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Luna de sangre, respuesta a Espigada

  

Catalpa árbol Indio 

Una noche hendía
tu ausencia a mi lado
mi sentir filoso que caminaba,
iba soñando sendas dulces
en las que perderme y no mirar atrás
crecían mis ojos como fósforos
oscuros, soñaba cielos y humildes
pesquisas en las que bañarme,
entre turquesas espejos que danzaban
mis lágrimas silenciosas.
No quise estrellas, ni lunas
ausentes, disparé alto como
mi dicha sola, un día nublado
de pretil gesto complaciente
gorgojeando por oídos
y sueños precoces; el espejo tu voz
no era desierto prevalente,



II
Me fui, de tres logros sonoros
última señal que si el mundo sabe
es primera
pregunté por el suplicio dormido
si me daba la mano de nuevo,
no esperé peras del chopo
Ygdrasil, te digo no te vayas, no te alejes, palpita en mi
pecho valiente por siempre
que retiemble la premisa
amarte siempre, aunque me
entierren,
y de mi soterraña tierrica
que crezcan malvas y cicutas


III
Como espigas
rojas y negras
de pólvora y sangre
mi honrada bandera,
d' este cementerio viviente
que me dejen ser la flor
que hasta al muerto da
luz y calor,
este frío yerto en vida,
no es de sangre mía
mi honorario,
yo viví solo, solo como vive
la flor,
pero ni fragancia tuve ni
tuve color, viví amando como ama la vida.



Förüq y Leannán-Sídhe


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