I Si de mi pasión se encendió una antorcha renegada a apagarse si mi pecho enardecido exclamó ven, y quédate amor, yo que amor conozco, y no conozco sólo de nombre, lancé mi pena toda, en una lágrima al río Henares surca Humanes, fuentes, pozas y albercas enmudecieron a su final, mi pecho fue entonces tan sonoro como su agua y pesares zarparon vi del cielo un trueno armonioso que pavoroso zumbaba fue mi amor que salió de mi cuerpo rumbo a encontrarte. II Rosa encendida, flamígera vi abrir entre claveles de ocaso, y dunas frondosas de azules espadas, entre luz y clara luna. Marchan horizontes clausurados, y culebras avanzan esta penumbra sin sombra del que camina. Lóbrega lucía la estrella lancé mi amor a Musa, alumbraba mi sendero, gladiando el monte, reptando sinuoso oh, de sombra y simiente mía rosaleda divisaba cuando iba sin destino, me perdía de noche por un alumbrado laberinto conversé con las flores y con mi amuleto era un dragón, matinal entre mi tierra castellana. III Un...
Parnaso devorado mar de sienes ingentes caricias, mísera era ala. Escalé mi dulce yermo y sonrojo acontece fiel de almíbar lira y arpa el serrín de destino, oh tormento jamás yerto, no te necesito, me necesitas fiel de asidero. Va mientras mi barca procurando paz de un conflicto nunca existió. y ella, dudo de su realidad; jamás mil máquinas parirán la Flor. Förüq y Leannán-Sídhe