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Pastora de piedras domadas

 






Ay, sé amor, sé sueño.
Canto de tu agua ciega, 
canto de agua desconocida, fulgente
que hechicera, canto de tierra fría
pastora de sus astros, arriba
del viento, torno una ascensión
mercurial, allá su soto
allá su vera terra ignota,
vine surcando sus voces
férreas, entre estorninos de ideas,
oh, mi pastora de piedras salvajes
piedras regias, domadas, 
allí en su fuente, canto
no feneceré, no sucumbiré.

II
Sin cantarte, mi alma,
mi escudo, y yo marcharé
ayen los ríos y designios plañideros
el fuego vivo me engendrará
seré tu hermético saber
con todo poder del tamaño
dos palmas en espada,
lustre sin podar, oh hierve
que deslumbra el atónito
resplandecer, oh silencioso baile
todas piedras el camino perenne.
Agua, agua roja, mar granate
la honda ilusión jamás marchó.

III
Oh fuente de tierra fría
salvaremos el reino
que se cree luchador
de un lugar mejor;
escucha a mi mundo, 
saltando la escala, envolviendo
un futuro siendo de día,
siendo una dulce noche,
sobrevivirás a lo alto
estoy emergiendo, ascendiendo,
a madre obscuridad
lucha tu pulcra luz
no ascenderás, seremos parte
inmersa, forjando comunión de ambos
argentos astros.



MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA

El Inocente

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