Ir al contenido principal

ENJAMBRE

 






Oradar la substancia prístina
que está hecha mi árbol,
y la carne hecha hombre,
hombre de uniforme hinchado,
de medallas sin historia,
de seres huecos,
serrín de materia marcial,
ritmo de hogar que se echa a dormir,
versos vanos
de ciencia sin esencia
de vida sin forma
o Frankestein de ritmo en oración muerta,
donde la fuerza original y creadora
yace que reposa en zanja
sin dioses ni río todas sangres,
dónde las ráfagas primeras
que muerden las llagas
las entrañas de la tierra,
averno de esencias organizándose,
huracanes que mueven sustancia yacente,
época sin héroes,
espíritu encadenado,
camino hacia la renovación y nueva luz,
era de nuevos mesías,
de cuchillos de conciencia,
oficio que no es destino de uno,
no existe conocimiento inculque
a un hombre a ser un héroe,
desnudo en la penumbra me alzo,
el viento no responde
y yo en la pulcra tiranía de las moscas,
silencio, sin eco ni signo,
lo que no ha de ser siempre será,
de lapidario jamás me visto,
dicto que vive mi tragedia 
oh, dónde queda este vil mundo de mentira.
Apoteósis práctica
vine en nube y su zumbido
que era enjambre.
Última seducción final
Necesitas de mí
ídem yo de ti en simbiosis sanguinosa.




MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...