Avanza la cicatriz,
de una luz, esplendente,
mortal, sin forma en materia,
bebí su suelo
me enarboló como se alista
a un jocoso pino,
de diente afilado,
tanta llaga, tanto humano amor,
al rojo su pendiente,
abandero su ocaso,
y la almendra
es perdigón rueda
en mejilla beata,
postura sin suerte,
parlamento de murmurio grave,
sueño quizá,
o latido amarillo de estrella,
sí calor de piel sobre otra piel,
fuego y viento,
fraudulentos,
respirar torno a remota ola,
suspiro de ojos,
calzando tu expresión de alegría,
cristalina de pierna verde
y azul en alma,
milagro tu voz que ni
en porfía me resuena
por no tenerla vista,
amor, tu pecho sobre océano
que es aire,
roca canta tu alevosía,
ríe al jolgorío,
tú que puedes y no vives,
haz siempre parezca contrario,
bajo muela oxidada
y moneda de tres sin razones,
vine a traerte mi cesto
de rocío de mundo,
y rosas,
estambres de florestas,
encendidas,
oh seas mi sol
de lágrima azabache,
mira dentro mi silencio,
afloras través mi vista
de culebrilla ciega,
mi gota frenética
de beso largo.
Aflora mi adoración
la fuente tu amor
tu carne me arrebata
el intranquilo
espíritu mío.
FÖRÜQ Y LEANNÁN-SÍDHE
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
EL CASTELLANO
EL INOCENTE
Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara
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