Parnaso devorado mar de sienes
ingentes caricias,
mísera era ala.
Escalé mi dulce yermo
y sonrojo acontece fiel de almíbar
lira y arpa el serrín de destino,
oh tormento jamás yerto,
no te necesito, me necesitas
fiel de asidero.
Va mientras mi barca
procurando paz
de un conflicto nunca existió.
y ella, dudo de su realidad;
jamás mil máquinas parirán la Flor.
Förüq y Leannán-Sídhe
Resueno en el borde del papel la condena dilecta que marca un futuro en subrepticia subyugada a la luz vuelta oscuridad del alma deseos de sangre que jamás se cumplirán solo la sed de vida por gastar besando en la noche la sed de vida ganar asesinando creencia, aliento y latido en la oscuridad vuelta luz un silencioso lugar sólo el latido escapó, el espejo no refleja lo que reconozco y mi vida va quedando atrás solo tu mente atrayendo para sentir el aliento. Deshaciendo este frío hojas y hojas de pensamientos van cayendo cuando me paré a mirar tus ojos que ahora no puedo borrar ni en oscuridad. Te voy viendo llegar, tu calor y corazón latiendo estáticos dueños de su tejida existencia, te veo en paciencia y me voy adueñando de tu pensar mas que sangre quiero cerca tu vida para yo sentirme con otra que hasta alma tiene, y se va desgastando el camino, los pasos trazados se vuelven ilusiones. Un día derretido, el segundo quedó en vacío eterno sin manipulación de un ser superior no puedo ayudarme en este frío y vacío espacio cada noche deseo sentir tu amor algún día para siempre.
Caracol silvestre, caracol serrano. Te escribo caracol del camino enervado ¡Oh tus fauces! Blandas que muerden su estadía alimenticia. Del romero al tomillo, desde la jara resinosa, al brezo flamante. Tu deslizar por el terreno húmedo, de la amapola a la caléndula arvensis con su savia dura. Desde el musgo a la piedra igual a la siguiente; idéntica a la anterior. Oh caracol, judío blanco, oh caracol marrón de todo jardín, caracol estriado la pulcritud de carbono de tu casa, mi casa. Miguel Esteban Martínez García UME unidad media estancia Guadalajara
Duero: Grita mi estupor y cuchillos hieren volteando una boca que la onda mece flameando. Se duerme la costilla en el altiplano enjutado de hayas y fresnos recuerda su geología únicamente saboreada por el soñar de los picos, virginal cuna del Duero con tus curvas en rotonda de castizas fuentes y abrevaderos, dulce azada de agua que bascula el sentir de la enamorada palabra, por cimas tu voz se hace meseta haciendo el amor con los pájaros dormidos, templo y morada de la cepa que a ti te alcanza, agua furtiva corre por tu era y reposa en tu infinita onda, que se riza, que se insinúa en vaporizadas Torres de belleza, que en tu alma anidan, sortilegio de rosa y clavel cenit del dolmen tallado, quién a ti en la vastedad del ser en su pecho te lleva prendido el fuego en fanal hoguera en anchos panales de tus abejas. Cuentan de la vida del chopo tus diez mil espumas, que por sierras tu rúbrica dejas, navegante con alas azules el terreno que jamás te vence, secretos...
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