I 27 abril 2016 Raíz: Tibio resplandor dorado mi aura escapa de mi cuerpo para no saber quién ser el ababol del camino clama por enternecer la primavera a rojo carmesí cuando la tierra estalla en flores ellas dejan su río de sangre allí donde el olmo viejo crepitando mi sentido estaré me nace una espiga de la mirada a la hora que se acuesta una malva luce el colorín su trino la caléndula cierra sus flores en verso a la hora que el tejo exhala por el tiempo transcurrido hueso viejo y su tornasol afilado hoy es tiempo de colgar sus flores al viento por si llora mi cielo cuelgo ramilletes en chopos silentes que la vida vio colgar de mis pupilas al dulce trigo en verde olivo que mi ser yace más que vivo mi ser es primavera a la hora que su caricia blande entera mi tierra y su entraña abre al esplendor de un estambre y se eleva mi lumbre quieta río de sangre que me crece por soñar soñé y me enraizó la flor y que la flor sólo sea la flor Porque jamás mil máquinas podrán hacer una flor y elevado mece su amor por la verde grama que se afila de mis ojos la guadaña por el ancho largo trepó y escaló su cielo al fiel desliz me hallaba esperando adoptar su sabiduría que reverbera en cada pétalo en cada hoja, en cada raíz de su fiel testigo estático quedando quien fui y la tierra que seré. El Castellano II 28 abril 2016 El tiempo que se abra y brote mi vida al compás de un Sol mayor resumen de existir en el brote de una zarza que allí baila mi hada estallando en flores su pelo tierra yerma que vio trinar el estruendo de un zorzal quien te viera caminar vestida de espiga y lavanda por ti se abre la Rambla tus cabellos iridiscentes al brillo canta al son mi grillo por un camino se bifurca el reguero el gato lame su pelo yo estoy esperando por si te encuentro mi señora de las flores silvestres se Acuña mi aliento en una flor del viento una flor pálida nació del cielo con sus colores alegró al tiempo de sus hijas nacieron alegres vientos del norte que en color vistieron el bosque una flor naciente abría su esplendor a un Sol de mayo por ella tormentas nacieron germinando a su paso vivezas de antaño por los prados viste mi calma fiel a encontrar tu amor un día por si el cielo se abre que sepas que él te mira mi señora de las flores silvestres un cardo de la dama en tu mirada por si vivo mi vida te entraña fiel de esperanza una flor bajó del cielo a expensas de sangre tener ella se volvió mujer con tu nombre en la piel por la floresta danzaba mi suplicio invernado fiel testigo maravillado con amor en las venas esperando las flores de primavera y sus caléndulas despertaba por fin Ostara y el cariño de la tierra mecieron los terrenos un soplo de su aliento me floreció un beso Cuando los jacintos abrieron sus flores al horizonte del terreno yo estaba despierto surcando la mente de quien me piensa con paso lento y decidido transmutaba la flor de Odin en luz cabalgando un arco iris de estrella sonaba la campanilla entre grama dolida era el momento de acostar los dientes de León al tiempo que besaba fragancias de colores mi jardín de duendes. El Castellano III 29 abril 2016 Todo se baña al calor de tus ojos ciñendo la danza de mi azada se enhebra mi calma. Vespertino guiño de gramas preñadas, por la sed de arrojo por tus estrellas desdobladas Viene mi caléndula con una sonrisa enfundada Yo estaba caminando sobre mi línea la noche me contaba sus mentiras sobre un parco negro límite me encontraba disparé a la luna sin hueso se me acercó un cuervo con alas azabache pregunté a la noche que su abrazo en letanía aguarda si yo era merecedor de su dama yo soy la voz de pasados lejanos soy la voz de un futuro soy eco de tormenta al fuego de su rayo llevo a cuestas montañas enjambres de abejas quieres oír su nombre que la oscura soledad late Él es Siempre como un relámpago de sangre como una luz que mece y envuelve es el despertar en otra carne en otro cuerpo las sombras cantan a su vuelta yo que camino por la ortiga que me mueve hoy verá el cielo llover flores y los campos abrirán sus colores al rey astro que nada ni nadie contra él puede por si brilla mi suerte de la mano de la dama nocturna contará aquel cuervo que me vio. El Castellano RAÍZ DEL AURA: Arrostran secuelas de cicatrices en mi nueva forja, abren caléndulas temperamentales, cebollinos de lares silvestres, a Numidio le ofrezco, jacintos silvestres que evanescen, y mis rosas caninas por abrir, no falten a tu vuelta, ajipuerros inquietos aguardan los campos el reverdecer de otoño sembrado, romo hierro acrecienta mi sangre, labriego invocado, irritable, a la vuelta de mi fortuna sosegada, trillada entera, como tupida yedra abraza la sombra de su árbol, no piso cenizas que se parecen, honraré sin coturno a Cécrops esperando laurel eterno, cúantos ríos nos desconocen, este honroso polvo, Musa mía no abandones tus juegos modula tu laúd sonoro que tu voz parte y pretende dulce y armoniosa, al fugaz viento tiende mi fulgor de armas, se duerma así con mis oídos dejando se afilen trompetas y clarines bélicos, brillante mira displicente mi hiel de suerte, hoy no vendí ni un atisbo de espíritu a su cruel destino, argento un color nombré escudero que enraizó en la tierra como un blanco chopo de belleza. Förüq II 2017 Raíz descubierta: Sueño, un haz subordinado hoy tuve una experiencia subjetiva al cansancio intuido de aquel retoño de lagartija salamanquesa de mi pared habitante de mis tiestos, la regué y corrió a detenerse vertical frente mis ojos, en aquella pared donde caza, detenida sin presura, yo acerqué mi mano tapándola por completo sin asustarse siguió inmóvil y pude acariciarla con cariño, empiezo, que no he terminado, enmudeció mi soliloquio confinado, abandoné mi voz, bajo el latir de tierra sangre huye, rojos carmines en avidez de rizados estambres, sobre las montañas y su blanco gineceo, esencias despiertan, palabras bullir en carne fundida de suelo en fértil, serena de aliento en bruma niña, madre de este gris anisado, con crispado horizonte, toda caída sin destello ni florida estampa que seca mi ala, iris de soturna carcoma mía en tejado de oscuridad, de tronco y su nido, vamos tejo, si yo creo que eres mío háblame de tus penas sin escapar, de tus romances oscuros a vientos de luna, piérdeme la compostura oxidada, haz que me lloren sin miedo tus hojas que yo deseo ser tu eterno amigo, compañero. En raíz descubierta que afila el tiempo, será mi cuerpo. El Castellano III Cuerno sonoro, cuerno vivo, cuerno hueco brillo frío templado, vive tu osadía la bravura, osamenta quebrada, viertes tu sangre, dando brío a la fuerza, tu luz no tiene rienda, tu puñal me dio vida, y a Quoth el cuervo, tu fiel agonía, late, sangre fluye, corre el lobo que soy bailé entre serpientes altura desbocada he oído alzarse almas bajo la tierra, arde regio sol-ferro, oscuras alas blanden sus filos de alba. Regentan iris la lucha que reinará. Habla desde la leyenda el origen de Iberia, quién espantará mis gritos entre ruinas, desciende su poder somos los otros, canción de una piedra, férreo el destino, amplia senda honro mis dioses abrídme el camino, surcarán abiertos libres vivos; oda por esta tierra en llamas por esta tierra en trizas. Ahogarán alientos bajo el dios del Trueno ávidos guerreros resplandecen, raíz de plomo incandescente. El castellano IV Por la vía que los vetustos olmos blancos protegen los desnudos álamos que aguardan erguidos, al descanso de trémulos corceles y sus carros, cruzan sin herir el sendero, abatida mi contemplación fue silenciosa entre páramos angostos esquilmados del ocre ardiente, encorajinado, como un negro suelo que rozo con los ojos. La sombra que un ciprés rutila se acrecienta erguida, ahilándose con aspavientos que retuerce la luz sin franco obstáculo. Era de la tierra habitado un bronco grito sin suerte, refirió su desventura y miradas no esquivaron, quedaron vistas cuatro espigas juntas en tierra arremolinada, por las vides de semblanza y el resurgir del añil del santo olivo, misteriosa sombra de ciprés háblame como se habla a la primavera para que se lleve los fríos, quiero compartir tus preocupaciones preservarte como me preservarás cuando muera, al sigilo del rojo brezo me alzo como flor que la primavera arrebata al invierno, y abeja que baila sobre coronas, como agua clara que da la misma luna, así como tú sombra, yergues tu profunda pupila desde la misma senda que te vio nacer pura, limpia serena aguardando al alba tu desnacer que tiña tu ojera suave. El Castellano V Candor en raíz: Sembrar unos versos, en nueva hornada que el río lleva en estribillo cantad pues que cantaremos los mineros del verso. Luz y claridad en seno de nueva alborada. Certeza en mi corazón que late a las raíces del antaño oculto, por padre soy minero por madre soy barquero, cavando esta mi sombra voy al hoyo del Sol. Medito cual azada de tres cabezales. Tiemblo, retemblando voy contento. Onda vítrea marco mi andar, por costales del Álamo forjador, a su boca de fuente solariega. Sed cándida de funesto, aciago sol. Luz en aire es del herbario viejo, padrón de arpa y su son. Cantó mi campana vengo por piadoso cerro como solitario señor. Oro jovial seré como vena del ámbar relumbraré mi añil, amarillo viejo. Pintaré lunas y sus anchas ojeras que relucirán sin ocasos ni malvas espantarán, fríos vernales. Vendrá la niebla clara por arboledas y pinos tupidos que caracolean mis ideas reverdeciendo los antiguos pesares y su alameda errante, vine por el murmuro de la piedra; arraigado yo voy de mi insepulta tumba. Hierros repican sones como astros cinceles, desnaciendo de la roca su candor mineral. El Castellano
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