-Elaborar estrofas de máximo nueve versos de extensión,
agrupadas o no en un máximo de nueve estrofas,
ceñirse a temas de amor, naturaleza, humanismo, y la belleza del ser humano,
expresar amor a madre VIRTUD poesía.
Firma Miguel Esteban Martínez García Fundador y autor de Colectivo poético Néctar
a 15-08-2025
Lugar Castilla La Mancha España.
Misión:
COLECTIVO MUNDIAL NÉCTAR POÉTICO pretende ser un espacio cuya finalidad sea promover la lectura, desarrollar conversatorios, organizar y desarrollar talleres y establecer como instrumento
evaluativo procesos de festivales y bohemia, publicaciones.
Vanguardia
I
Oh vanguardia, tu azar,
no cabe en un hilo,
hendida, alzada,
de enhiesta flecha, clavada,
un ojal que surte grietas
en estas quietas esperanzas,
bañan y se bañan,
vuestras destrenzadas
primaveras.
II
Ocaso rendido. Ajuar del astro sostenido,
suspiro a media tinta, del profuso, profano, pagano
horizonte malva, su abrojo lanzado.
Clavado en el verdor
de mis silos,
otra noche traspuesta,
que se me escapa por la rendija,
de mis silos,
otra noche traspuesta,
que se me escapa por la rendija,
entre barrotes helados de mi cortina.
III
Cañaveral prendido. Ríos bajan, dulces aromos
al frescor de albas derretidas,
fluye, vence su iris de plata,
espumas de blancos chopos
cabalgadas.
Frente de húmedas azadas,
lágrimas saciadas del verdor de campos
cual guadañas,
y su casa será eterno sollozo de hadas.
IV
Canto enterrado. Por ti mi alma,
cuervos rinden pleitesía de negra ala,
acequias no son grises yagas,
yo quien te da sangre,
tú mi hoguera que ni quimeras
alcanzan,
rendida jamás,
me alzas mi palabra
por cielos de espinas labradas.
V
Soterrada vía. Alza resume y coarta
mi acequia verdadera,
sobre este famélico tren de espejos,
danza mi brío con fuerza e ímpetu,
la rienda enroscada en la espuela
de mi saliva verdadera,
como un azote de la noche
y su vieja escuela sangrando yagas de luz
entre sus corajes sembrados.
VI
Sol de cristal. Oh lugh, invencible al crisol
de tus lenguas atravesadas
fiel carrusel de rayos sin secuela;
blanca luz de tu vera,
entre compases que hielan,
a tu vespertino canto derriten, despiertan
tus mil llamas liberadas,
desnaces a la noche que aguarda.
Bajo y bajaré para alcanzarte.
VII
Bocas de espuma. Libero ásperos aguaceros, vientos
de mi pueblo desierto, me conducen a verte.
Mujer de flores entre horizontes
que escapan fugaces entre olas de colores,
yo con la ineptitud de estos antaños,
míos, dulces, inconclusos, repletos
en vasija de dolor sabor hondo
y alegría elaborada en campañas de etéreas travesías
donde el final eres tú, un pétalo, una fuente y un ovillo.
VIII
Libero el nueve. Osadía de cerrojillos ciegos,
entre brillos asmáticos del corredor,
por este aspa, por este candado, vendo que regalo,
mi dicha consumada, ojo del buen cazador,
matemático placer enjaulado por ojos abiertos,
por un pañuelo, donde secaba lágrimas
la hilandera, destino abierto a la única primavera.
Afilaba surcos de hogueras al final de la contienda,
mi letra y la parca efímera, como pez en tierra.
IX
Del famélico trigo nacido. Reza que escapa, su luz en una botella,
al ocre deslizado se abría, un parpadeo de la espiga,
un estupor que abriga, y la rima fácil de tonto día,
liberarse puede de toda sangre
y ser hasta arena de la tierra,
de la espiga venidera nacido,
sólo al astro entiende,
desmenuza sus cuchillos,
afila su vida como aspa enamorada de su tierra.
El Castellano
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
I:
Mitad luz,
mitad descampado oscuro
hondo esquivo tajo rutilante,
se besaban dos sombras
apuñalando su violeta.
Dulce, postrado
de retina escarchada.
Vida de una vida asolando.
II:
Fragor de estallido,
por almas crepitan su sentido,
angosto al paso del tiempo
en calizo terreno despojado,
dueño de la tela
y el vellocino de esta araña.
III:
Dos muelles se querían,
sobre silla dorada
saltaban alto como el nombre,
dando de sí la extensión
del aire.
IV
Infinito cerrado a solas,
desdén consumado
del colapsado ocaso sembrado,
vida de tu saliva que fluya,
fértil lluvia bajo mis pies,
piedras y su aliento perpetuo,
estrellas levantan.
V:
Cristalina de fuego
que deshace frentes
purpúreos ojos dementes,
descubierto haz
soterrada esta desquicia
yerta, iluminada
de visión clara.
VI:
Vorágines de trasiego,
una letra en la hoguera.
Sangre de mi quimera,
abre llorando
que blanquea
su nueva tierra.
VII:
Ensordecida siega
del mañana;
sudor que acampa,
espiga y su filo de alba.
VIII:
Perdida media noche
al furor de candores,
esquiva levantaba
por cuantos resquicios,
su soledad habitaba.
IX:
Hilvanando suspiros
en rejas, rectas porfiadas,
sus ademanes suaves creados,
flagrando ajuares disparados,
supervivencia temida de la caricia.
El Castellano
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
1
Erase una noche fría
de invierno.
Las lechuzas estaban recogidas,
lluvia caía al suelo,
la niebla y la bruma
eran intensas,
sólo una sombra caminaba
por la calle,
era la muerte.
2
Cuando la luna sale los vampiros
y los murciélagos están cazando.
Era la noche yerta,
los ataúdes se abrían,
pero sólo
para que entrasen los cuerpos
de la epidemia
que asolaba a la ciudad.
3
La vida del gusano Juan era muy sencilla.
Él vivía dentro de una almendra
y tenía suficiente comida
para hacerse adulto
y hacer la metamorfosis
a los meses siguientes.
La hizo y nació
de la pupa un hombre
con vocación política.
4
Era la noche de los gusanos
todos estaban bebiendo licor de hojas en la cantina.
Pero un escarabajo encadenó la puerta
de la cantina y la prendió fuego
con todos los gusanos dentro,
los escarabajos recogieron la carne braseada
y tuvieron despensa llena
para pasar el invierno.
5
Soslayada la flor del cielo,
abría los caminos de la vida eterna,
una polilla como una hoja de adelfa
caminaba el cielo,
corrió hacia la luz estrella
con ímpetu y brío
hasta estamparse en ella,
se formó entonces
el hueso de luna que todos vemos.
6
Era una noche de cristales rotos,
los lentes míos cansados
reposaban sobre el escritorio,
miré al espejo no reconocí
al que estaba sentado,
pregunté ¿Quién está ahí?
Aturdida contestó una voz:
Soy el que nunca serás,
porque siempre has sido yo mismo.
7
Eco sordo en alta voz
resurgía entre la ceniza de su cigarrillo,
no tenía manera de saber
sólo apostaba al nivel de la montaña,
quiso conocer pero una mala oración
se llevó su tormento dulce
a la entraña del frío áspid.
8
Belleza si acaso estuvieses forjada,
quién sería tu padre quién tu madre,
inconmensurable por infinitud de sendas ella abrió sus párpados
viendo su reflejo en el lago, sólo de la impresión
acudieron todos los peces de colores
a besar su imagen,
llevándola a su profundidad.
9
Se retozaba por acres difusos,
donde vuelan polillas de las tierras,
de una flor nació una polilla de cemento
con la esencia de las ciudades
que dijo la oscuridad por poder
te puede, pero la realidad
es que me supera.
el Castellano
III
Cañaveral prendido. Ríos bajan, dulces aromos
al frescor de albas derretidas,
fluye, vence su iris de plata,
espumas de blancos chopos
cabalgadas.
Frente de húmedas azadas,
lágrimas saciadas del verdor de campos
cual guadañas,
y su casa será eterno sollozo de hadas.
IV
Canto enterrado. Por ti mi alma,
cuervos rinden pleitesía de negra ala,
acequias no son grises yagas,
yo quien te da sangre,
tú mi hoguera que ni quimeras
alcanzan,
rendida jamás,
me alzas mi palabra
por cielos de espinas labradas.
V
Soterrada vía. Alza resume y coarta
mi acequia verdadera,
sobre este famélico tren de espejos,
danza mi brío con fuerza e ímpetu,
la rienda enroscada en la espuela
de mi saliva verdadera,
como un azote de la noche
y su vieja escuela sangrando yagas de luz
entre sus corajes sembrados.
VI
Sol de cristal. Oh lugh, invencible al crisol
de tus lenguas atravesadas
fiel carrusel de rayos sin secuela;
blanca luz de tu vera,
entre compases que hielan,
a tu vespertino canto derriten, despiertan
tus mil llamas liberadas,
desnaces a la noche que aguarda.
Bajo y bajaré para alcanzarte.
VII
Bocas de espuma. Libero ásperos aguaceros, vientos
de mi pueblo desierto, me conducen a verte.
Mujer de flores entre horizontes
que escapan fugaces entre olas de colores,
yo con la ineptitud de estos antaños,
míos, dulces, inconclusos, repletos
en vasija de dolor sabor hondo
y alegría elaborada en campañas de etéreas travesías
donde el final eres tú, un pétalo, una fuente y un ovillo.
VIII
Libero el nueve. Osadía de cerrojillos ciegos,
entre brillos asmáticos del corredor,
por este aspa, por este candado, vendo que regalo,
mi dicha consumada, ojo del buen cazador,
matemático placer enjaulado por ojos abiertos,
por un pañuelo, donde secaba lágrimas
la hilandera, destino abierto a la única primavera.
Afilaba surcos de hogueras al final de la contienda,
mi letra y la parca efímera, como pez en tierra.
IX
Del famélico trigo nacido. Reza que escapa, su luz en una botella,
al ocre deslizado se abría, un parpadeo de la espiga,
un estupor que abriga, y la rima fácil de tonto día,
liberarse puede de toda sangre
y ser hasta arena de la tierra,
de la espiga venidera nacido,
sólo al astro entiende,
desmenuza sus cuchillos,
afila su vida como aspa enamorada de su tierra.
El Castellano
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I:
Mitad luz,
mitad descampado oscuro
hondo esquivo tajo rutilante,
se besaban dos sombras
apuñalando su violeta.
Dulce, postrado
de retina escarchada.
Vida de una vida asolando.
II:
Fragor de estallido,
por almas crepitan su sentido,
angosto al paso del tiempo
en calizo terreno despojado,
dueño de la tela
y el vellocino de esta araña.
III:
Dos muelles se querían,
sobre silla dorada
saltaban alto como el nombre,
dando de sí la extensión
del aire.
IV
Infinito cerrado a solas,
desdén consumado
del colapsado ocaso sembrado,
vida de tu saliva que fluya,
fértil lluvia bajo mis pies,
piedras y su aliento perpetuo,
estrellas levantan.
V:
Cristalina de fuego
que deshace frentes
purpúreos ojos dementes,
descubierto haz
soterrada esta desquicia
yerta, iluminada
de visión clara.
VI:
Vorágines de trasiego,
una letra en la hoguera.
Sangre de mi quimera,
abre llorando
que blanquea
su nueva tierra.
VII:
Ensordecida siega
del mañana;
sudor que acampa,
espiga y su filo de alba.
VIII:
Perdida media noche
al furor de candores,
esquiva levantaba
por cuantos resquicios,
su soledad habitaba.
IX:
Hilvanando suspiros
en rejas, rectas porfiadas,
sus ademanes suaves creados,
flagrando ajuares disparados,
supervivencia temida de la caricia.
El Castellano
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1
Erase una noche fría
de invierno.
Las lechuzas estaban recogidas,
lluvia caía al suelo,
la niebla y la bruma
eran intensas,
sólo una sombra caminaba
por la calle,
era la muerte.
2
Cuando la luna sale los vampiros
y los murciélagos están cazando.
Era la noche yerta,
los ataúdes se abrían,
pero sólo
para que entrasen los cuerpos
de la epidemia
que asolaba a la ciudad.
3
La vida del gusano Juan era muy sencilla.
Él vivía dentro de una almendra
y tenía suficiente comida
para hacerse adulto
y hacer la metamorfosis
a los meses siguientes.
La hizo y nació
de la pupa un hombre
con vocación política.
4
Era la noche de los gusanos
todos estaban bebiendo licor de hojas en la cantina.
Pero un escarabajo encadenó la puerta
de la cantina y la prendió fuego
con todos los gusanos dentro,
los escarabajos recogieron la carne braseada
y tuvieron despensa llena
para pasar el invierno.
5
Soslayada la flor del cielo,
abría los caminos de la vida eterna,
una polilla como una hoja de adelfa
caminaba el cielo,
corrió hacia la luz estrella
con ímpetu y brío
hasta estamparse en ella,
se formó entonces
el hueso de luna que todos vemos.
6
Era una noche de cristales rotos,
los lentes míos cansados
reposaban sobre el escritorio,
miré al espejo no reconocí
al que estaba sentado,
pregunté ¿Quién está ahí?
Aturdida contestó una voz:
Soy el que nunca serás,
porque siempre has sido yo mismo.
7
Eco sordo en alta voz
resurgía entre la ceniza de su cigarrillo,
no tenía manera de saber
sólo apostaba al nivel de la montaña,
quiso conocer pero una mala oración
se llevó su tormento dulce
a la entraña del frío áspid.
8
Belleza si acaso estuvieses forjada,
quién sería tu padre quién tu madre,
inconmensurable por infinitud de sendas ella abrió sus párpados
viendo su reflejo en el lago, sólo de la impresión
acudieron todos los peces de colores
a besar su imagen,
llevándola a su profundidad.
9
Se retozaba por acres difusos,
donde vuelan polillas de las tierras,
de una flor nació una polilla de cemento
con la esencia de las ciudades
que dijo la oscuridad por poder
te puede, pero la realidad
es que me supera.
el Castellano
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