris difunto, Oscuridad se vence no se ama Oscuridad no se vence, se ama. Nec vincere, tenebras et amat, ven, ven, arde. Ven a este infinito remanso donde se bañan las almas mi infinito tu sonriente halo esquivo ya no plañe mi granate oh viejo sepulcro gris oh viejo tapial deslumbrado, luz, luz me atraviesa ahora yo, carne de espada, yo vivo y defiendo mi soñar de muerto, oh, Odín mi padre creador de todo cuanto existe, Oh, Valhala, mi jardín con dicha, bailo, con honra me baño en el lago del pozo Airón, mi hermano Ares, soy yo ímpetu soy solana de esta vanguardia, ven a mí viejo gris, perdí mi ojo que arrojé al pozo pozo de ánimas yertas se escuchará mi acorde en Sol mi sangre, sí Sol Ferro, me blandiste regio, seguro ante la muerte dame a mi mujer. Förüq castellano HALO DE ENTUMIDA ALMA: Al sentido intransigente mi tinta escudo, era mi corral umbrío de flores llanas en pétalo armadas, como azares que lluvia plañe segura sus corolas, claro entre el oscuro rojizo terreno, redil de un patio de estrellas, a mi entumida alma canto, esta soledad acristalada que me crece como musgo en la piedra de mi corazón. Voces yertas sequedad en tierra escuchaban, regué su sed, atisbo cómo será la vida en centro mi globo estrella luminaria del día, si acaso su lumbre sola se sostiene ingrávida cómo que viaja, el hueso de luna su esposa por mares de arena su magnético mirar partida la sombra que me acompaña, resumí en cáliz mi aposento en sangre nueva y borbotón yacente, no es por mí mi halo baja a rodearte este pájaro me habita desde soto de carne a hacer nido en razón ausente en tormento dulce dormido, tres monedas mi suerte acuñada por ti por mí por el rifle poesía. Mi contento brotaba como germina-arte, la fuente, implacable éter naciente, auras revolotean púrpura violácea vil abrazar mi azul en oscuro cuarto vestido en tul, verde, amarilla la sola lagartija me fascinaba. Manso alacrán soberano con la araña lobo lycosa lycosa; tarántula maternal, del zorzal al colorín del verdecillo al verderón del pardillo al canario de cimbre, del herrerillo al matemático estornino, hoy tu piel, diviso; para por fin hacer nido sedoso, en tu placer y humedad permisiva. Förüq castellano Niebla sonora: Cielo no me juzgues, pero sí me gustas, y mil desánimos me invaden, como amar una utopía, enamorarse de una nube. Que surca el azul celeste, de propia vida. Apagar fuego echando más leña, ver una quimera de piel; en imposible caudal Ambrosíaco, ver la luz sin tener ojos, enamorarse de una lagartija de mi jardín y esperar que me hable cada día... Pisar un abrojo y saborear dulce, como imaginar la miel de tu cuerpo. Escuchar la niebla del sonido. Es todo lo que siento, vals de nirvana si mi doncella mi boca adentra su boca, sí de trece veleros trece estrellas de luceros que es el amor que te proceso me ayudarías a amarte ¿hasta mi honda sepultura? llamas de amarte profundas en tus ojos un tiempo de locura en la vida llamas de amor me sirvan llamas de amor me soplan llamas de amor en tus brazos te ardo llamas de amor avisa llegues bien a destino profundo en tus ojos llamas de amor. förüq el castellano Bosque de jardín umbrío: En el bosque de tus ojos quiero perderme. En el campo celestial de tu mirada. Vivo, y quiero vivir, siempre. Del paraíso de tu cuerpo, soy caricia de lluvia, soy melodía de viento, soy te amo sin tiempo. Porque de tu corazón, soy eterno, y tu amor es lo más bello, y caigo en el sueño, en que abres tus pétalos, para mí, bajo aquel árbol del deseo, y crecen las flores, y el lago emana, de la belleza de tu alma, de las violetas y amapolas, del jardín de la alegría, eres tú la ninfa mía. Y las flores de malva, tienen envidia, las rosas celosas, crearon sus espinas; porque mi amor, fue para ti. Las campanillas más sencillas, crearon en flores sus voces, en notas, de amor al que llaman, y buscan, trepando y enredándose, en la maleza, y la piedra, el helecho en duelo, rechazó la flor, y la semilla, a esperas, de ganar tu amor, con sus hojitas en belleza, que se despliegan como un caracol. Las droseras ansiosas, su trampa, desplegaron, en son de atraparte, en sus dulces gotitas de reclamo. El musgo enamorado, así se quedó, pequeñito y suave, como el terciopelo, para acariciar tus pies, y sonreír con la lluvia, y el agua. Donde la roseta cantaba, y de la luna, se creía preferida, abrió su amapola, azul y negra, la adormidera; siendo el sueño de las hadas, su prima, la golondrinera, su amapola amarilla, fuego del bosque de las sombras, liberó su ninfa con una gota de rocío, con ella, llegó la primavera, contigo ninfa mía, llegó la belleza, y tú, amor, en alas de mariposa, abrigaste cada sueño, arropaste, cada pensamiento, y ahora, no sólo eres mi amor, también, la más linda flor de mi sentimiento. Nunca marchitarás, porque si pasa, desaceré yo. Gran luz, gran luz, al conocerte. Cabalga un sueño, hermoso en los albores, cruzando el mar, su alma está. Su casa, su amor y su hogar, en el corazón de su doncella, está. Guerrero niño, vasallo nombrado, del amor. Gran luz en su reino, creado de ilusión, de fuego incombustible, su interior. Cabalga su amor, su doncella más cerca está. Crecen las flores, en los alrededores están. Deleitadas y coloradas, dejando en pétalos, su complicidad, para el romance, que viendo están. Mientras va el río de colores, con paso lento, y decidido. En besos de gotitas, que dan vida, a las almas al pasar. Llora una plantita, con una gota de rocío. - ¿Qué pena tienes tú, plantita, tú, que eres linda, y la luz y el río, te besa, y acaricia, cada día? -Mariposa quisiera ser, ¡Mariposa quisiera ser! Volar a la otra orilla, y a mi amada Quimera, que está solita, poder besar. Al viento le pido, cada día que traiga sus semillas, para que, con las mías, abandonemos la soledad. El castellano Urdimbre argenta: Puedo escribir todos mis pensamientos, y ninguno podrá reflejar mis sentimientos, el amor no quiere ser pensado, ni si quiera ser conocido, sólo sentido. Yo te sentí amor y por querer pensarte, desapareciste entre la tenue, luz de luna, que me abrigaba. allí la razón, apagó los latidos, de un corazón. Como tierra yerma, marchitó aquella flor, que, un día, llamé amor; y ninguna pudo ocupar, su lugar, sólo la hiedra brotó, hasta tapar la luz, que me daba calor. Pero yo te sentí, amor. y lo vuelvo a hacer. Cerré los ojos y allí, estabas, como si no pudieses salir, de mi interior. Como si quisieras besarme, o decirme algo. Pero tú bella en sueños, no hablas. en sueños, no hablas. Y nos quedamos mirándonos, a ciegas. Yo te aviso, que en el bosque de mi mente, solo hay un camino, y es un laberinto. El final lleva a despertar, y enfrentarse con la realidad. Pero tú bella, en sueños, no me hablas. y yo a primera vista, me enamoré de ti, por si algún día acaso, el sueño se cumple, y ya de realidad me dices, te estaba esperando, siempre te amé. Logré lo que soñaba, logré encontrar amor, conseguí felicidad en el pequeño y largo momento. No entendí de ella sus lágrimas, o quizás sí. Si su felicidad fue la mía, al revés también sería. Al revés también sería. Y yo la esperaba como aquel día. Pero con otra compañía. No lo elegí, sin saberlo ella seguía en mi camino. La consolé cuando llegó en lágrimas, no me dijo por qué, pero sentía su dolor. Tenía un presente, y no soportaba la idea de quien por ti sufre es quien te quiere. Y esa noche lo que tenía, se esfumó como suspiro de oscuridad del callejón conocido. Esa noche vinieron los jinetes del tiempo, me mataron en el sueño, pero el sueño lo termino yo, y mejor esa noche solo me quedo contigo amor y mejor, muero con tu calor para terminar en ti con el color de caricias, y besos como un romance, que no acabó. Buscándote en el silencio. Buscándote debajo de una piedra, o en el fondo de una cueva. en la flor sin cortar, o en el fondo del mar. En la nube o fuera del cielo. En lo que se ve, y en lo que solo se siente. En el sueño y en el recuerdo, en mi felicidad o en mi tormento. Buscando, te encontré lejos. Ahora que en letras te tengo estás cerca de ser mi vida y yo, tu verso. Bella, vuelas libre doncella, sol te toca, acaricia tus efímeras alas de mariposa desvelada. Viento te lleva, allí donde el amor creó, reflejo de libertad soñada. Encerrada en tu sangre de lluvias pasadas, dejaste atrás nubes de tormentos, rozando tu destino me arrastras. El manto de las hojas te protege, buscadora de sueños de la fronda de mis sentimientos. Viviendo en la ternura de la dulce mirada, volando con la fuerza de la palabra sincera. Durmiendo hasta que se oculta el alba, ángeles y dragones, arropo en el corazón. Para tu despertar, mi luz quisiera llevar, para encender tu corazón, el fuego de mis ojos, cientos de tonterías para tu sonrisa. Entre las flores de miel y azúcar que forman tu piel, pintando mi vida. En la caída color gris quedó, color gris quedó. En la huida el tiempo y la situación que cortó un camino en dos. Vuela libre, pidiendo ser vista de nuevo. Su esencia mariposa del amor. Me llama en la noche, me acaricia su velo, viene altiva en cada sueño. Con sus caricias, desvanecerse quiere, renacer en la oscuridad del ocaso eterno. Comprendiendo y llevándose mi dolor. Yo, sin comprender su aparición. Recreando su alma viajera. Sueños serán, más cada día, amo más. En la belleza de imaginar, la complazco con la sencilla palabra de amor a su alma sin cuerpo. que me acompaña desde que sufro por el querer. Fantasma o fantasía, me guarda caricia, sin saber yo su razón. Ella, hasta dudando de su existir, que yo por amar, la amo. Más no sé la razón de su compañía, cuando el reloj marca la una en madrugada. Más si pudiese saber, preferiría no saber, quién es preso de quién, o si ella y yo, somos presos del querer. Te vi, detrás de la estrella más brillante del azul nocturno eterno. En el suspiro de amor que corre y descansa entre la inmensidad de un parpadeo. Entre la oscuridad que alcanzó a ver la belleza que envuelve tus piernas. Adentrándome para reposar contigo, siendo una sombra más, pero especial para ti. Te encontré en mi sueño más cálido, en el cielo encerrado que liberé. En la noche que la luna baña tu cuerpo, y en la noche que mi amor corrió por tus senos. Y te amé, aunque fuese un día en la penumbra, para así, por fin, no olvidarte nunca. Es solo la vida en mis ojos donde un día se mide por las veces que te imagino a mi compañía. Y una noche la vida de mi palpitar sin sueños. No importa que no te tenga, no importa que no te vea, porque te siento, y te siento más allá de donde acaba el firmamento, en todo lo bello, en mi nostalgia y en mi recuerdo. Donde me di cuenta de que, el sentimiento descansa, no muere, como la flor sale en primavera. No importa que no te tenga. Porque después del invierno volverás a florecer, te amé, y a mi pesar, y a mi conciencia, te liberé, pero con el saber que, si vuelves será para quedarte. Porque te amo a pesar de tus humores y tus huidas; porque a mí no me engañas, yo soy para ti, y muero si no me cuidas. porque te entregué mi palpitar, por lo que somos, y por lo que seremos, nos queremos. No vivo viendo tierra vivo para sembrar en ella, y tu amor prefiero sembrarlo a diario, la luna de guía marcando a tu presencia cada poema y cada letra. Noche lúgubre y umbría: A ti noche oscura te escribo. ¿Por qué no me das el sueño que tanto ansío? Paso noches enteras de insomnio escribiendo poemas hasta enloquecer, llevo ya cinco días sin dormir y veo que se van mermando mis facultades mentales y escribo frases sin sentido, garabatos en hojas de papel. Me asomo a la ventana y contemplo las sombras de la noche como fantasmas, deambulando sin rumbo. Mientras, apuro la botella, esperando matar esos fantasmas de mi cabeza que suenan como delirios con sus voces. Me estoy volviendo loco. solo veo sombras, y figuras que se dibujan en tu oscuridad, como demonios. Sólo los gatos y lechuzas salen a cazar como los murciélagos. A ti, noche lúgubre y oscura, te escribo, que, bajo tu protección de tu oscuridad, ven salir los ladrones, y asesinos a hacer sus acometidos. De muerte y delito de acero y sangre. A ti noche, lúgubre y oscura, te escribo. Tú, que no entiendes de genocidios, ni de muerte, ni de fosas comunes, selladas con cal, y tierra, ni de fusilamientos. Tú solo ciegas la luz del sol, y sólo el fuego, y los fusiles, iluminan, tu oscuridad. el castellano Sed de reguero: Manantial fulgente de inspiración, es tu mirada tierna sin compasión. Matices de esmeraldas tu pupila, enfrentada con mi pupila. La golondrinera el aroma, de tu piel frágil, y esquiva, con sus amapolas amarillas, el color de tus cabellos. Un piropo, un suspiro; de mi amor eterno. Irrefrenable el deseo, de entre tus afiladas, y moldeadas, piernas. que corre, que escapa, y vuelve, el cosquilleo. Tu boca junto a mi boca, bebiendo del mismo, agua, del deseo. Tu piel con mi piel avivando, el fuego del sentimiento. Aunque te marchaste, sin cumplir mis anhelos, me robaste mi primer beso, de niño, que nunca había sentido el amor. Me dolió que te marcharas, a otro país, sin despedida. No te pude decir, que te amaba, pero si regalarte, una rosa amarilla. Supuse que te lo imaginabas. Desde que tu recuerdo, me acaricia, siembro en la misma jardinera, al último suspiro de verano, golondrineras amarillas y al igual que espero, sus amarillas amapolas, en primavera. Espero, que vuelvas, aunque sea como mariposa O abeja a mi terraza acariciada por los álamos; y bañada, por el monte de horizonte. Espero. Vida en gris, de la que tú eres, mi luna esperada. Se cavan surcos de ti, en mi alma soñadora, por donde fluye el solitario beso; la tierna caricia anhela ser algo más. Mis ojos quieren atraparte, en su firmamento, mis sentimientos arroparte, con fuego. Pero yo, sólo te quiero a ti, mi vida en verso, mi motivo para ser, solo tuyo, para no necesitar, nada más. Ser el sueño, hecho realidad, la felicidad, de dos caminos, que se cruzaron, en el destino. Tiempo para esperar, vida para soñar, cuando te vi llegar provocaste mi despertar, y ya no quiero descansar, solo luchar, te quiero amar. Nos merecemos algo más, en este papel que jugamos, saber si nos amamos, si el deseo, quiere ser pasajero, el mío, quiere hacerse eterno, y ser tu sustento. Sólo espera su momento, el sueño para vida plena, avanza cruza cada noche, el cielo azul, de matices violetas, siempre te encuentra, la soledad, me abandonó, para poder servirte. Ahora avanza la duda, el temor, si realmente te merezco. Pero del corazón, nace mi valor, lo sincero el dulce te espero, el te quiero. El pensamiento, que paraliza, cuando te veo, la sensación del amor. Todo lo que me queda por decirte, y lo que no te dije, vida para vivirte. Avanza, no se separa, no se aleja, te alcanza. Porque eres lo más hermoso de mi mundo, camino que surca nuestro antiguo paraíso. Permanece como el compás de mi pulso, desde que te conocí supe, para lo que viví. Fluye mi vida por tu cauce, el camino de mi amor; allí donde viven, por el querer, alegrías. Voy allí y te encuentro dormida, al final del bosque, te encuentro soñando, con otros días, de amores profundos. Como el azul del cielo, que, a tu lado, te hacía brillar, mi caricia hace una pequeña sonrisa en tu rostro, mientras acercas tus labios para besar los míos, y fundimos nuestra vida bajo aquellos árboles. Vistas de un amor eterno que devolvería vida, para quitar su despertar, de melancolía. El lobo vigilaba su guarida, allí su mano le sacó, para ver el mundo. No quiso volver a su cobijo, las palabras dulces y tiernas, guiaban mi alma a viajar, uniendo su ser volaba hasta regresar. Te necesito más allá de este sentido, que grita por tenerte, te necesito más que el fuego a la madera, gritó mi vida por tenerte, y a la vez te adoro, en cada golpe de viento y reflejo. Me encuentras, y tu recuerdo, reciente, me besa, mientras no puedo evitar recrearme, en el deseo, y corresponderte. Transparente sentimiento, para sentirlo, una vez más. La noche está llamando, moviendo su tranquilo velo, a flor los recuerdos, que te piensan, una vez y otra. en la soledad, mis manos quieren sentirte, mis ojos verte, maldita mi suerte, que dejó que te fueras para soñarte. Ahora, los minutos me ganan, sin ti, no quiero el cielo, sin ti. Como la brisa a la mar, mi alma reclama, tu compañía, cómo encontrar sentido, en lo vivido, por su final, si ya no está. Tú mi noche, y mi día, quiero verte, una vez más, para así no sentirte soledad, en la oscuridad, tu reflejo llegará, allí donde se encuentre mi felicidad, tú, estarás. Hoy, la noche me llama una vez más, para soñar que a mi lado estás. El tiempo para sentirte, lima mis nervios con solo mi despertar, y no verte llegar, para no verte llegar. Amor dónde estás, si te fuiste quién, te podrá domar. El castellano Noche velada: Luna plateada de mi cielo, en las noches voy a tu encuentro, pero te escondes entre bloques de hormigón y cemento. Quiero verte, pero incluso te escondes, por las violetas ramas. Más los dragones, del cielo sonámbulo te acarician. Cielo obtuso, de sueños fluorescentes, tú, de color líquido, solo templado con miradas intermitentes, por el tiempo de espera angosto. El murciélago, baila con el colchón de tu luz, rasgando sombras, para reposar siendo una más. Oscura nebulosa de tu vítreo trasluz dime, por qué te busco incluso estando solo. Flores opaco reflejo de luz violeta incluso de noche; artificie luzca. Lucero de ciudad, rompiendo la obscuridad. La noche se detiene para sentir que estás conmigo otra vez más, humo, humo, humo. De tierra a ceniza llamando, le ganó el cigarro y el trago, recuerda que tus ojos tienen sangre y también se emborrachan. Cállate sólo eres una fantasma que yo sólo veo. el castellano Ceguera: No lo veo, pero yo también lo estoy sintiendo, esto no es sólo lo que siento, es un simple lamento, de no hacer todo lo posible porque me sientas en este momento. Por darme a mi momento, sin haber parado a pensar cómo iba el tuyo, quiero compartir que mi base de existir fuiste tú desde conocerte y verte, esta es mi vida con la enfermedad mía de la ceguera. Decirle, que la amo aún, así de no poder verla, no se vaya de mi lado. Entre noches de humo y suspiros de minutos, busco tu aroma en mi piel entre el calor de mi cama; tu sabor en vasos de agua. vivo muriendo en el oasis de tu compañía, en tus recuerdos, esperando la arena de tu piel para adéntrame. La luna perpetua de noches en vela de navegante, sin mar ni tierra, ni final, solo con un duelo al tiempo de tempestad. Ya olvido quién soy para adaptarme a un tiempo que no me corresponde, soñando noches de miel, despertando nubes de nostalgias, acercándome a ti al cerrar los ojos alejándome en la tristeza, nadando un océano sin saber nadar, navegando a la deriva en tus piernas. Adentrándome en tu vida sin querer, donde ya se juntó mí querer con el tuyo, el halagar cala dentro y profundo, llora la distancia; comienza el despertar de los tambores, llamando a los soldados de la tierra. Con el susurro de la luz en cristal de gotas de agua, pensamientos cálidos me arropan tu compañía, solo una vida solitaria desde aquella lejanía; un sol pernocta durmiendo disfruta su luna con tacto terciopelo una vida de amor eterno un caballero busca a su mujer la extraña. Avanza entre montañas de azores y valles de bosque y ríos dulces, noche de amor entre nubes acolchadas, con el frío de un mundo en sangre que estaba en guerra. Ahora su patria era su tierra en la hoguera. Se despierta frío y solo tras pintar con nostalgias recuerdos. El castellano Tu voz: Eres fuego en el agua, eres luz en la noche, calor en mi alma de hielo, amor en mi mundo de ilusiones en viento, bésame al final de este deseo de chincharte, acaríciame con tus labios, el mordisquito en la oreja, el susurro en el cuello, noche de eco entre imágenes, pupilas mirando pilares al cielo, entre verde y violeta de árboles, ojos de gato, tu gemido, tímido y feroz, tu voz. Entre fuerza y coraje saca su garra al tiempo, lo efímero del segundo al pasar del minuto, la seda del sentimiento, en su carita del beso, el piropo y su carmín el despertar de su recuerdo, acariciando su pelo siendo sus ojos, siendo su boca, siento sus nervios, me atrapan enredándose contigo, el momento que dejó el silencio, el tímido beso con fuego en el interior, su dulce sabor. Mariposas recorriendo cada paraje de la piel. Tú y yo solos los dos, tiempo de infinito, sensible el instinto, se sirve de tu aliento, crea mi armonía, cada caricia te hace real. Sostén mi placer cada anochecer, sé el tiempo que nunca se fue, sé mi sonrisa y cada imagen que quiero ver, detén este instante para hacerlo real, el sueño hecho realidad, la historia sin final, mi eterno amor, sin dudar, corazón carmesí, como flor de abril, navega mi sensación. Es un te amo lo que me encanta escuchar, los mil que me quedan por decirte; los que nunca se irán. El castellano. Los pequeños detalles: Una nube de tranquilidad me cobija mientras observo el paisaje. El caserón vuelve a relucir con el cuchillo dorado de la piedra caliza, que resiste el embiste del viento y las lluvias; la lagartija tomando el sol está, tuerce la cabeza y cierra un ojito, aprovechando los últimos rayos de sol; el escarabajo de tierra camina lento con sus fuertes patas, tropieza y vuelca quedándose varios minutos intentando ponerse derecho; mientras, se despierta uno de los dos grandes murciélagos, que aquella cámara de la gran casa rústica, ocupaban. Amapolas y amarillos de espinos, con el verdor de los pinos. Vides para cuidar y cultivar, un pequeño jardín con caseta para las gallinas; frambuesas y arándanos, en un pequeño huerto al lado de la puerta, un pequeño estanque de azulejos en el aljibe, donde nadan tres carpas y un barbo, oscurece y el joven rapaz, de cernícalo primilla, del palomero oscuro de la casa, se lanza a por un pequeño ratón de campo, que andaba merodeando, buscando algún resto de harina o de grano. Con los primeros rayos de sol, la mariposa de bellos colores azulados, dando sus aleatorios vuelos en busca de flores de lavanda, es atrapada por el pequeño mochuelo, que salta del agujero de aquella antigua encina. Avanza el día con el volar de un salto de un saltamontes, al criquear de un grillo cebollero bajo el frescor de su madriguera, bajo una atocha de esparto, ya dorada, a mis pasos bordeando las vides, detengo mi visión en un diente de león que paseaba una doncella escarlata, o mariquita; buscando pulgones que comer, voy hasta el roquedal con una trilladora oxidada, que vio mucho oficio, se descubre un bello lagarto ocelado, que asustadizo rehúye mis pasos, un alacrán camina lento su despiste, sin alerta, por la piedra, y una araña lobo lycosa lycosa, le lanza fulminante mordedura sin defensa del aguijonazo del alacrán, todo sigue su curso instintivo, de silvestre ecosistema, donde ni la culebra bastarda se molesta en bufarme, ávida busca nuevo escondrijo; todo sigue la supremacía del devenir de las estaciones, y genética de condiciones, que todo animalito sigue sin recelo. El castellano Latido: Latido constante, clavado en tu mirar, caer y despertar en el incesante sueño, de compañía a tus efímeras y angeladas alas, de tu eterna alma. En sinfonía plena con mi sentir, plausible en verso y gesto que arde en tu corazón de fuego. Aviva el recuerdo creando presente de este soñador despierto, para volver a anhelarte mi amor eterno. susurro del viento trayendo tu brisa, a mi sentido despierto cuando te veo. Latidos al compás de tu sentimiento, viendo la vida en colores, desde que mi pensamiento invades. Y vivo colgado en tu pestañeo, para ser el poeta de tus ojos, sencillos y tiernos, vivos y aceitunados, y corre mi vida por tu cauce. Donde el río creado, fueron mis lágrimas de felicidad, de sentirme amado. El castellano Ser de esencia: Ilusiones quemadas en papeles con tinta, con los sonidos sordos de un eco de imágenes el amanecer en sus ojos del cielo encerrado. Silencio en palabras que el despierto corazón duerme, la mente ciega las observa con su pensamiento claro sus penas bebidas del fondo de su copa de cerveza. Sonrisa arrancada a la luna de un viernes, un secreto en un gesto que su mirada grita. El despiste que convierte en ofensa el fallo. Un sentimiento distante que próxima te quiere. El tiempo que tarda en decir adios al por qué gana, ahora llora la almohada al viento que no dijo nada. Pensamientos negros: Te sentí amor y por querer pensarte la realidad silenció mis latidos. Aquella flor que llamada amor ninguna más bonita pudo ocupar su lugar. Entre la tenue luz de luna que me abrigaba abrí la puerta que me condujo al campo de negros lirios por el camino de ida sin regreso; La cabra rojiza los masticaba al compás de un si bemol; Donde la luz que me daba calor era ausente, tras de sí un sendero agrietado por el que fluía el río de las flores desangradas; Hacían ellas mi último aliento, un yo te perdí amor y se hizo la noche sin luna, cesó aquel si bemol. Publicado por Miguel Esteban Martínez García autor en sábado, noviembre 21, 2009 Podando recuerdos para volver a amarte, dolorosos detalles caen y vuelvo a desearte aquella mi rosa que llama al frío pero resiste cantando a la víspera del invierno triste. El ocaso del tiempo que la dispara ya se disipa; gota de rocío que se evapora con el sol en su visita y la sonrisa que resplandece sus labios los besa, para encontrarse con el te quiero el beso que alegra. El fuego del deseo se hacía con su compañía, con el que los besos y caricias recorrían su fantasía; De deseo en deseo transcurrió su vida y su anhelo de cuidarla para no perderla nunca y soñar despierto. Con su campo de derrotas y victorias en sus sueños un nuevo insomnio de sentimiento en sus recuerdos; solos en el encerrado mar del amor no demostrado su amor quiso ser fuerte y no caer olvidado. El ritmo de tu cuerpo, donde el agua y la poesía hacen el amor. El fondo de tu mirada el manantial de esmeraldas. El calor de tus piernas, El terciopelo de tu piel. La suavidad de tus caricias mi motivo para viajar allí donde el te quiero lo dices sin hablar. Lo que me alegras sólo con tu existir. Es todo lo que significas para mí, lo que me haces sentir. Es el agua de tus besos. Es el fuego de tus labios. Eres tú. Eres tú mi vida, mi luna. Eres tú en cada noche fría mi calor. Eres tú la chica que siempre soñé, la chica que siempre deseé, la que vivía en mi subconsciente para cuando apareciese darla lo mejor de mi existencia. Deseos, ilusiones, anhelos definiendo mis sentimientos. En mis recuerdos tus besos sabor de hiel. Tú mi motivo para soñar. Tú mi sueño, mi dormir y no despertar, tú todo para mi. ¿Por qué no has aparecido en mi vida todavía? cuando por amor se quiere a quien no ama y por soñar se vive amando, por amar se vive soñando, y el que siente se miente quiero mi despertar y verte a mi lado para sentir que en un pasado andé con la botella en la boca y no que ella chupó de mí mi vida entera. en sábado, noviembre 21, 2009 Yo te sentí: Puedo escribir todos mis pensamientos y ninguno podrá reflejar mis sentimientos, el amor no quiere ser pensado, ni si quiera ser conocido, sólo sentido. Yo te sentí amor y por querer pensarte desapareciste entre la ténue luz de luna que me abrigaba. Allí la razón apagó los latidos de un corazón. Como tierra yerma marchitó aquella flor que un día llamé amor y ninguna pudo ocupar su lugar, sólo la hiedra brotó hasta tapar la luz que me daba calor. Pero yo te sentí amor. Contando mis recuerdos para volver a amarte, me pierdo en tus detalles y vuelvo a desearte. ¿Cómo estar triste? si siempre te tengo presente. ¿Cómo ser débil? si tu amor me hizo ser fuerte. Es el ocaso del tiempo que me dispara, derrotas y victorias en este campo de batalla. Una sonrisa y un beso recogió mi alma junto con un te quiero sincero esa fue tu arma. Mi pensamiento vi volar junto a ti desde el momento en que te conocí. Con mis besos y caricias tu cuerpo recorrí. Mi pasión mantenerte viva dentro de mi. Contigo en mi vida, se encendió el fuego del deseo y de deseo en deseo encontré mi anhelo, el insomnio de este vivo sentimiento no perderte nunca para soñar despierto. Y así, cada día volver a amarte y desearte. Relente: En este linde se construyó mi pecho habitado, se escaló la colmena de labios grises, por la escarapela fluía veloz el sosiego de mi vida quieta, por romances oscuros caminaban mis nervios, una ruptura de estrella tumbaba la compuerta de la belleza, para sembrar allí latidos etéreos, recto escalafón dorado al beso y tu cuello me nace doliente fulgente fuente enternece mi suerte, yo hablé con mi amor que no existe y aturdida me contestó la voz, era como un eco sordo en alta voz resquebrajando un patio de perdices y altiva sonaba por las cumbres jugando y riendo con lobos sí esos que habitan mis ojos, aullando y espantando los dolores en mi sien, mis dolores que se querían como hermosas flores desnudándose en altas espinas profundas, allí sólo caminaba mi rosa, toda siento deciros que yo soy del viento y el viento es mío en estiaje gris pálido cruza mi relente del cielo su lluvia, con impetuosa fama, sacude la tierra y su flor bella clara , dejándome ser como el rocío primero, en recorrer tus labios, quiero habitarte en canción que haga surcos de mí en tu alma verdadera. El Castellano Piedra-corazón: No es una piedra, es mi palpitar, su latido cesó y en piedra cristalizó, ella lo tiene en cuenco con agua, a símil de mascota que nunca muere. Le sonríe cada día, normal es mi palpitar, no huye, es piedra fiel a su amor. Con caricias sintió que palpitó, que fue su inspiración, su amor y su dolor, pero en piedra cristalizó, pudo darle calor, ya que nunca quiso mi dolor. Esa piedra-corazón, fue músculo, pero murió y ahora solo le queda esperar, esperar que el agua y el tiempo, le otorguen musgo y sangre verde, que ablande los cristalitos de su interior, y resucitar. Quizá algún día, cuando ella se olvide que es una piedra, volverá su palpitar. Pero yo ya noté la ausencia de vivir sin corazón. el castellano Desvelo dulce: Café a la una y once de la noche, despiertos los murciélagos, raspando sombras, bailando a la luz de las farolas. La ciudad que no duerme, mi mente volando, siguiéndote, enredándome en tu pelo, atravesando la luz incandescente, como buen murciélago mi vuelo, cazando letras para tu sentido despierto. Sorbo de un café con leche y con hielo, anhelos y sueños de un amor eterno. En aroma de café a la compañía de una Leannán Sídhe, Leannán-Sídhe del reino idílico, el mío nocturno, tu fuego el día de mi noche, quémame porque me dejo quemar, soy fénix esperando resucitar. Con brea de estrella un corazón puro, con oro y plata los reflejos de la noche en la ciudad. como buen murciélago mi vuelo, enredándome en tu pelo. Vívido desliz: Muero por un beso vivo por un querer cruel del destino condena de una pasión que creó tu pestañeo al dejarme ver tu cielo encerrado fijamente tres minutos, y morí con tu pestañeo. demostró que fui importante para ti y que a pesar y muy a mi pesar de los problemas seguí en tu mirada atrapado hasta que la aguja de aquel reloj de pulso se paró al pasar ciento ochenta segundos mi cambio de vida cuando consumí medio giro al decir: -Siempre te amaré. II Enciendo maquinaria de este tiempo disuelto, en pétalos de éter y formol, desangra la rosa secreta, y un estambre rige, destello que precipita, el albor. calidez de ilusión, y araña que arrastra, tejiendo el eterno sentimiento. Yo que arrastro mis aciertos, como desnudo sol. una noche cualquiera, y activé el engranaje mi reloj de pulso. III Mi carmesí caléndula, fijó su pestañeo, en mi camino de destino. Alumbraba un candil dormido, una luna llena de enero. Era tiempo suficiente para huir y quedarse. En la boca formaba toda sombra de opacidad. destrenzaba un halo. Sujeto de una lágrima pasajera, un segundo más, y devoró el dulce tormento. IV Giré entonces la tuerca de mi corazón oxidado, por tantos aullidos nacarados, y su ente femenino me atisbó un beso a mi alma. Era el crepitar de la llama, que mandabas como loba y como luna se prendiesen todos los colores de mis sueños consumiendo mi tiempo abierto, que completo el giro, dictó la vuelta al inicio del sentimiento preso que sin retorno siempre te amaré. El castellano Förüq Podando recuerdos para volver a amarte, dolorosos detalles caen y vuelvo a desearte ella mi rosa que llama al frío pero resiste cantando a la víspera del invierno triste. El ocaso del tiempo que la dispara ya se disipa; gota de rocío que se evapora con el sol que visita. La sonrisa que resplandece sus labios besa al encontrarse con el te quiero el beso que espera. El fuego del deseo se hacía con su compañía, en la que besos y caricias recorrían su fantasía; De deseo en deseo transcurrió su vida y su anhelo de cuidarla para no perderla nunca y soñar despierto. Con su campo de derrotas y victorias en sus sueños un nuevo insomnio de sentimiento en sus recuerdos; solos en el encerrado mar del amor no demostrado su amor quiso ser fuerte y no caer olvidado. Soledad ¿qué pena tienes? Que oscureces y nublas mi pensamiento. ¿Qué quieres de mí? Que me maltratas sin descanso. Noche lúgubre y umbría. Contemplando mi cuerpo desnudo en la penumbra. Pasa mis nervios, con gozoso frío, El arco de lunático violín. Los fantasmas de mi cabeza cantaban Con delirios de agonía mi sinfonía, Hiriendo el ansia mía, aumentando mi ira cada día. Caminando por el sendero distante del verso asonante sin encontrarle, serpenteando por la arena de tu piel; Escribiendo un te quiero mi mensaje con un beso del paraíso atrapado en lo escueto de un terceto que ya no es. Camino por tu piel donde me perdí me encontré con el placer al que serví; Allí una flor con una nota: hoy te sentí y volví a caer en la rima tonta de un sin vivir. Lugus: Oh lugh, invencible al crisol de tus lenguas travesadas fiel carrusel de rayos sin secuela de su rizada espera, blanca luz de tu vera, entre compases que hielan, a tu vespertino canto derriten, despiertan tus mil llamas liberadas, desnaces a la noche que aguarda, oh Sol de mis soles, acoge este iridiscente canto en tu seno en mi pecho que te aguardo, al fragor de serpientes frías, al valor de fieras enardecidas, bajo y bajaré para alcanzarte. El rey lucero, todo lo colma su brillo, la tierra deja paso a toda vida en color, a través de la caricia nos trae Lugh. Reinando el Sol está, hablé con la lombriz de boca gris que apareció tras mirar fijamente preguntando a una flor de difunto me comentó que podría indicarme de la tierra donde todo es libre Lugh mi padre astro, Dios de las artes, este afán que me enciende la vela para que me encuentre luna madre de Lugh soberano, encuentra su cuervo en su castaño, estribo sin llano un real cerro de rivera del antaño tajo, salpicando este corazón por piedra, con mi dicha que se acuesta y briza, mi profunda raíz de tomo, con negro abismo despejado, centelleando. Wotan, Lugh, Morrighan, ese veris perdida y encontrada, Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh, y tú mi amada Brigid Genii locorum dioses ancestrales abrir este camino, Diancech sana este mi cuerpo Badhbh Catha sigue fuerte, tierra entierra la maldad sepulta los problemas, como en tu ser el ciclo el eterno resurgir en ti cierra y comienza, resurgiendo, abriendo camino, escudo en fuego sembrado, hueso del pagano, me deberán cuanto yo he plasmado, hierro al hierro, fondo escueto del vítreo traspuesto, senda de la idea, por ellos socarrada, lucha, cuanto más arduo es el camino, cuanto más se abren las pruebas más se hinchan las fuerzas, sólo vencer en firmamento, agujereado de huesos, siembras que tiembla la luna. 3 claman los genii locorum que no han muerto, que ni el olvido puede con ellos, Diancech sana este mi cuerpo Badhbh Catha sigue fuerte líbrame del cobarde, Epona sálvame del semejante soy tu mala yerba, Dagda, Balar, Mórrigán, Lúgh, y tú mi amada Brigid poesía, elevar mi canto que yo con mis actos os hago un manto, Cernunnos comienza nuestra caza, Candamvis alumbra esta montaña centelleando el relámpago, abriendo el cielo de nuestra bruma, tejiendo nuestro amado ocaso, que jamás hemos visto los que vivimos en el suelo, ahora y siempre se escuche nuestro canto. Regio Lugh meditando. Sin mis vencejos no brota esta fuente. Abren montes sucios de azul sereno, deslumbra un fulgor. Dios del destino, dios de luz y del fuego diestro, doradas sierpes bajan el acecho flamígero. sí o no mi lucero, afrenta amanece, antepasados servid al viento de vuestros hijos. No hay bajeza por recorrer, raya la senda cristal hondo, que lluvia mezca. Renovado filo incierto, entra luz en círculo piedras de mi padre Lugh escrita la noche, ancho dilata diáfana derrota cae a mis pies. Vieja honra goza nuestra libertad, tumulto en casta recio, esquilas límpidas las mías en luz de mi Sol padre, titilan tersos los verdes de tierra espejando joviales reflejos, dios de fuego y de toda Iberia, desde portal del bosque de Cernunos, Candavmmis abre los cielos velo de tormentas, apacienta bella, tu recta belleza, sobre mi haz fiero, funde mi luciente, a avivar el trueno. A galopes de oscuridad magnánima. Dios de brillo terso, En este otero mi alma despertará. Aciago comienzo de sangre en grito ceremonial, ondas pulcras cantará, dilatando cauce de gran Airón. ¿Vendré ya a la luna? Ya filo de alba, pura tiembla mi brisa nocturna aprende mi resto del mañana. Lugh Solar y Poderoso, jamás a ti te hable el olvido disuelto, ni se rija tu onda luminosa como tronco esbelto, digno a abatir el rayo, noble melancolía por tu madre difunta Tailtiu, en el alto cielo, tu grandeza sea reguero de oro. La tierra secunda en nueva cosecha por talentos colmados a florecer, viento sonoro guarda tu hermosura Rey Padre, El páramo yerto perecerá en ámbar blando de aroma besando tu frescor de vida nueva. Abatirá la sombría dulzura la tierra, ilumina mi pluma al honrarte, suspiro de mi estruendo crepuscular; nombro al pájaro misterioso que te pertenece cuervo que otorga el anochecer, Sicut nubes, quasi naves, velut umbra. Años pasan yo busco mi recto yermo, triste aflicción por aquel tomo de tierra como las sombras vaporosas. A ti Creador de luz, acógeme, pinta esta mi noche negra, amigo de imagen solar, soy por cuantos Soles he nacido. Por sosiego de tierras ignoradas dame su gloria. Camino afable con tu candor a seguir, blasón yo no pido ayúdeme a desplegar y sembrar mi porte, en tierra a cabalgar y deslumbrar. Lughnasadh, Lammas, abro celebración para generar nueva vida en cosecha nueva limpiando en tu nombre Lugh, toda tierra. Oh gran dios del Olimpo celta, Lugus señor, tu espada cenit de todos los talentos, oh gran Sol, divinidad de tierra, tu sola estirpe encumbrada. Patrón de artesanía, amplísimo espectro, padre de las virtudes, gran brujo, sabio cuervo, aquel que te sigue por doquiera, iluminoso, blanco cuervo tú. oh padre, abre ya en savia nueva tierra, también te llamó el Cesar a ti, Mercurio, llegara tu culto para Lughnasad. Solo uno; dios del Sol tú, oh Lugh. El Castellano Oda al Sol: Gran Sol, gran hervor de rayos espadas día clavado; tu iris sediento sanguinoso en Vestal iridiscente en flamas a lo alto, a lo alto brillas como crece el talento sembrado en nuestro corazón, rueda de fuego, Lugh en tu gloria, germino toda dicha padre de mi conocimiento, oidor, de cuánto arte ha conocido, padre Supremo. Escúchame mientras te honren este, el día de mi musa en armas. El invierno se ha ido, nos dejó atrás, los campos están verdecidos y cantando en flores que trae Ostara y su caricia de divina nota de savia que escala todo terreno, y fríos ya lejanos, Toda la tierra duerme en tu ausencia. Incluso en los más opacos tiempos, tu luz, es el camino, para aquellos que necesitan un brillo de esperanza, de sosiego, relumbrando en la noche. Tu esposa regentada por madre Luna, buscando toda tu luz, toda oscuridad empuja, Los campos están lustrosos y vestidos de celestial verde de lanzas y el ganado pastando. Mi lira te cante la sola noche que traes flagrante. OH, LUGUS: Solar y poderoso, sol sobre nosotros, te pedimos tu regreso al alma incendiada, en virtud que te amima y habla, Trae de nuevo la luz a la tierra. y aleja la saeta oscura que te retiembla la calma, al alba más preciosa. Maestro encumbrado del arte que florece y en nuestras entrañas germinamos, nosotros los escribas cabalgamos todo tiempo difunto, guiados por tu sazón y hoguera de tu Honrosa Luz. Awen! Diestro compás en sol mayor, bruma de idea socarrada. Flamígero desdén; congelado en ascuas de fuego azul. Horizonte sin prisas que arrostró todos los rostros de abril. Abre el nuevo fervor de tu luciente. Y su solitario azar de relámpagos de tu azur hermoseando, enclaustrado. Vírgenes encinas, y almendro de soto, entre un nogal dependiente de su sombra. Al verdor de inusitados pinos, me caracolea la fronda del monte. Musario cerro desnudo, Espino amarillo de mi dossier, Caléndulas solariegas que amarillean su silvestre ralea, esposa complaciente de Sol naciendo. Brilla esta infamia de campo abierto. A esta última lagartija lanzo un baquio seguro, sin disfraz ni apellido perenne. Mudez última de sangrada amapola. Sanguínea tormenta de dureza blanda con agua de mi terco aljibe obtuso en litigio de iris vespertino, y su sangre que baila el suelo terreno, que en culto a ti Lugh yo beso. Y avanzo como raíz de los dioses en la Tierra. Hijo y sirviente de Candavmis dios del Trueno. Förüq Reflexión: Como el Sol brilla en lo alto de los cielos, es nuestro deber cuidar y hacer florecer todos los talentos, y sus virtudes sembradas y habitadas en nuestro caduco corazón humano, en y con manos de la divina Sabiduría madre de Superior Conciencia de Razón regentada en luminosa aura y amor a luz de rey Padre astro que otorga todo azar de vida en este planeta que dirige y domina. El Castellano 29-04-2019 Lozana silvestrita: Mañana fría en la que aventar espigas recién brotadas al revuelo de una mariposa vigía flora-posando, todo el doquier ensimismado. Suelo ario que se blandía sin atisbo de despedida. Larva que soñaba volar sobre alas de mariposa cabalgada. etéreo desliz de fronda suave; que espartos abrían rajando tierra en calima de cerro viejo. Las jaras en abanico se apoderaban del terreno, al transcurrir de los caracoles sonoros judíos, blancos. Soto de perdigones entre insectos inherentes afilan ideas mi paso. Abría el cielo un febrero un carrusel de luciérnagas por estrellas del techo la concavidad presa o caverna abisal de horizonte helado. Los pinos caracoleaban cada vado entre secuaces carrasquillos de flor en piedra, romeros entre tomillos atisban como señero el cerro bajo. Torreones de álamos acicalaban al viento sones de nuevas nieves fugaces. Daturas y tomatillos del diablo, hacían distinción entre nuevo verdor de retama que ya en flor amarilleaba. Ya asomaba todo vástago de simiente del invierno casi gastado. Ababoles ya sonreían sus dientecillos de suaves hojas en jóvenes plántulas. Lucían incluso espinas señores cardos y breves cardillos de las damas. Vorágine terruña: Hijos de la niebla, regresad sueños dulces sin áspero corpiño ni denso verde, espumosa moral, como ensueños caracoleados que no disipan en bravo pecho de gloria tranquila en cerro. Disipada bruma que años no regresa, cada momento caminante, de silenciosa fuente, y ceño anhelante, de ávida inocencia entorchada conciencia que vuela lides monótonas y seguras, donde noches escapan, como el corazón endurecido pierde visión de luz, era un huerto de luna en la campiña, de ortigas y forrajes entre zarzales y tomillos, entre brezos y carrasquillos, con fuente de añil transparencia líquida, entre esperanzas que alma titubeaba, servil de días rojizos, que no se llevaba su paz ni tempestad enfurecida. Al pie de un jaral que ni el tiempo doliente con él puede ni sepulte umbral plácido de fértil viña que el río tajo escala cumbre, poco antes que el río sorbe a su mujer encuentre. Iniquidad en blasón de noble comunero, que ni desenraizarse, ni matar por su tierra puede. Förüq castellano 10 Olvido: Olvido. olvidarte nunca podré. Nunca te podré separar de mí. Estás en mis sueños, en mis noches más frías y en las más calientes. Como una manta que me abriga y me arropa cuando me descubro solo. Como mi sombra. como mi reflejo. Olvido ¿Por qué nunca te encuentro? Será porque no te busco, porque vendería todos los mañanas, por un ayer junto a ti, amor. Ya sé que soy inmaduro, pero te quiero, y lo sabes. Si ahora no lo ves, ya lo verás. Pero mi tiempo ya pasó. Como guillotina que partió mi palpitar en dos, para darte una mitad. Olvido. Olvidarte nunca podré. Siempre te amaré. Esteban el castellano 16 Primavera: A ti te escribo primavera, tú, que llenas de vida el campo. Pones los campos en flor y verde. Tiñéndolos de color. Los pájaros silvestres, anidan en las ramas de tus árboles; dan de comer a sus pachoncillos, y trinan como nunca, antes del alba y después. Los animalitos nocturnos, también salen a cazar, murciélagos, mochuelos, y lechuzas, más en esta época; que hay más vida, y alimento. los erizos, salen de su letargo, invernal, a cazar caracoles e insectos, y comer frutas silvestres. A ti primavera te canto, que llenas de vida el campo, tiñéndolo de color, y vida. Esteban el castellano 17 Poema al alba: A ti te escribo que con los gorjeos de los pájaros ven salir tus primeros rayos de sol que iluminan la tierra y los campos. a ti te canto luz del alba. Ruiseñores, jilgueros y demás pájaros silvestres gorgojan minutos antes de ver tus rayos. Yo veo tus amaneceres azulados y tus puestas de sol rojizas nunca me he perdido una. Quizás, soy un loco bohemio, que no duerme porque está enamorado de tu naturaleza. Esteban el castellano Nocturnidad en colmillo: Llameantes pesquisas de acariciar tu éter sediento noctámbulo, preciosa de magia insobornable, quién pudiera besar tú honda alma incuestionable, cuando tú escribes musa, los destellos dejan de ser secuaces, las mariposas no se aplastan embeben tus manos por mí encauzadas. Entiendo la secuencia tu rocío suave permisivo, sólo dicta que perpetúa fragancia de nuestra secreta flor. No llegaré porque sí lo haré a colmar el atrio castellano, con mi dicha floreciente mi sentido a escribirte mi sentido a difundirme en la beldad tu entraña en ese alarido despierto que clama, algunos cambian mi amor por ti es más duro que el bronce, horda madre de las brujas yo por oscuridad, compararte pudiera obstara diosa triple que entonas los campos prendiendo en flor los campos, yo por la flor sea la flor no osaría compararte pero si mi musa es raíz salvaje yo abro cielo terreno y si no soy raíz de los dioses sus hermanos versos, yo no soy hombre soy hartazgo de bestia e-nominada porque la amo sin febril demarcación cuerda, si me arrebatan su espina en mi pechera, no habrá piedad existente porque la verdad de las cosas a veces es su contrario en puridad, como es arriba canto porque igual ídem es abajo, vivir es más complejo y fácil morir, con lo que morir de gusto es vivir de gusto contigo, necio sería que no niego, si pierdo sin vencer, ganarte el cariño es lema, reverbera mi palabra de alabastro, en fuente de ópalo tu regia sangre, he vencido ya creo escribiendo mi una de sangre de la madrugada, ay de los que pueden morir dije, bienvenida a su nuevo mundo, porque naciste golondrina para la eternidad, única, rememorada, pero en condena: -Jamás sola porque vivo. förüq el castellano 21 Contigo sangre refulge: Te ensalzo mi divina amapola, por cuántos pétalos te hicieron esfinge de sangre, enardece a mi espiga que dorada te acompaña, mi céfiro que en tu seno acoges, mi sol blandía entre pajarillos sones sobre trinos de cabeza púrpura, belleza te tuviera secuestrada, yo, con mi áureo espino en mano, puras tus alas, nosotros, carne y cuerpo de tinta en pluma, coloso atemporal, de rayos en perpleja simiente, osadía mi amapola, traer derecha en frente, la llameante lira de occidente, al instante, nítida y luciente me traes dique inspiraciones, por aureola y tu flor secuaz. Mi vida mi sangre bermellón, morada, te desnudo mi brisa desconocida, por mi jazmín que ámbares completa, tu belleza cuidaba, entre los bastiones que mi cordura cercaba, enramada hasta cintura, en mi jardín soberano y delicado, beso tu brillo de tierra, mi amapola. El castellano, Förüq Preámbulo derramado: Devanados de un destino, fundado en el vals mi propio engranaje, místico, áspero, en flor de supremacía donde ninfas musas bailan, destino insumiso, parco, vestido mi precoz precipitación, como gota de rocío resbala del precipicio su flor, a lomos de un caracol; me pregunto si acaso vivir tiene sujeción a la vida, y la cuerda es de bronce. Seguiré acontecido mi suerte ausente, amándote al silencio que cerraba los ojos, y seguía preguntando, si mi ilusión colmaba la expectativa, ojos del metal noble, fuego al hierro que mi camino ablanda, fecundador de mitos y desgracias mi reverberar de nombre, solo, traspuesto, al océano impredecible, como capataz musa, de tu huerto de estrellas, por corralillo y redil de estelas y destellos indiscernibles, voy rumbo al ímpetu de solana luna y su guiño me cuelga, sí acabaré de irme dejando alto mi estandarte. Förüq castellano Silencio regenerado: Saeta, saeta bella, saeta parca, saeta ilusa, saeta inocente, es el final del espectáculo saeta madre encubridora, de toda mentira enclaustrada, yo te amo saeta, saeta alada, saeta heridora, saeta encausada, saeta parca, saeta celestial, saeta infernal, saeta canta, que mis ojos sean tus ojos, saeta que mis manos sean tus manos, esta cruel noche un diciembre, que yo soñaba estaba escribiendo, un canto a tu cabello de oscuridad, saeta mística, saeta horrida y hermosa, tu beldad piramidal, se estrechen caminos, el cielo se abra para escucharte mi saeta esquiva, mi saeta complaciente, como es arriba es abajo canto, seguir peones vuestro circo, que este trovador de campo llano, sabe quién es y de donde llegó, ahora te odian saeta, ahora te aman saeta alada, me diriges por el parnaso sin final, o me quitas hasta la vestidura más pesada, volemos abismos amada, volemos cimas inefables cariño, hasta donde se oculta el sol por el este, sociedad de creer o no creer yo elegí creerte saeta y hoy sigo en la cepa esta vida que me cabalga la estampa, cerros intransigentes molinillos al fragor de vientos voraces, esparto entre las jaras y solas carrascas brezos soleados por flores ausentes un invierno que se desdibuja solo, saeta amada elévame en tus alas yo vine por el son recto, blandiéndome de un hinojo solar, esta vida que sin ti saeta la creería una dulce mentira, por la que morir y no morir por una crueldad impuesta por el ajeno que nunca nunca serás tú mi amada saeta, esta existencia que se dobla y niega a sí misma para decir que yo soy el rey que yo soy el cuchillo, que yo soy el proceder inmiscúyete, otra vez yo sé quién soy mundo este es mi manifiesto y el de mi saeta bella mi espada, mi vida, mi indecencia, mi crueldad de espira, mi corralillo espectros yertos, era y es el hipócrita dejará su vestido, el trigo limpio será trigo limpio ahora y siempre, espiga y cante hasta rodeado mi padre trigo. Vengo de las espigas de abajo, asolando verdades, mi panada amada, por la saeta olvidada, se despertará por los que venimos del trigo limpio. Volando sobre parajes entre tierras de añil barbecho y su azada de viento mi solaz saeta entre cardos de todo fértil sendero que lleva al infierno. El castellano Förüq Mecha de oscuridad: Vengo que vuelvo de un silencio, profundo, de un vacío completo, traigo para sembrar un ascua melífera, del seno las arduas estrellas que llevo que cuelgan de mis ojos cual arañas, una vid de vida en seno esta anublada, azul escarcha, todo colmaba el ímpetu de suspirar sin brasa diestra, ni compás ambivalente, sobre estos treinta años que y que no me sostienen, porque aún no me hicieron nacer, sobre los lustres que ya no son, anudando galaxias y su cobre perpetuado de sólida luz inmaterial, electrificas mi mirada como aljibe rebosante de ilusión líquida, toda esta sed que vive el pasado, y en bruma cegada, muestra, que tiende tu rosa helada, embebida de pétalos de espectrales sábanas purísimas, nací en vez primera sin terminar, y no fui ni abeja ni vencejo, para poderte acompañar, era de un eral sujeto, como membrillo de un árbol sin escuela, y pera de chopo milenario, todo cruzaba mi relente y acabé tendido en mi osadía de seco tajo llamándose gloria para acabar conociéndote. como dije en primera vez: Mecha de luz: -Vuelvo de tu vacío repleto, anidando cobre de galaxias, desde luego aún no hace treinta años que nací allí; en vez primera sin terminar, vida húmeda y animosa, alzado a luces de alba sin acabar, vino tu silencio conmigo sin ti, como alto arbusto fragoroso, me paseó mi jardín como un mordisco y un beso sonoro deslizando que suyo me jabra hendiendo la tierra, una boca de metal de pala, que abre zanja. tu alma de recto augurio, o ave como futuro de hibernación, ave nocturna en tablilla de azabache, como puro origen inmiscuido, nulidad insobornable, traición de hechizo y nota de caligrafía desangelada, mudez última de relámpago, pluma de mi ojo abierto, soledad infinita de mi despierto, como fe sin cargos rueda mi vertiente, siempre relevada por dios sollozo, palanca usé con la puerta de Plutón, alcé el margen de rebelión sanguínea de los dioses, cielo asido el vil manifiesto de relámpago surqué, gloria vespertina de héroe, Cocitus cantando su aire de oscuridad iluminada clavando negras riveras, hundiendo y desplazando los montes; lago estigio me alimenta el latido, y mi férrea sangre directa a superar lo inabarcable, tu rama vestigios de plata corté del cóncavo bosque en tu acre, creció en su lugar segunda rama, de titanio, que conseguí cercenar rotundo y hoy llevo clavadas sus hojas, en dos talones fundidos, columna y cadera, con todas sus espinas de titanio sujetando cada diente mío. bajar al averno es sencillo, subir los aires en altos cielos, nadie pudo; yo allí voy a mitad camino. El castellano Förüq Er-lobo bohemio Dicho azur: Adentro esta bruma azul de mi contento, avanzo estas flores del invierno, por árboles desnudos y sus cantos, yaciente mi sed de nuevo, florido cierzo, primoroso veo y beso mi sañudo suelo, lumbre sin sol en que la luna no aparece, presurosa de melancólica siembra, una estrella emblanquece por cielo extenso, y en lluvia derrama que desgrana la vejez de la grama vieja del camino, custodiado por la señora malva; acrecienta mi linde vago por majuelos perennes y solas zarzas, lágrimas de mi tristura, regocijo de varios, ya que antiguo son, solo mi leana ablandaba mi lira. amores ponderables mi ser no rehúya, desquicias mayores, otros oigan en retirada, a murmurio grave me alzo, en esta tela de araña y la luz de alborada me tiende en extasía. Förüq el castellano Siembra erguida: Izar de un cantar, de tu cariño enfuscado. batir vuelo, elevándome entre lares de hayas y sombras de hojas escritas y reveladas de ceniza de fresnos, sembrada, deseos, sueños y corajes, y sus raíces del alba por ocaso admirado que cerraba flores en versos, y musas y jerarquías, de hadas y elementales, entre árboles y frondas suaves, su idioma en vertiente asilvestrada, lejanías de suspiros, y granates lucientes entre fortalezas pedernales, y cuchillos solares, hija de la niebla. doncella oscura, te llamo desde este latido proscrito, que te busca; y entre espinas su luz gorjea que amarte no es vanidad de ambición ni naciente ni floreciente. Es un dulce designio, entre mis lares cabalgados, y riveras de río sanguinoso de todos los lirios y su hidromiel, sangrada, tus cauces, insobornables que pureza y rocío en flor hasta albor de raíces brotado, destino y camino ingobernable, valle de signo y tierra alumbrada, oh se cavan surcos de mí en tu alma verdadera, nunca para agraviarla ni dolerle, una dicha y una alegría tejida, tu sonrisa, que abre el aura y deja su energía en mirada, ya maldigo a este incierto saber si terco y necio me reniega osadía, ventura y fortuna de a tu vera conservar mi labor y creencia, seguras, un beso te dejo entre zarzales de fuego, hay alma, hay alma, hay alma porque sin ti; belleza no existiera. Miles de lumen, Lit C et sumun Canae. Förüq castellano a 29-07-2020 Ferviente tajo floreciente: Exultación, de saturnina rienda, desempeño en posesión y toma de filo relucientemente acrisolado. Protección servil bajo y hondo metal; luz de esfera, espiral canta, cariño a sepultura animar, honrar, preservar, oda desde este cementerio solemne alzar de honra, escala áspera, tangible, vine y me derretí; su voz dulce, inmancable, ni en fíbula ni en broche al corazón, que ya sube y derrama, mil rocíos en flor de caléndula, mil fragantes deslices me indulta, que a ellos induce, poder de arder flamante, sombra eres de Ostara la brillante, se queman de mí injurias, infamias, desquicias de campo abierto, por este duende, por este arte, tornando tu sola mirada, acampo que acompañaré toda vítrea lágrima, estigma que camina sus fábulas necias. Si soñar, te sueño, viviendo bajo el orden, se asigna a defender tu pulcra sonrisa, uno, ni abismo comparable al arma reluzco y hago visible, de Ostara, la brillante, es viento del este, es aurora, la bella, que blande, que rige, estela inconmensurable, rocío de nacer, de toda vida en color, oh gloria, oh amapola, de sangre de tierra en sola viola, campanas restañen, una morada y fortaleza inabarcable, tu amor cruzando y surcando mi sangre, era, eres d' este amor espuela, abre tu bosque umbrío, deja abierto de tu santa ternura, portón verdadero, vine por la voz surcada de un herrerillo, vine sin calzas desnudo como me conoce un diamante blando y su des nacer limpio, de turquesa y azur marino, elevé ancla en tu aprecio, tinta de brea y sangre de azada, mi bandera, supresor del ruido activo silencio mortecino, dicta, segundo poder conquistar, a un sin miedo dama oscuridad, le preguntan si luz fue antes o si tú mi musa pariste esa luz que inspira, plañe y regodea sin calzas ni dureza. tengo permiso y orden de presentarte al tercer poder. III Mantener uno, todo azar de intensidad y fuerza que arde hasta esquela, mantengo tu cariño vivo en mi ser, dicha es poco, lo siguiente a dicha que se extendía, bajo puertas del dulce, sinuoso, umbrío averno, tomo, que explayo, número y lugar a defender te imploro susurrando, ven flagrante a nuestro combate, te espero hasta tiempo en clepsidra me derrame colmado de todo júbilo, arder. conquistar. mantener. Coraza, armadura base, de Zeus; y atenea musa; que armo y amo. Förüq castellano Setanta a 30-07-2020 Vientecillo elucubrado: Rompe el melancólico fulgor el sol en corazón que la niebla un diciembre difumina en son, yo bogaba difuso como primavera lozana luciente, suspiro, oh tempestuoso recuerdo mis flores marchaban, suspiro de pasión vino arrebatarme mi desventura, desde navío en reposo, cuanto no veas acuérdate del agua hermosa, tanto en alma como en popa de nave, el cielo carmesí me embravece, surcando bonanza, acuérdate alma de mí, viva fortuna, que de boca invoca, musa transparente su dulce porte, semblante de arma en dueño, oh sueño, contigo tantas veces, despacio, o desvarío, cómo alzarte y cantarte lleno, sin flores ni pajaritos impíos sin caléndulas azules, locura de dulce armonía, lumbre en astro de numen mía, agrava como amarte derritiéndonos en la nieve. Cielo, suelo y anhelo de hojas arrebatadas, crujidos de mis tumbas yertas, abiertas, dones de sufrimiento desploma, sombría yacija de cuna, cruel aroma estiran las rosas de muerto, y no lo claman vanas de aliento divino, quebranto de sosiego anclado a la fría tierra de este diciembre que viento ardoroso, aclama en soberana lucha. förüq castellano Inmenso placer secuaz, inefable: Clama ante la aurora, presurosa aura intranquila, ardua la dicha exclama, que si por querer fuera igualara el agua de los montes que, subiendo, baja, afilo este mi solo intelecto por muralla que no cierro desvela el clamor de la intranquila rosa, quién a igualar mi dicha baja, furor ostentado de la piedra frigia, va mi reguero desnudo por musario cerro, su cernícalo avizor vigía, milano señor en soberano cardo, luces del alba plañen sus rayos de nueva alborada, ven, agita la guardia, conmensurable acequia mi sangre estrena, voy por piedad avistada, luna habla, destello de noche febril que otro año más no enfriaba. Iimperios de ojos cerrados en nocturnidad en cegada, franca tapia de espejo y su beligerante reflejo. Amima, mi viborilla, secuaz tu alma sólo destrenzo, tiempo, hálito voraz que enciende calor presto de caballero, a su dama hoguera, corriendo por fuera el granate, sanguinoso, por escalas a este placer inmenso, esfera tu secuela en faz instintivo, desaprendido, rumbo al carmesí insobornable, destino dicte quedarme en tu nube intangible, en vaporoso éter, tu magia, hoy vine a besarte, y a desprenderme, de tu cauce en tu cuello aliviarte, bronce en ala y su verdor de óxido que rige, que envanece, que resplandece. anhelándote. Förüq castellano Sentimiento labrado: Viento, viento bonito lleva al cielo cada escrito arropa este amor en mi cuerpo en mi corazón te llevo hadita de mi sentimiento noche hoy en tu sosiego me encuentro entre nubes violetas y el cristal luminoso de esta luna de invierno bañan mi cuerpo tus latidos sordos de oscuridad y a este cielo sonámbulo lanzo mis ilusiones al viento siento tu caricia de alma y te bebes mi calma despierta esta rosa sangrienta y su aroma de romance antiguo atraviesa el pecho tu amapola eterna primavera cuando mis ojos te ven entera cada sentido despierto como fiera al acecho de tu latido hoy en tu bosque me pierdo tu imagen surca mis sueños como cada noche que siento tu beso y como me cuidas, como soy yo tu alegría mi vida vistes de amanecida dicha, hoy la hierba escala mi montaña la lluvia germina todas mis semillas de pasión y fuego, donde entero me entrego al placer que muerde y envuelve en quimeras, como sencilla tu sonrisa y tierna tu caricia, ya no hay súplicas solo felicidad desbordando mis cauces, te sostengo fuerte en mis brazos para nunca soltarte para eterno tenerte si por soñar soñé acabar con la soledad fría y escarcha de esta melancolía llegaste tú a mi vida como cada noche siento tu melodía y me acompañas cada día, salió el sol después de la tormenta y ame tu esencia regando mi interior tu voz de alma amada tú bella y dorada calma, rompí las cadenas que me anclaban al pasado para luchar por mis sueños y alcanzarlos, entendí el idioma del silencio y hoy contigo lento construyo mis escaleras al cielo, este firmamento clama de azul sediento, ermitaño en su montaña del sentimiento el amor jamás salió de su cuerpo, de él decían que quería comprender al amor, tras una flor la conoció y la preguntó qué eres, amor, no solo nací de esta flor tu inocencia me enamoró, curaré tus heridas de dolor viviré de tu amor. Vuelvo a este dulce tormento buscando llenar de amor el cielo, labrando el campo de tu alma y bella mi amada te bajaré las estrellas para que puedas acariciarlas, estas flores cantan la canción que te enamora el corazón. Vuelvo a luchar como ayer con tu amor jamás desfalleceré eterno en tus alas viviré. El castellano y Leannan-Sidhe Azar relegado: Navego los límites de tu silencio tu luna, reina mi cielo en este horizonte de ilusiones y sueños tus besos florecen mis recuerdos las mariposas de tu piel tersa de seda acaricio eterno el momento que escapa entre tus labios cuando brota el te quiero, y en mis ojos te encuentro, donde me enseñaste a vivir el momento porque nada es para siempre escribo el sentimiento ese que me hace amarte despierto este viaje sin retorno me hace buscarte cada noche para que tu amor surque mi sangre y mis sueños de tu mano puedan acariciar lento muerdo el placer preso y la lluvia envuelve nuestros cuerpos recorro tus parajes, me pierdo en tu bosque este fuego late en esplendor encuentro tu dorado amor oigo los aullidos del corazón atrapo mis flores de pasión quiero y te quiero en cada amanecer donde agradezco cada aliento cada suspiro que asesina al tiempo y da vida a mi sentimiento mi eternidad alcanzo acariciando tu cielo, entero me entrego como el calor de un lucero, sintiendo tu amor latiendo, avanzando tu cuerpo como quimera de pasión y fuego, condenando al tiempo a morir en nuestro pestañeo con un beso, encontrando el lenguaje del alma en cada verso, cabalgando juntos cada firmamento, flor de sangre naciendo en mi pecho clamando este amor que te profeso, cálido, el momento, de desnudar mi alma mi bella, amada, una flor en tu mirada vuela libre, doncella, tu esencia mariposa del amor, en mi interior quedaste de mi ser te adueñaste puedo sentir como tú sientes en cada pensamiento vives, a tu lado siento desvanecerse el dolor este ardor de pasión jamás me abandonó, hoy agradezco que me arropases en tus alas para nunca soltarme para abrigarme cada noche fría por ser mi eterna compañía y locura del ansía mía, tu amor mi sinfonía como tu beso de cada día fiel me entrego a la caricia, mi amor sin descanso incesante fluye el verso por tu abrazo, a tus pies me encuentro esta mi sangre te entrego este fuego late en cada beso, germinaste dentro todas estas semillas de amor eterno, hoy hadita te canto a la orejita encuentro tierna tu sonrisa en cada flor encuentro la belleza amanecida en tus labios descrita, en tu piel mi caricia en tu corazón siente mi brisa cómo me hago lluvia y río en cada silencio que rompemos juntos como juntos nos verán hasta el fin del tiempo. El castellano y Leannan-Sídhe Sendero mi suerte: Corro, a observar, el vago nublo, del invierno de mi suerte, tras él, el brillante sol, reluce de nuevo, una fuente de retozos azules, y caléndulas, flores de Odín, bordeadas por espinos, o majuelos silvestres, un aspa de luz y de frío vil, sordo, oh de luz, y de frío, era mi azul desquicia yerta, oh cuan abarca mi ineptitud entre señeros dulces y crueles ramajes de idea, oh de luz, y de frío era mi azul miedo. ámbar blando arredra cantando de sol y de frío era mi oscuro invierno, partido, quebrado entre destellos de flora, y sus flores sujetas, encontrase siguiera amigos entre los insectos vendría por mí el solo halo de soledad que amilano, vil milano hermano mi cernícalo avizor, por altas torres y agrestes sendas que arregazan caracoleando, oh mi ámbar de luz y de frío sangre del tiempo, petrificado, por misario cerro voy con azor en mano en busca de la insigne perdiz huidiza mi dulce tormento. Oh mi suerte, sombra de agua oh mi luz, y de frío mi insignia pasajera. Förüq el castellano Soto en sol naciente: Noche silenciosa umbría, de negrez, adjunta; al crujir del halo que destella su pulcritud en estela, coraje por violetas ausentes y flores yescas alumbradas por la dulce luna casi llena de enero, mis falanges ensalman el sendero inencontrable hasta el portón verdadero de nueve cerrojillos infranqueables, orando por mí mismo se abra esta insepulta tierra que me sostiene, mi semblante perdido jamás abra el yelmo, en clave de unión se abra el aleteo fugaz prometido, que encarnan tus maderas reflejas piernas, un sopor y obtuve tu anhelado sabor de tierra nueva virgen, como letal aleación de savia y raíz formando tronco y hojas esbeltos, como dos rocíos se forman en tu sonrisa, cómo te enraíza el sórdido éter embelesado, dictando retorno de mi primorosa, mi musa cristalina; soberana en turmalina esencia, umbría vivirá nuestra caricia, por el vespertino cauce de río en arteria, bajo que encumbro el placer nacarado, insubordinado, rumbo a la tercera estrella que osó mirarte colmando tú de lo bello, lo bonito este parco horizonte asiduo. Entonando en primor la lira toda mi carne. Es adorarte ferviente. Förüq El castellano Niebla encorajinada: Cielo de tu amor que acaricio, en el suspiro del tiempo desvanecido, en cada luna que te encuentro, en cada vida que te siento. Cómo no hacerlo si vives dentro, si cada minuto lo vuelves tierno. Vuelo, con este sentimiento de fuego, cabalgo el firmamento, encontrando el verso despierto. Como estas ganas de devorarte lento, que sientas el deseo morder tu cuello, y la sangre de cada flor de piel y verso. Donde el agua y la poesía hacen el amor con tu cuerpo. En este campo de sentimiento la sangre de la tierra vistió de amapolas, cada beso de amor sin tiempo. el bronce deja su cuchillo a las espigas del cielo. Hhierro baña la sangre de este guerrero, vivo y muerto por tus suspiros. de tu corazón preso, guardián de cada latido, redentor en el silencio frío. Amante serpiente en el calor de la ilusión que te dibuja en mi mente. Siempre presente, a la hora que la oscuridad late y envuelve. Donde te volviste mi bendición, realidad, abrigo y latido de la inspiración invencible. Como invencible dios sol, que toda vida rige. amada hada, esposa de este mío sentir, acompañante de cada vuelo fulgente. Tu semilla de amor germinaste en mi pecho, amapola roja y negra, sangre y tinta que cada verso expresa sin descanso. Fluyendo como el río que brota en almas a su paso. voz amante de tu presencia en mi mente, donde el te amo, cada noche, se siente. cura de soledad y maravilla hasta la muerte. donde mis rosas dejarán su sangre. Nunca dejaré de escribir al amor, a esta pasión de tenerte, a cada luna que de malva el cielo me tiñe, a todas las flores sencillas donde te veo, donde descubrirás que este duende te será fiel, y a cada semilla que nace pone tu nombre, donde encontró su latido noble, y mil veces más fuerte lento se apodera de tu bosque. Las campanillas en flor le oyen y distingue el espíritu de cada árbol, en cada pequeña vida a dios encuentra, donde la armonía la acaricia el idioma oculto de las hojas al viento. Como el abrazo de la yedra al árbol y el beso del rocío primero a las flores del campo. En paz me siento en mi entorno, y en la ciudad muero lento. bendita la vida por darme tu amor, por darme ojos para ver cada vida en color, siente esta caricia sin dolor observa que de mí el cielo se apiadó, donde sin envidia ni mal eterno vivo, como poeta sin tiempo en tu recuerdo, voy allí lejos de este mundo, donde empieza nuestro bosque sin destino, donde libre, todo sigue su espiral sagrada, el ciclo de la vida y la muerte, el resurgir del agua, la sangre y de la tierra. Amada te canto, de tu mano siempre mi te amo, contigo siento la fuerza de la tierra, el agua, el viento, el fuego, y la magia que en arrullo acarician mi cuerpo, contigo no temo a ningún abismo, infierno, ni tormento, a ti te debo cada verso. El castellano y Leannan-Sidhe La polilla negra: Acogía perturbador pensamiento en tristeza, errático mío, infortunio, todo dormido ceño, mi sangre colmaba lóbrega y repleta, sobre la frente de nublos negros que encogidos, no lloraban. era gris mi despedida de noche tranquila, relucida, noche azulada, indebida, de destello desvelado, y pilares al cielo en hondo tributo, y carros llevando agua imantada de grises leviatanes. sombra de hombro incierta, arrastra vendavales furtivos, en espiral sobrecogedora, y sones de blanca nocturna luna, lánguido mi pecho ya profuso, se alzará a desmembrar, el eterno desliz, de luz anclada. En vals y alas, pequeña mariposa nocturna, gira la espiral su terror escondido, embebiendo el ingrato desvelo, fulgor de sus círculos errantes, quimera desangelada de vago destino caduco, derredor intranquilo enreda, misteriosa negrez; sin partitura de blanca seda, frenesí que jamás se separa de mí. coloso de su imán final de lisonjera luz, del candil que atraviesa toda dama oscuridad, como su cuerpecito leve, frágil, tembloroso que ardió en su atracción final a la llama en luz intransigente. Förüq el castellano Beso de ascua: Vuelvo, sin caminar ni fronda, resquicios de mi soledad crepitan, su falta de cariño externo, porque mi soledad atónita grita, nada buscaba; sólo volví porque nadie me buscaba, como un azar sin venas ni razones buscadas, estoy para ti sin yo estar, no tengo ojos ni respiros de pez de cara muerta, una generación ciega abre que sulfura sin oxígeno. Era bastante y no acabé por huir, bastante era tiempo escaso, imaginada tez serena en néctar tu sola dulzura, te busqué en un papel, respondió tu carmín del beso de ayer, sin inicio de final, sin ser último para ser primero, un escarpar de mi ausencia habitada en torres y almenas de incandescente, lóbrega, quietud profanada. el final depende del principio dijeron, por lo que tu último beso empieza en la eternidad del sentimiento. El castellano Dulcera en claror: ¿Lo recuerdas? cuando creíamos dentro del ser haber encontrado algo. Recuerdo que los días están hechos, mantente. ¿Recuerdas un vivir al filo de la navaja? tentando la suerte nuestra circunstancia que nos unió como agua y oro de aceite. Recuerdo a veces llorábamos a las flores, y otras nos sonreían. ¿Recuerdas el evanescer interior que se apoderaba del firmamento, y descendían astros, a mecernos? Recuerdo tu sonrisa pura, inocencia de escala, un desear estar contigo, para volver todo hacerte brillar, ¿crees amor huido que algo haya cambiado? dilucido que seguirás siendo la misma piedra de melodía, de eco presuroso, que se adentraba en mis ojos, para inaccesible habitarme, como canción sepulcral el infinito reverberante, que me erizaba la piel completando mi existencia de palmo a trecho voy manando, y aunque hoy piedra del rayo en cegado, dicha en mi pecho quedaste, dicha en mi alma blandiste, porque yo te conocí porque yo tuve que sentirte, como agua de rocío y destino plañidero, incluso hoy en sueños, te sigo viendo, brea de estrella en carne de la belleza, pupila de mi pupila por el tiempo helada, he venido hoy a desafiar a mi dulce tormento, sin tenerte te tengo dentro, sin quererte sigue en vela y cañón, mi naipe y última carta, no se reveló. ¿ves que algo haya cambiado reitero? sí, que hoy en día duermo con tu recuerdo etéreo imaginado, y no con tu piel y carne de estrella. Esteban er-lobo bohemio Cantos de tierra: Solitario bogo, aterido soplo de la montaña, pastor de tus astros, torres de nidos de tu saliva, perfilada tu sombra me acompasa, mi sayal remiendo entre sedas de moreras de ensueño, olvidos me trepan por enredaderas, tarde en la tarde mi esperanza vive, si soñase volaría a tu vera. Sol este de oro ciñe mi álamo negro y su esmeralda araña, cumbre te nombra en la saeta mi oscura golondrina azabache, traerte conmigo siempre eternidad risueña, melosa sangre de mis dioses. Señora tú de silencios y sepulcrales vértigos, no amansa mi fosa la dulce azada de metal soporífera, carne y cuerpo mi rigidez de pluma, lírico trasnochar. Claro cristal entre paisajes, ceniza de recuerdo es ella, recuerda, aire desnudo fama de estrella inviolada, mi musa bella, un azar flamígero que no pido ni alumbro, no espera ni las aguas de tiempo inmenso, jamás complacen. ay día, rosario terco, deja ya la gloria, grandeza en amor se llamó belleza, lastimada mi carne desvelada. Gusano soy que hila su capullo, tejiendo desde sentir interior, mi vida en serenatas blancas levantaré, su fronda, inabarcable vergel primoroso, cuenta mi linaje alas ignoradas de mi pecho. no podrán tapar en vida mi silencio que aflora. El castellano Terca mi sangre, tiempo del frío río inmenso, todo dado en espinas su rivera, por ciega neblina bajo con tabaco precoz, pienso, todo he soñado para el letal lecho del olvido. Mi temor sorprendido alega que no existe; vida o belleza, ala o metal cansado, gloria de grandeza, ¿Dónde? mi tabaco de neblina ahonda, penetra y surca la esmaltada silueta de tu figura, por mi caricia ruda y el agua afligida, admirarte yo cual fugaz garuma, anisado vive el cielo, nuestra blanca estrella mineral candente refulge su luz desnuda, por vespertino son de todo lo que tiembla como abanico de mi pluma. El castellano el principio estaba en la colina. Un hecho, claridad de brea encendida, o, transparencia de pez de cristal. Timón enfurecido que tormenta iracunda tizna, cuervo en el alma mi ser alzo, prendo, mi idea luce cual hollín de azabache tuviera, gragea mi voz un crascitar de mi señor Baco, persona de garabato nombro a sombra latiente, acaso opacidad de materia cuidase, sacrificador mi tiento. Soneteada su parda sepultura. falte mi ley, sonará la albilla. Diablo aguador mi buen luciente; cordobán, recuerdo de soleta, no me faltará maceta, parnaso que ya cae asaetado, cisnes negros, de apolo, cuidados como vellón descendía su grajo. Musario monte yo he sembrado. yo, pensamiento y porfía guardo, me los retiemble el sol lucido, ninguno estribe mi mesura, señora, valerme quiera, ni peligroso el tiempo bárbaro se me pareciera. Förüq Insondable, la luz de tu impalpable seña, guiño áureo al latido, insubordinado, labrado en madero de este hierro, ya dejó de ser infamia tornasola en ascua de piel borrosa. Ensueño alado te alzo mi musa en estridencia recta, develada, reveladora senda dictas que afliges voluptuosa cuan cerilla arrostra mi alma, rebulle tu sueño alado de golondrina azabache, no perturba mi paso tu luminoso azar encorajinado, en sones del capataz del brillo primero. Arde no se colma mi vaso, al cantoral fraguo férreo lazo, indivisible alianza, comunión de ambos argentos astros, como entrelazan alba y ocaso, pura seda mi correr de atleta precipitado, arrostró mi piedra espectral, tu brisa ya nunca más fría. alumbró mi sien el fractal de frágil leño. Y desveló que todo es y fue más que un sueño. enmudecida siembra tu garganta lamo la tierra boca a tramo, tu raíz salvaje me toca, como verde planta a tu corazón invoca, silvestre y musical nuestra rosa azul canta, henchido de tu voz voy mi doncella escarlata. El castellano oración a la misa del alba, revuela una golondrina, esquiva los ramajes amenizados del fresno, abre monótona brisa una caricia de tierra por el misario cerro, carrascas afilan allí sus flores de piedra para dar sus bellotas, ya escondida la luna de seda, aumenta un zorzal su trino, sube entre rayos de sol la espuma de un desnudo álamo, a su raíz un precoz mamón sonríe al iris de nueva luz, un grillo chirría su nota en melancolía por nuevo cierzo, la encina secular no pierde atisbo de rigor en follaje, como nervudo verde que no llora, la retama grita al esparto que su amarillo impera, plegaria entre verdades del monte un nuevo esplendor canta la paz sepulcral del campo, como luminaria entre río reverdecido en tapiz de terruño arado, aria dolida en arrebol de sollozo verde, lento abre su retoño la tierra. Entre vid de nueva espera. El castellano Quiero mantener mi suerte segura, como hondas imágenes en frío lacustre. Agua de labriego sordo. eco en árbol de sigiloso azar. Hombre al menos en terrazgo seguro al pie de bandoneón, clavando cigarra a su escarcha afligida, manos trabajen la melodía a tu voz morena. primor en viento de mi sepulcral prestancia, tierra o ceniza eternal mármol turbado de vida atada a tu vida y perseverante esencia. árbol de luz y acento, revuelo a tu son el mundo no trasplante. Dulces sueños sones flamígeros te aguarden en su seno. suelo en miel de nota obscura, guerra, oh gran momento, rizar mis ascuas al viento, hoja que tu filial enmarca, verdecido mamón yesca, invadido por substancia de tu irisada voz en letra fraguada. Resonancia de altivos lares, fecundos... Llevo verdecida mi sangre, asaltando el trigo mis ojos, palabra con sonido eterna herida Resuena que sigo en ti como aromo de flor y curva pitanza corva, redimido a la abeja el avispero ya no zigzaguea, abre cariño tu senda, nácar dispuesto y frágil al candor de mi cóncava vena. Para cosechar mi pena, mi cruz y mi condena. El castellano Honroso tibio pulso: Grave, y sonrío entre la gravedad de lo efímero, el castillo, el soliviar vetusto, graves aras de sonrojos al terruño, un dulce claro oscuro, tu boca diáfana, perjuro, gravedad del insecto insulso, un halago, un pulso, enjambre de bellezas en tu nombre quieto, sin arrullo, cristal de humo partiendo minutos, por qué árbol mío, la proporción de tu aire que alejas, grave sin sueño alguno. Hondo soto, conmensurada hacienda, trilla que trillaron los hombres antes yo nacer, y ahora tantas luchas te siguen. tu pasión por un crimen de flores y altas rosas, corría un otoño plástico por la vereda y la rambla enajenada, sortilegios de hierros azarosos y pulcras vides sanguíneas, alta te quiero ver como la noche, y esa luz difusa, vertida en lengua de castiza fuente soslayada, cincelando con tus manos los altares de huesos que pertenecen. como pez sencillo de milagro que tu boca sea musa, mi rosario. El castellano Sed de luz: Cuanto te acercas a mí miedo intuyo somero sin rivera a estar cerca, más cuanto te alejas miedo a estar sin mí alegas, dijo un librillo, franca tu vera destrenzo, viva esta espuela, horizonte vasto me acercas como lloverte amor sin cesar, paraísos yertos sin escalas ni vals terreno, puridad acaso bastó como lobo de orejas afiladas sin aullar no era lobo, me acerqué hocico he irremediable contestó un azar de tres caras y nueve venas razones, como derribar la franca tapia verja de nueve cerrojillos iridiscentes, los ángeles valientes morían primero sin ascua eterna ni mármol florido, quizá puede como alimento de vano murmurio, hoy oso al por mayor reminiscencias al recto lado, acompañar tu furor de armas, desde nimbo pasajero, y desquicias propias trasmutadas, al impetuoso servir de la llaga, Pléyades cercanas como resoplar la luz y capturarla a ojos fríos, indicio que su halo dicta inspiración a raudal, halo indiscernible que casi saboreas confines, de sosegada dicha insobornable, miedo a tu cercanía cuando caminas lejos, miedo a tu lejanía cuando cerca brillas en faz y luna imperecedera, arrobando mi haz luminoso sin brida ni correa, As de trece tréboles de cuatro aspas, era mi vida sin contar, un brote de cruel infortunio desaconsejado, semilla o tiesto espontáneo, a nadie cambio, ni dolor ni regia tristura porque hoy me blanden poeta raíz de dioses, quién soy ellos y yo lo saben, y seguimos sin tener miedo, en esta trinchera del verbo onírico, incuestionable hervor de primaveras desnudas, y solas saetas en busca de una vida que mejor, peor, no niego, qué mejor que un absoluto diamantino, en esencia mineral candente, cristal de sus pulsos que no niego ni me arrebatan a estigma puro revalidado en azoteas caducas, y ojos suaves un abril doliente, era lo mismo, que perder venciendo, aojo que el buen ojo curo, insignia las estrellas quedan muy cercanas, si nos llaman a la lucha, puede defienda mi patio debido no es mío. Divagaciones aparte, pregunté al eco de sombra, sin quererla como uña a carne, iluminaría mi pluma saturnina, hoy quedé en darla un besito como la imaginación no osaba, miel de afortunar, y tremendo desliz en número y orden, como afeitar bombilla broma, como lamer hacienda sin construirse, en serio pongo balanza, y un kilo mis sueños pesan más que cien kilos mis ilusiones, amar, amarte, en este ente intransigente me lleva sin anchas calzas es flagrante, como el cimiento del verso es tu letra, lo fidedigno, que me hace parte del transcurrir minúsculo en vida caduca que nos desliza el destino, no hace falta amarre para osar, ni buscar luz, cuando ya eres parte de mí... El castellano Förüq PUPILA TIERRA ENERVA: Planicies serenas del azul imantado, por surcos de febril labriego como barca entre trillas se deslizan, espigas y fauces grises, de nublos voraces. Carros con aperos entre terrazos quietos; su nueva siembra. Riveras atrás y acres en verdor de nueva grama, endrinos y espinos aislados entre hondo campo, de pinos y caricias suaves de joven matorral. La vid desplegaba su nombre de vida. Cardos brillaban en espinas erguidos, saludando a nuevo cierzo que se alejaba. Sones en caminillos de hormigas, el sol medía de la llaga sus hormigueros. Romeros afilan la suerte del sendero, que como una rama precoz pronto, verde rodeaba. Cristales de roca entre el suelo cálido. Latido férreo de tierra arcillosa el escarabajo negro paseaba, y lombrices purpúreas no asomaban, el raso donde el pardillo y el verderón jugaban su genética de vida, perdigones entre codornices sonsacaban el linde, donde viborilla y culebras hacían honor de tranquilo serpear. Era bastante el sueño precoz casi saludando nueva veris por el tronar de ojos suaves ya no sonaban en sienes acristaladas ni hacían bajo de pensamientos pobres. Fertilidad en raudal, como espasmo que generación abre; giraba la torcaz buscando cobijar y al cielo abarcar. El cielo que morado lloraba, el gris del nublo la tierra asumía en aljibe y abrevadero. Mi son minero, me pulía la sangre, en estalactita y veta, el bordear mi vena. De mi semblante pardo no cambio nada. Todo me lleva a lomo un caballito del diablo que por sierras mis rúbricas, deja. A mi sol broncíneo, saludo. entre simientes frías esperando ser nueva vida en color. Del fuste a la Oliva, al tordo redondo de olivo señor. Memoria fría, discernible: Viene, se descubre como clara sábana espectral bajo el azulete, viene sin rienda ni corcel, este dulce invierno jamás dormido, vive tras todos los reflejos parcos, tras todos los resquicios tibios de solitud, y viven sus sombras de opacidad de materia como caricias que mecen sus cabellos. Era la hora, fría mi cama; no había eco de palabra, ni pensamiento ágil, que en vaho no quedara, miré el espejo, me sonrió un crujido seco que mi soledad cada invierno me acompañaba, a veces creí tocar el ruido como si su compañía me besara, o fuese cruzar este plano existencial y atravesar precipicios de mismas, solas imágenes, estáticas yertas en esta vida que se miente y niega que otra existe paralela, con otro plano secuencial, otras imágenes, otra realidad superpuesta a nuestro discernir, una escala del éter como el mundo onírico tiene su mundo y sonido propio inaudible al exterior del sueño, formas, colores, entes que imagino en el poder errático de mi mente, avanzo con una araña converso, y recuerdo los fantasmas de mi rosa, cuántos sueños cobijaban sus pétalos, como un hervor en abanico, y rocíos que dejaban estrellas en madrugada, todo se juntaba en querer lo que no se puede poseer como la belleza tímida, escondida en unos labios de mujer, así sus estambres de mi rosa que recuerdo con recelo protegidos por pétalos como sábanas arropando su corazón. Trazos magnos que no abaten el frío de este invierno, un cariño de esquela, y sus tijeretas retiradas, augurios largos en vals de áurea fragancia suave, hoy escribo a los fantasmas de mi rosa, sólo ella que de bella dejó herida en mi memoria, perpetua, doliente he incandescente, como un inmiscuir recto finalizando el primer mes del año, sabiendo que otra rosa ocupará su lugar en el rosal, la flor por mis castos dioses que sólo sea la flor, belleza nacida del rayo de sol, así como la luz ni la estrella se pueden capturar, las flores de la belleza siempre han y deben de estar. Förüq el castellano Sepulcro en cobre: Al panteón de mis escritos hoy escribo de luto efímero en memoria, vida remota atisbo sin sien acuartelada, caléndula y rosa canina pintarán su estirpe de historia incrédula jamás cincelada, al reluchar indemne polvo de metal estriben, y de lirio en cuello que nacieron, de espanto en puerta, aliento y yugo fidedigno, en pusilánime destino, en cuerda que míseramente gozaba, puertas sin desquicia atónita, en umbrales carmines de besos sin corral ni ascua sembrada, pedí sus alas yo que de sol desnudo descendía, dócil, de grajo en mano fecundo, inocente, de justicia ausente, presuroso cerca mis verduras afables, no se alejaban ya, de tierra y rayos fragorosos, lides eternas ya os abrazo, Castilla dividida por cumbres enojosas, jamás creadas, alzaban mis sentires terruños, fango de simientes yertas, ojos al patio socavado de iracunda hacienda de letra. Destino magnífico cercenado de mi mente penitente y mis ángeles custodios, arte deslumbraba que regocijaba, condenas del poder y la mentira, beldad ya me asombres. Padrón de cielo en terrestre escala, tumba al igual de socarrada sola idea, ya nunca más esquiva, miel de mis dioses y vespertina alma, penetré yo, su muro de eternal silencio, y mi mármol florido gemía, en las llagas solares sus hoyos rectos ay que vil no me apresa pomposa letra que me corona, y dolor desciende. Glorias miro y exclamo: -¿Dónde? Ornaba mi sepulcro dulces abrojos versados, memorias de fantasía erguía mi pluma de antorcha, austero en bóvedas mi sentido inerme ceñido divino laurel en universo en arco y saeta crepitante olvido, perdurable halago en formol mi verso. Embargado reinaba el suelo, pálida luz descorchada, presentaba la espina en mi corazón que lívida me lo arrancaba, maraña atroz que tu divino acento Musa, mi alma imploraba. Förüq castellano GRANATE ARTERIAL: VIII Renuevo esta mi sangre yerta, para servirte mi dulce dama, bajo níveo nogal, allá bajo su fronda suave y denso celaje que auras allá quema, bajo hórrida, tupida sombra, servirte a las puertas de adorado averno beoda sed en brindis de nueva, flagrante condena, dioses del inframundo canten, allá donde excelsitud de tu aurea sonrisa entabla, y a mis miedos sólo arredra, bullicio entre ramas saborear dulces trinos cantores, que la vida entona; se amurallan las horas, se quede la frágil vida, que honroso te siembro, escuálida y temblorosa, fuegos y dichas apacienta, entre este brindis áspero, de animosas delicias, mi sangre fugaz, honrada te sirvo, par' ser rama para ser de caudal tu savia, fausto, aterido soplo, de horrores no regalaba ni flauta ni prenda a favonio arrebataba, mis estrellas sin temor, piadoso de nublados ojos, espíritu de leyes rotas, caos antiguo que desvelado, no huye, ni mi risueña sien relega en acto a no seguir queriéndote ferviente. Förüq castellano er-lobo bohemio a 17-07-2020 Yunta cadente de mi huebra: Hueso, eje: Huebra, yunta, barbecho, acre, cadente, copa de vieja encina, plañidera lozana, hilanderas, yugada, sembradío, huero, huera, yesca, materia muy seca, azumbre anisada. I Avanza mi alma yerta, un encono trashumante, que viste todos los campos de mozas plañideras que visten el azul inmenso inefable todos los cielos terrenos, estiran las señoras damas hilanderas la nieve todos los cerros del tremendo espacio inconmensurable, afilan viejas encinas sus henchidas copas, un verde espumoso dentado, y sus flores de tierra que dan las bellotas del mañana, barbecho por tres años esperando sea huebra bajo yunta acre cadente como lozana espiga casada con el ababol vespertino de primavera que trae Ostara tempranamente, alivio mi yesca tierra de materia muy seca, como ascua que plañe segura nueva vida de seca leña, sé cariño mi moza amante allá donde lloran las flores, sé cariño mi señora moza de alma joven, honores consagren mi sagrada cepa, Dionisio le pedí permiso, con fuste Ambrosíaco de nueva sangre, aunque mi sed prefiera media azumbre anisada, de anís seco que por meloso lo elijo dulce como canta mi carajillo, y me habla de espíritu en alza, entre mi sembradío de penas y tormentos, huera pena, huero camino de ella, mi larga sombra que no se detiene, como terreno de yugada por dolor. Förüq el castellano COSECHADOR TU AGUA: ¡Armaos, perros poetastros, poneos vestimentas, vestimentas de amores mediocres, vuestras líneas sin más tardar! Es tarde para volver atrás; No dudéis ni un suspiro de este yerto que cruzó el río de la Estrida. ¡Mas, por regio el Sol caudillo, por su blancura de Madre, oh dulce, cuantas estrellas siembran el horizonte, hay los cielos. Y hojas hay en mis manos escritas. ¡Remate yo, de mi origen, si os devuelvo a la tersa olvidada! Suenan las grandes trompetas que ni en toda Babilonia, ni en alta torre de Hércules su resonar pueden disolver. Recobrara mi aliento, mis ojos cobraran su luz. ¡Mas por el regio Sol caudillo, por su blancura de Madre! Día tras día nuevo, tirando tajo de verso recto. Embestía y no halagaba a ninguno. Por un pajarillo envío por una hermosa golondrina, que allí donde se vea una alborada, Hipsípila caudillo hijo, siempre vivirá como invencible Sol. FÖRÜQ castellano Miguel Esteban Martínez García Lugar: La Campiña Castilla Mirador del Henares España La encina Esmeralda : I ABAB La temperada obra de la encina ligada y amarrada a su paraje toda, emblema y páramo calcina Gran Castilla retiembla su coraje. Celeste de Sol recién cortado a tu hija hermosura oh, tu vereda cenicienta avanza, entre acre florido silencio verde que limpio, te clarea amarillas retamas, el romero, Paz jovial de cerro bajo Vera de soto y acre de jara espumosa quiero al gorrino y jabalí errante trajo. II Afanoso mirador de profusas, limpias entrañas verdes, profunda espera al resplandor maravillado, Belleza lanza su Trueno, relámpago y ama una vez para siempre su tierra por espinosos zarzales avanza mi senil erizo Pintado de amarillo mi Sol del cielo, todo vestido de rayos. III Obra solar es su semblanza, retemblar ocurriera, su verde, limpio desliza un azul sereno, gotas sus almas que anidan y hacen cauce al pasar, del hinojo tu vástago, a la espiga enramado tu Ababol, surco de Honda profecía Vas creando rambla. Tu beldad me enagenas servicial prestancia con prontitud tu río solar. En emoción te lloro. IV La bestia en ti dicta salvas al orador bajo tus rodillas, él viene besando tu suelo, eleva tu corazón a esa tierra donde todo se olvida sostente a mitad, todo cambia arrasa mi filo de diente estaca llevo en pecho, nadie me consiguió sacar tu amor, aquí sobre mi bandera hay pólvora que sangre quizá una espiga oro y grana tinta, sangre, pólvora mi bandera todo lo hecho, me distrae idea acerco mi mordisco a tu fábula de corazón, bailan mis lobos salvo mi oración, soy el fuego brota mis lágrimas perdidas, el cielo no viene a mí yo voy a él para incendiar toda estancia oh todo lo hecho, esta bestia me habita de alma, cepa y virtud, asemblo y coso todos mis sueños del precipicio, deberás correr lo máximo puedas antes yo cerraré la puerta. Era este un suplicio invernado, cerraré la puerta de la eternidad no quedará ni suplicio acorralado, égida, celada, escudo de Atenea, esta tierrica bella alzo, surco el Sol, todo lo que ves, lejos está mi Sol, Sol hermosea, vive que él es siempre Mercurio Hermes, Helvetios. Lugh, Lvgvs, Soy vuestro esclavo, belleza, oh ambrosía, miel, néctar. sangre, carne todos dioses sirvo en vena cava no acaba este paraíso Parnaso terrenal, Aere perennius. Duros somos tierra, lo demás ceniza que se parece. Somos más duros y resplandecientes que el terso bronce. -La encina Esmeralda parte V: V Avanzo el frío yermo desierto desángelado fluye es sueño mientras crascita el córvido azabache Noche semper, un día nublado de pocos o algún grillo, tiempo suficientemente innecesario, certeza en borbotón de esquivo abrevadero mi sola poza, sanguinoso aleteo por el grajo nunca más nunca más no verte, de frío solo y aura acompañada, un soto y un criqueo mayor en C de armónica oxidada, me levanté del suelo y qué si no me perdonaron, seguí avanzando, esta tormenta de arena y lluvia, hilvané todas ganas y era la puerta madre el sentido despierto, tiempo de quebrar la línea, saltar muros de fuego, quemar osadías besando la gloria, allá las naves valerosas versos ejes sin plomiza sangre todo yergue, mar sanguinoso y solo caudal oh dioses sin vosotros la ceguera me sueña, que era el primero, en descubrir un beso en sus cuartillas de labios azules, desdén de pocos o algunos semidioses, mi sortilegio manchado de sangre un nombre, una vil injuria de espera todo bailaba la fiesta de Dante, negra arpa era mi ansia plena, yérguete guerrero muerte dispara primero, tajadora siembra de seco labio, un, dos, tres a mi izquierda un, dos tres, a mi diestra formen mi vera compañía un solitario ruego un vestigio yerto, un confín helado, vendo de las auras muertas quién osado me compara, su cuerpo me está hablando llave y cerrojo sí mundo Förüq tiene llave. Förüq el castellano y Leannán-Sídhe - Förüq rebrillando MIGUEL ESTEBAN MARTINEZ GARCÍA Vera de soto VI Era un soto de daturas y ababoles cabalgados, como un crujir de la mecedora del linde vago, era entablar con el alacrán soberanista quien yo era, como afilar pesquisas que caminan yertas su alacridad helada, por caballos de fuego y acordeones de agua, como elevar el ara y ver qué desquicia se siembra. Voy por el tercer junco de Castilla, y hasta su encina afligida, entre soturnos lindes teñidos de cal y canto, arrastrando errores inmortales, y sueños desangelados. Premisa que ardía en un solitario espino, acampado de sus falanges amilanadas por vastedades y simientes frívolas despertaba el otoño justo en el carrizo y mi tabaco fugaz de antigua brea que expulsaba su color, rencilla entre espasmos y savias precoces del terreno, jamás dormido, jamás monótono, despierto, un caminar y descubrir que todo vuelve a comenzar. VII Tierra de encina: Encina carne y cuerpo que en ti el campo hizo; emblema insignia. Follaje recio, duro, inmoble al transitar del viento. Sobrehaz madre natura de pedernoso azar de catedral que de ti hizo san Esteban, parda encina te escribo desde el reposo del hombre fluyo, como sangre me sostiene en manadero de tu lecho de tierra. Apretada y densa lloras al camino, no caes en invierno ni te desdibujan heladas, soles de siglos doran tu espada, árbol férreo de árido horizonte, frente los ojos, viejo monumento que sacudes, el alma de la roca. Brotada del mismo fuego pareces, oh parda encina, yo a ti acudo virgen que en tus hojas veo pulcritud de estelas, puntadas de unión de cielo y terreno, en ti campo se hizo, de tus lagrimas otorgaste flores la tierra, meseta navegas con flor de piedra, árbol solemne tú eres, a ti rindieran cantos a ti rindieran cuchillas, campo de víboras has pisado, espejo de pueblo eres que guardas reposo y pasado. Acoge Virgen de la Encina mi canto manso. VIII Cornucopia de tierra: No rebotan los tiempos llorando, en escalas a ese cielo anhelado, voy que viajo y bajo mis plantas la tierra brota, rehúye, fluye, todo me alza sobre torres sembradas y sus trompetas abiertas, desenfundo esta esencia de estaciones correr, hogueras profundas en lágrimas de lluvia, plantada mi compostura, me crepitan las montañas, los cuervos me rinden pleitesía. Ante estos ojos el ávido brillo de oscuras alas, frente mi carne fuego enraíza esta noble falcata, encinas me enraízan el dorado anochecer, noche oscura entre espectros de letras, el día derretirá mis flores, trepando mis venas de encaje, mi azada será sangre no más cuerpo y carne de metal, al erizado filo clavaré sentidos despiertos, mi letra será invencible, en flameante rebosante inspiración parida de un rayo de sol, ay la tierra que me clava la siembra, ay sol ferro, yo te hablo al fulgor de venas al calor de llama azul, tú invencible como la palabra te formó, extasía lumínica en candor de lunas aulladas, ven a mi pecho, te daré asilo, desgrana este silo, que mis manos hablen colores, solo ante la adversidad esta negra noche que huye enjaula su oscura sombra donde la letanía esconde sus garras de cristal, quedando repleto este umbral, he oído llamar llamar tus sangres de luz, a violetas nebulosas sin cauce empotradas en sagradas espirales, busqué tu vida eterna, me contestaron inviernos desmochando brotes extenuados de tiempos atravesados por tu espada eterna, fuente fría que llena dulce la fontana, la vieja luna sonríe, lo efímero será áspero y duro, a la caída de este plomo, se levantarán estatuas de barro, tu lobo vestirá el sincero metal por ser de hierro, hasta su aullido de plata a la noche sempiterna, y sus enredaderas malvas, campo este de víboras nacido, por un surco repto, y el alacrán me saluda, soy yo tiempo olvidado, resplandores de este patio de grillos, me cuelga la corona de caracoles, por todas mis lumbres abiertas de caléndulas solariegas, más que hoy no espero nada, porque yo siembro lo perfecto, me responden sus voces del suelo, al intransigente destello me parto, me quiebro, hasta dar mi voz a estos campos y sus sotos perdidos encontrados en cada sangre. El Castellano IX un aullido, llanto de un lobo, miseria enraizada, cada triunfo una escarcha en hoja escondida, que a la mañana verás morir. Abrazo mi calma podando, desmochando lo que mi espíritu yergue, forrajes miles acampan el corazón férreo, mi vena coagula al sentir mi idea que al ser pensado el camino no abandona dictado sentimiento, cinceles esculpen mis manos que siembran este beso etéreo por tu caracola. VIDA DE LA VIDA BAJO TIERRA: Tornadizo quebrar de la simiente acaso el ojo de tierra no viese, clepsidra en goteo, del Nitrato de Chile En este mes de la parra y de la zarzamora, sulfatos de cobre anidan su violáceo vientre que respira; vida de la vida enhiesta, mantillo sin raíz oscura, viril anélido sin carcasa, fértil embrujo de larva y su hechizo que metamorfosea, sin aroma no preguntes más, liras blanden su chirrío estacional, que avasalla sin hacerse espíritu, tojo clavado al viento; Castilla tú lloras dehesa sin letanías, ni espinas, de lanzas, lo que vence mi inmortal yaga, enjalma mi verde intelecto, orvallo de mi rivera, viaja mi idea, callendo, el Sol, arriba, desde lo alto, un largo recodo sin franca, vega compadecida, que riega esta enjuta, en cal y cantos despierta de su arcilla dolida, Diosa zurda tu nombre caminas más por donde el arriano plañía, y plañía, plañía, su seco llanto de corazón esquilmado. BONUS: OLMO DE IMPÍA MANO PLANTADO: Exiguo campo de fatal avidez y musas en bronce celadas, sosiego calcula lo venidero por dorados techos vencido, por cuanto Parca ha conocido, cuadriga del mañana y sus cien rebaños del afán que se lleva dentro, grey de sombras en silencio, triste, densa tensión escucha, del funesto día , huésped en la negra noche profanado, afrenta de sus campos, señero inmóvil, que escucha a las víboras sonando, guardando al inofensivo lince asustado. Vernal lozanía sacude su rostro de luna, entre sombras huidizas y destellos planos, en seno de esta avara tierra, se despliegan las rosas del rosal ya florecido, su fugaz hermosura, chopo gris y opulento pino musitan la acogedora sombra, suerte en urna del destino que embarca o hunde en el abismo. Viaja el corzo mi idea, entre flores que primavera, exime, verde flor aún en capullo soterró el otoño y los fríos vernales, alza un lustre caduco al servil gozo de su tierra. El Castellano INFINITO ACIAGO SEMBRADO: Recto vilo me aguarda esquinado con su canal infinito de campo estudiado, consumido en yerta flor deslumbrado, yo soy de una margarita de su floresta destapada, soy yo un ababol con cruz de tinta en sus pétalos carmesí bermellón, no puedo matar por mi tierra pero tampoco puedo desenterrar mis raíces, hoy estuve plantado frente a carritos de la dama que alzaban sus flores lilas, eran como éxtasis en caricia como beso dado a mis ojos en lengua de espinas blandas, caminé al mercadillo de mi localidad pregunté por caramelos de miel, tomé mi cafe solo doble con hielo y seguí caminando mi lustre jamás vencido, las malvas me floreaban por ser ya primavera los cebollinos se divisaban pero aún se encontraban fabricando su flor, para parirla en verano, bebo agua de la fuente frente al ayuntamiento, soy poeta de sus descampados, de sus molinillos y de sus charcos, soy indescriptible esencia cincelada en verso de carne y espiga, en esta higuera del demonio alzo trompetas de los ángeles con sus flores, y las calendulas silvestres me dictan que jamás acabaré de irme sin encontrar luz de tierra en ellas. El Castellano LUZ EN REPRESALIA: Cubo metálico sin fin, donde se derrama mi vida en una hoja, fieles testigos involucrados mis verdes sueños que sonarán, goteando una clepsidra de mano un hierro en el bolsillo olvidado un barrote y un peldaño, dejé mi inocencia a solas por si vuelve, a mi mesita de noche, a un rosario oxidado, a un armario cerrado, a una vela de candelabro, dónde yo me casé contigo en su llama y juré, juré no mentir más a este arriano corazón esquilmado, creí que la mentira era ser feliz sin querer serlo, de retuerto desliz desmiento su designio voluntad coja de verdades para anticiparse al pasado, raudales de belleza anidan sin ser elección sueño taciturno en cesta de mimbre, todas las cosas incluso las no creadas tienen razón. Su sueño ha acabado soñó la vida como su propia realidad pero en realidad usted muriö en aquel accidente el coma le venció y le introducimos su posible devenir que lo sintiese, el tiempo se ha acabado, debo apagar la luz. No venció su destino. Su hoja se completó. El Castellano CLEPSIDRA DE VIDA: No me iré sin el hermano de mi trilla, ni su simiente de grano sin despedida, no afinarán ratones de campo la melodía que blande y sostiene mi cigarra cada día, ni mi olmo secuaz, desnudo, dirá más verdades entre mares de gente ni semáforos precoces, ni en vitrinas de estante quedará mi latido, ni aliento marchito cual caduca hoja de estío, mi sábana de paja reblandecerá su añil graznido, sortearé escombros relumbrados de metal y cristales vanos sin hocico. Sólo hoy diré que no me visto porque sí me marcho, calzaré senderos y alacranes, calzaré pedregales y sus nidos de lagartijas, quizas no me importe nada hoy ni que digan que yo vivo. Mis venas serán encajes de afluentes y sus ríos, el mundo seguirá quietito, los males seguirán empujando, puede que hoy pregunte a la serpiente de mi cuento si me devuelve el ojo, que yo la perdono, arderá la compostura de la araña de mi patio, en un torno que crepitan las maravillas, los jacintos silvestres mostrarán sus botellas azules anunciando que más tarde llegará otra primavera, y que de la gala de flores serán primeros, guiaré mis rebaños por soliviares que no me han conocido, entre cernícalos y bosquejos umbríos sus ninfas conocerán que a ti te miro que a ti musa me dedico, habitaré montes y lomas desdeñadas y su cortejo será embrujo para que las estrellas rueden, llenaré mi granero con tus besos con esta luna no me detiene ni el tiempo que se escapa entre mis sarmientos. El Castellano OLA DE ESCOLLO EN TIERRA: Clamorosa sombra densa, es mi soto un oscuro cielo en el que canto a los Dioses, no a vosotros, insignificantes; Así trencen y me trencen la osadía de un álamo, que mi padre lleve, a otra tierra breve, baco de su trayecto enardecido, ni égloga de esforzado por Salamina lleve, campo abierto de polvo y sudor disfruto, ya no se pudo huir de la suertuda víbora, en casaca sin pechera de topa Licia, sosegado olmo compás del serenado ciprés antiguo, fabrico del mañana sendero, no un hazañoso portento así como no hay rosal sin espina, no hay dicha sin pertinaz esfuerzo. solícito de atemporal mar del tiempo esquivo, prenderme puedo de vuestros fuegos, por los que mi sangre fría, pervierto, acuso y envuelvo. El Castellano CONSIGNA SEMBRADA: Vesta engarzada, encorajinados templos, nacidos del fin de los tiempos. Túmulos de luz, con soterrada cripta. Abriendo, despertando senderos sin final; Sólo comienzo marcado, llamando la resurrección posando nidos de nuevas sangres. Sonando los clamores, tambores aguardan la nueva guerra que trae la vida. Eterno resurgir en vestigios yertos transmigrando el eterno ciclo existencial por el que quien nace guerrero, guerrero muere y guerrero renace, para lucha de completar su alma en final de navegar el Valhalla, así bajar hacia arriba la osadía de parnasos devorados saña en furtivo conocimiento. Que no acaba como espiral de perfección. Siembra con capataz del único origen de tierra; Deslumbrado este hueso avanzo. El Castellano LLAMAS EN OJO DE SANGRE: Flameante fuego de los cielos acoges y frío duermes, que los campos ya no emblanquece. A ti padre de los vientos te imploro traígas tu negro vendaval. Así choques Aquilón norteño con Ábrego abre esponjada la tierra a tender umbroso páramo, sin azote del fuego del cielo. Labrador que clama ya, la enhiesta primavera. Cuántas sequías verá esta tierra, sólo el estío habitual dirá, me sembré sin blanco cielo, sin que me empujasen, yo encendí al ocre, en todo acre, tierra que consumo sus venas, invocarme pueden, siempre vengo porque siempre estoy, desde enfermedad sostengo, me ves cayendo, arrastrándome de nuevo tu creencia de mantenerte a salvo, donde nada escapa, deslizo el tiempo, no puedes verme en tu espalda, estoy cayendo de nuevo. Alguien me verá latiendo, algo habrá después de todo. El Castellano HORIZONTE QUE ATIENDE: Largueza que me aguarde, cual llama en cántaro desvanece, piélago ardiente, escancia, sostiene alta suerte, alegremente la voz del viento; nobleza de rudo ejercicio furtivo, desposeído espíritu sin guía furtivo, desvanecido, fatídico, tú que ensalzas la conjetura voraz de mi sentido de vida, cual arrobada insigna. sonaban enebros un sopor de encinas bajo laúd. Engéndrame grandeza, que secunda igual que a mí mismo. Diana con flores exterminio de fieras no manda. Luz invocada partiremos sin navegante, estirpe que avivas, con impávido destelléo entre fuentes y torcaces, padre de mi soberbia furor de lobo que ve al ciervo, torres bellas altaneras frondas, sin secuelas de florestas que acaso Venus no canta. Nullam, Vare, sacra vite... Conoce mis arcanos. Mi Llúcia despierta, rigor que afronta guarda, desvele, su reflejo en cristal claro, vine por donde he venido por el gris viento, perplejo. El Castellano a 31-08-2017 ETERNA LANZA SESGADA: Cóncavo cielo de la pradera de tu ceño, El Castellano Förüq el Castellano Förüq rebrillando MIGUEL ESTEBAN MARTINEZ GARCÍA Vera de soto
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