Ir al contenido principal

GOLONDRINA DE METAL, MUNDOAVERNOPOESÍA




 27. GOLONDRINA DE METAL:



Una golondrina de metal en el pecho,

tiempo voraz, chirría en los bolsillos,

sin beso ni susurro invisible,

sol ya se blande imperceptible,

dirige tu boca el ruidillo

que más no me vence,

regazo sin ti no pido,

tierra, dolor, puede;

aquí sombra ya sueña

mi líquido.

En humedad alza tu nombre,

poema solar acaso no llora

mi luna XIII,

otro corazón ajeno pido,

gualda sangre

ruborizan mis fieles caléndulas

por osarte,

despacio como se cuelga

la luna de una pestaña,

aletea mi golondrina oscura de metal,

silencio pronto es lágrima

ríe mi cuclillo.

Es repleto este humo,

casi vida, casi color líquido,

casi filo proscrito,

fondo, agua, calma:

borde de tu cardo de dama.

tus labios de olvido

arribaba.

Tu forma núbil

casi ignorada

en el poso de precipicio

particular,

osamenta de este guerrero

de luz con mirada fija

a incendiar abismo

de sortilegios

y código sembrado

en luchar,

y morir es y sea privilegio

de beso,

de ser carne y sangre de tierra.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...