Ir al contenido principal

Voz dentro tu voz

 













Puedo oírte dentro mis ojos
en un mundo de sombras deseosas
detrás mi alma sanguinosa,

despiértame amor
despiértame te dije
a ir contigo,

a caer profundo
como lucha,
sálvame de la noche inmortal,

congela mi momento cariño,
quiero ver la luz del sol,
sigilosa y atónita,

fragante como risa inmortal,
caigo profundo en tu mirada,
sostenme dentro tu alma.

Vivir de los azules
su silencio,
caer en ti

como si tiempo no hubiese
ni llanto de gravedad pudiente,
el diablo camina solo

cual voz recién nacida
lo silente, el arma
vestigios de alas un amor verdadero,


alas de broncíneo saber preso

late el sentir preso
querencia en llamas todo pecado.


Förüq y Lheannán- sí
Miguel Esteban Martínez García
El Castellano
El Inocente firma

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda al caracol silvestre

  Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara

Pioneer

 

Al Duero

        Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...