¿No ves como la cima,
tu premura blanquea su bondad?
Agobiados los bosques,
al peso inesperado resienten?
¿La sierpe y cauce de río manso,
bajo frío y hielo tenaz duerme?
Su calma ahuyenta el mortal frío,
en hogar, se quema leña
y largueza de dicha se renueva.
Oh Taliarco .
Vides ut alta,
Confía lo demás a los dioses;
y ellos, sujeten los vientos heridores.
Irritados, contra piélagos dorados,
se inquieten lo olmos viejos.
No se ha de investigar
lo que mañana ha deparar,
habla Mercurio,
nieto elocuente de Atlas,
rudeza de antiguos hombres
concluiste
bajo las barbas de chopos cantores;
inventor de la magna lira,
acoges las almas piadosas
los parajes del Elíseo.
Áureo caduco
grey ceniza de espíritus que sujetas,
tú el grato,
a dioses del Averno y del Olimpo.
Förüq el castellano y Leannán-Sídhe
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
a 30-08-2025
lugar Castilla la Mancha España
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