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RITO ANGÉLICO

 










Nos queremos,
cual tajo de luz ciega y sorda,
de labios grises en la honda madrugada,
entre besos fugaces
cual estelas fulgentes,
noches regias que afilan mi calavera,
yo que fui al doctor
y pregunté si existían remedios,
para evitar no pasase en mi fortaleza el tiempo,
del que decían que todo cruje y duele,
sangre miel insobornable,
cumbre y rito de alas,
dulcemente le amo,
medio pavoroso
entre sueño
y cúspide de altura flamígera,
flor mía cuenta 
de tus romances con soldados alados,
dioses dejad que mi flor duerma
entre pétalo amado,
y sonrisa pudiente
de alba acuartelada.
oh de espina blanda
y amor perenne,
quise un día asaltarte
como se asalta la tierra
cuando robas simientes
y quieres que broten
toda la eternidad,
labios grises blande mi noche,
de iris sediento,
y caricia de amarillo viejo,
te beso cual hornillo de espejos
girando en caleidoscopio,
eres y solo veo
de objetivo
que eres sangre
y siento
que nadie me creerá
con amplia boca de lombriz gris
que eres Sangre de Luz,
encarnación
de placer concienzudo,
sepulcro y yacija
todo mi temor que no existe,
en fila india,
arraso el sol día por día
despierto arriba la rebelión,
te quiere mi amor,
como cuando se divisa
un gamusino castellano azur en la ciudad.
Dame tu mano
y conquistemos
llegó el dulce tormento.


Förüq y Leannán-Sídhe

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