Aliéntame,
danzo y acaricio
tu pìel hermosa,
tranquilo, soberano,
de cuantas muertes propias
he cobrado ante, tu divina mirada,
¿Cómo osar si sólo puedo osar mis labios?
mi Luz contigo dichosa,
humana,
más quisiera,
más soñaran,
tangible tú,
leve, temblorosa,
de prisma en llamas
a lo alto,
Mundo si os molesta mi luz,
rebrillaré más fuerte que la honda llama,
hircano, seguro,
de monte en rastro,
mi sangre
acaso ala o mineral de hierro cansado,
mi diosa viene encima un centauro,
sí yo soy,
mortales es diosa Diancech
mi pequeña ángel oscura
sanadora,
hechicera,
que cura mi alma que vive a besarte,
me iré
de nota en mano
cual en ella decía:
-Hoy te sentí Castellano.
Förüq castellano el Inocente
Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara
Comentarios
Publicar un comentario