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Osadía bajo palabra

 







Allá donde terminan las trincheras,
los caminos bordean se desvanecen,
cuál es la razón para vivir,
puedes verme escribiendo 
de un mundo mejor,
lento pueblo en lecho estrellado,
palabras, respiración de un vaso de agua,
invento en víspera desangelada,
puedo ver tu imagen corriendo mis venas,
allá, en ti comienza mi aura,

sostengo mi árbol cuadrado a la nube,
de ojos límpidos extasiado,
aullido de la feraz caricia,
roca en bajío de mar somero,
desfallece y oscila entre una luz vorágine,
sin piojo en alma,
ni feraz siembra de tu sonrisa desvelada,
no peleo por calentar mi sopa,
sí puede por mi delirio solar,
mi conciencia que baila sola
allá suaves nubes rígidas
y lucidez que no abandona.

Soledad sola de filosa vidriera,
y ojo atroz de dulce tormento sanguinario,
invento tu compañía
que no parezca artificio
ni desventura,
Musa a esto llamas simbiosis
de sacarte mina y provecho,
puede desesperación y contrario,
mito y leyenda
de un vampiro castellano,
aquí acaba el silencio
porque juro que te volveré a leer.



MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA

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