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CIPRÉS ENHIESTO






 








Halle donde me halle
crecerá del viento
la semilla en su valle.
Tambores repican
la estela de tierra breve,
un son tartamudo florece,
allá las hallas, las flamas
que crepitan hogueras,
ella era una de los nuestros
de carcoma quieta
y chopo entre robledal,
lisa descubría su tapia florida,
un acontecer magno,
entre grillos
que sujetaban el suelo,
el pretil gesto dictaba
que ya envolvía la tormenta,
cosas que cuestiones frías
dejaba atrás.
Envuelta en la verdad
marchaba enamorada
de su pobre diablo,
días lluviosos entonaban,
crecerá la vida erguida,
crecerá su alegría,
crecerá el eco ingente,
su parca sonrisa,
puedes ver a los perdidos,
puedes ver el río brota
que emana mi santísima sangre,
es vino, es hidromiel,
siglos me ataron a un todo ayer,
mi razón de vida eres.
Puedes sentir el curso,
mi vena, mi acequia,
razones bailarinas
entre luz y sombra
para sentirnos afuera,
entre Sol fierro,
y Luna Semper,
no hay vida para el yerto llanto,
puedes verme caer en tu amor,
desde el inteligible saber
oh conciencia
oh rayo inerme
todo crepito, quiero saberte,
de arrullo
y un tractor entre bueyes,
lloraré siembras y barbechos,
acres y eriales
me cuesten el poder orarte,
de perdiz y simiente,
de rambla y amapol resplandeciente,
mi ciprés criará hinojos
y retoños de árbol, su eternidad.


MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA












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