Desenfreno por la vida
concedido, serían tus besos
hermosos, y cálidos
como una melodía
jamás interpretada,
sólo bebida.
Deslizará mi piel,
tu velo de misticismo
como fuente de brillo
inextinguible.
Por estos soles radiantes
bajo.
Rodeando al silencio su cántico.
Por senderos de nubes iban mis palabras.
II
Tu pureza, plácida
armonía si encontrara
esmeralda en labios fríos.
Mar de mis lágrimas
de alma si te viera.
Eclipse de emoción
paradigma mis suspiros,
enardecidos, como brisa
envalentonada,
de suspiro tímido y feroz
sería el acento de tu voz.
Manantial del agua
más pura.
Sería tu boca.
III
Cristalizaría mi oscuridad
y, viviría mi cuaderno,
entre sus hojas
de sueños perdidos.
Mandarían tus labios
la sola poesía incipiente
que nos mueve.
Cálida nebulosa,
al vítreo sencillo,
corre y pasea
calles en mi mente,
contigo.
Creando un amor verdadero
entre infinitos parcos
de ocasos y astros.
Förüq castellano Miguel Esteban
IV
Suelto rienda
siénteme aparte,
la sola ascua;
vivo en el borde tu hoja
hoy por hoy,
mañana que el poema se piense,
hacia el fin,
vespertino, entre soles de niebla
y cipreses dejan su miel,
entre patitas algún caballito del diablo,
acordeón y fuelle lo que me blande,
trenzado avanzo
joya tu astro,
quiero ir fuera tu noche
el ardido deseo
me lame,
una babosa metalica
es mi querer
mientras bailo
mientras busco mi redención,
vienes a tocarme
yo digo no retires tu mano secreta.
V
Mi mente
tu cara, desliza mi filo
estruendo crepuscular
llegó el adorado ocaso,
hilos teje esta araña.
litigio crepuscular
sol, luna la ascensión,
luz, dimensiones de mi alma,
en mi rodilla
un mundo de sueños
ya no me hacen quilla,
puedo cambiar mi destino,
sobre el entendimiento,
todo lo visto
no ciega mi dolor,
escalas a un Parnaso devorado,
oh suplicio despierto,
tu dulce miedo,
vienes amor,
te beso,
nos besamos
y acaece esta luna de hueso.
VI
Quise, te quise y quiero
lo indecible,
no abandones aquella oruga
que soñaba volar en alas
de mariposa montadas,
esperanza sobre el corazón,
por todo lo perdonado
por todo lo olvidado
ya se esconde tras la sábana espectral,
vente dentro nuestro agua
nuestro mundo
paraíso de mieles
sed que se lame así,
sobre tu redil de astros
abro una sonrisa
ilumine senda
abacore miedos
y pesquisas, sobre la zarza
y su espina.
Oh lobo de hierro,
en los días tu travesía,
cuenta la espiga de su río
el cerro de su cardo
y jilguero,
bosque de mi mente
que hay un laberinto
todo lleno de flores
y vivas razones.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
IV
Suelto rienda
siénteme aparte,
la sola ascua;
vivo en el borde tu hoja
hoy por hoy,
mañana que el poema se piense,
hacia el fin,
vespertino, entre soles de niebla
y cipreses dejan su miel,
entre patitas algún caballito del diablo,
acordeón y fuelle lo que me blande,
trenzado avanzo
joya tu astro,
quiero ir fuera tu noche
el ardido deseo
me lame,
una babosa metalica
es mi querer
mientras bailo
mientras busco mi redención,
vienes a tocarme
yo digo no retires tu mano secreta.
V
Mi mente
tu cara, desliza mi filo
estruendo crepuscular
llegó el adorado ocaso,
hilos teje esta araña.
litigio crepuscular
sol, luna la ascensión,
luz, dimensiones de mi alma,
en mi rodilla
un mundo de sueños
ya no me hacen quilla,
puedo cambiar mi destino,
sobre el entendimiento,
todo lo visto
no ciega mi dolor,
escalas a un Parnaso devorado,
oh suplicio despierto,
tu dulce miedo,
vienes amor,
te beso,
nos besamos
y acaece esta luna de hueso.
VI
Quise, te quise y quiero
lo indecible,
no abandones aquella oruga
que soñaba volar en alas
de mariposa montadas,
esperanza sobre el corazón,
por todo lo perdonado
por todo lo olvidado
ya se esconde tras la sábana espectral,
vente dentro nuestro agua
nuestro mundo
paraíso de mieles
sed que se lame así,
sobre tu redil de astros
abro una sonrisa
ilumine senda
abacore miedos
y pesquisas, sobre la zarza
y su espina.
Oh lobo de hierro,
en los días tu travesía,
cuenta la espiga de su río
el cerro de su cardo
y jilguero,
bosque de mi mente
que hay un laberinto
todo lleno de flores
y vivas razones.
MIGUEL ESTEBAN MARTÍNEZ GARCÍA
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