Enclavado de maternal cielo,
afinco tus ganas, avanzo,
contemplo la grave desventura
de lágrimas sesgado
rienda d' este dolor
mil veces muerto determinado,
entre nevado risco,
alzado, me levanto entre amapoles
locura está perdida,
refriega tu senda,
cerca su lugar sombrío
donde yace lágrima
y su historia que hace río,
y llamaron Tajo,
borrado voy de victoria,
obscura nube que llamé
Amor.
Rigor que mi alma siente,
de rigurosa azur rosa,
y su violín afónico,
desuso todos mis males
en contienda,
de ojos usados
doy lágrimas al río,
prado a su verde y selvaje,
el deseo más ardiente
a tierra germine,
mi alegría,
a las Ninfas y Neréidas
hoy canto,
nocturnal primavera
de madre eterna elemental,
señora hada Leannán-Sídhe,
cierva blanca,
creadora, dueña de abismal
profunda mirada,
con ella hoy como ayer
de incierto saber,
oscuridad nació de la luz
maternal rienda aeterna,
duermo en su floresta,
me crece de espalda
un verde fantasma,
su fortuna dice presta,
Fénix que canta
en forma poesía,
milesiana,
amor me hiere recio,
creí yo, al fresco viento,
diosa aledaña en hermosura,
desdeñosa y fiera
entre pretensiones,
ella vino a comenzar
el destello infinito.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
FÖRÜQ
EL INOCENTE FIRMA
Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara
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