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Avidez en labio de fuego 2015 solícito

  
















AVIDEZ EN LABIO DE FUEGO:


Efímero corre el segundo sin saludar
sin despedirse, sin preguntar si todo sigue
igual, avanza la manecilla de mi reloj,
hoy es de esas noches yertas,
que descubro mi tierra que late
bajo mis pies. hay avidez
en el subsuelo donde la sangre late,
destartalados pilares que me alzan,
recorrido de mi alarido
que muerde al conocerte,
he oído estaciones correr,
mi carne se funde bajo tierra abierta,
frente mis ojos
nebulosas abren, crepitan,
he nacido yo de su flamígera ascua,
mi solferro blande su noble falcata,
dentro mi carne la vida bulle,
su caída resplandeciente,
toda carrasca me dibuja al dorado tordo
de este atardecer,
el murciélago myotis
me cuelga la idea,
desde esta ojera férrea,
hoy me comí el firmamento anidado
en tu mirada aplomada,
soy experto recio como un lobo,
frío de segmentos cálidos de hielo,
maestro de mi espada,
escucha el brillar de mi navaja,
yo soy descendiente del miedo,
ámame como se ama
sólo una vez,
en el que nuestro color sea la piel,
afilo el poder de este silencio,
y te dicta
que te volveré a ver.




El CASTELLANO





Mi Sol fierro no entiende de brillar o darte relevo Luna,  es Luz eterna como el agua, la ola, el mar, la espuma, el aire lleva la hoja o la hoja baila con el viento, pudiera entender tu color inmenso, y brillo, los astros siempre están nunca se fueron, a ellos no hay viento a favor si no lo que por ellos quedó escrito y te volveré a ver. 


III
Mi Sol fierro no entiende
de brillar o darte relevo Luna, 
es Luz eterna
como el agua, la ola,
el mar, la espuma,
el aire lleva la hoja
o la hoja baila con el viento,
pudiera entender tu color inmenso,
y brillo,
los astros siempre están
nunca se fueron,
a ellos no hay viento a favor
si no lo que por ellos
quedó escrito,
y te volveré a ver.
Miel de idea,
majuelo de mi demora
afilo que mezco
a luz clara de ojera de luna,
nazco de su sangre de hojas,
recto entre el escaramujo reborde
luna de guía
soy yo su porfía,
tuerce mi alma
este aliento que va reptando,
cantiles flamígeros
que me acompasan el corazón
lleno de simientes
su albor
esposas de su sol,
recorrido entre abierto
que te trina por conocer,
carrasca y mi atardecer
recio como un lobo,
y nuestro color
por amarnos
sólo sea la piel,
hasta todo dictarnos
que te volveré a ver.

MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA 


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