Ir al contenido principal

Vetusto soliviar


 



Cuando cruzo el cielo,
camino entre nubes de misterio,
frondas volátiles
y un arpegio,
entre escalas mis ideas fugaces.
Rumbo a un estanque de sosiego,
amanezco,
entre piedras de sol,
y lunas que crecen a mis pies,
oh círculo de esta pira,
comienzo que gastar
sin paro final,
comenzar era volverte a encontrar,
oh curva que denigras 
que afilas,
tu parco final,
oh social mundo
donde vengo,
y en mi poder
no acabaré de irme,
corona de caléndulas
al presente difunto,
oh sol de soles
de caracoles voraces,
todo aristas y cascabeles,
canica donde bailo,
y de dulce sien tu pecho acampo,
una Luna gibosa creciente,
un marzo desempolvado,
serpientes,
la danza ha comenzado,
en uno ser con ella
tersidad de espada.
pureza desvencijada,
astros por lechos,
que su sendero extiendo,
en pétalos de los más ávidos colores,
fantasía del vivo-muerto
hacia la vida,
mi silueta estremeciéndose,
un viaje sin final,
atisbo de volver a soñar,
que era mejor que aquel
precipicio indemne,
gira mi mente cada abril
puente de ningún lugar
vacío por capturar,
vórtice sin umbral,
oh destino,
voy a tu captura
si de sufrir
he de ser feliz
viaje de idea
que camino, y caminaré de tu mano,
acompasado.
Entre oscuras saetas
y blancos halos,
alzaré a estas estrellas
lejanas o cercanas,
según sean miradas,
con la nostalgia del corazón
o brindando en copa de hada verde
por tu amor.
Si hay que agradecer lo que no se hace,
agradezco tu silencio fiel,
porque ídem
tu palabra que no derramas,
agradezco lealtad
porque no hay certeza posea contrario,
complicidad, sumun de caricia abismal,
baile de sílabas y profundidades sonoras,
lo que jamás se dice,
agradezco a la vida,
porque aún no me ha matado,
agradezco a tristeza
por ahora abrir portón verdadero,
y puedo gozar de una felicidad 
sin cimiento falso,
ni veleidosa sonrisa:
agradezco haberte puesto rostro y palabra 
porque en sangre quedó escrito,
lo seguiré haciendo,
si sigo latiendo,
y en la muerte no me piques
nos juntaremos de nuevo.


Förüq er- lobo bohemio Esteban





Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...